Denuncias de tráfico de biodiversidad tienen su sitio web

Elefantes en las islas de Andaman y Nicobar. Crédito: Malini Shankar/IPS

Un grupo de organizaciones internacionales que combaten el tráfico ilícito de biodiversidad inauguró un sitio web que busca facilitar denuncias de delitos contra la naturaleza.

WildLeaks es el primer portal en Internet donde, según explicaron sus creadores, individuos o grupos pueden revelar de modo seguro y anónimo información sobre comercio ilegal de especies silvestres.

Se estima que, en el mundo, este tráfico vale unos 17.000 millones de dólares al año, y que parte de esa suma se usa para financiar a organizaciones terroristas, particularmente en África.

Presentado oficialmente el 6 de este mes, WildLeaks es financiado por la Liga de Acción por los Elefantes y administrado por varios exfuncionarios de seguridad, periodistas y organizaciones ambientalistas no gubernamentales de los cinco continentes.

“El objetivo de WildLeaks es facilitar el arresto y los juicios a traficantes, personalidades corruptas del gobierno y cualquiera que esté detrás de un delito forestal y contra la biodiversidad”, dijo Andrea Crosta, cofundador de la Liga y figura central de la iniciativa WildLeaks, en diálogo con IPS.

Todo individuo que presencie un crimen contra la naturaleza o que posea cualquier tipo de información relacionada –documentos, archivos, imágenes o vídeos– puede usar el sitio web para transmitir esos datos a WildLeaks, usando cualquiera de dos vías de encriptado.

La ruta encriptada, totalmente anónima, emplea la tecnología “Tor”, más conocida como la “red oscura”, y no revela la dirección IP del remitente ni ninguna otra información.

“Alentamos a los denunciantes a usar el proceso, que es completamente anónimo”, dijo Crosta, “especialmente si viven en regímenes opresivos donde la comunicación no es libre y donde los propios gobiernos pueden en realidad estar involucrados en delitos contra la biodiversidad”.

El nombre de la nueva iniciativa recuerda al de Wikileaks, la organización que concitó gran atención pública en los últimos años al revelar documentos secretos del gobierno de Estados Unidos. Pero WildLeaks está diseñada para ser sustancialmente diferente de su antecesora.

“Primero que nada, no estamos detrás de documentos gubernamentales o militares”, dijo Crosta. “Y segundo, mientras Wikileaks comparte todo de inmediato con los medios de comunicación, para nosotros esa es solo la última opción”.

Apenas WildLeaks recibe la información, los individuos y las organizaciones responsables del proyecto evalúan su precisión y confiabilidad. [related_articles]

Luego, WildLeaks intenta hacer llegar las conclusiones a agencias encargadas de hacer cumplir la ley, como Interpol, o a autoridades gubernamentales confiables.

Sin embargo, si los gobiernos no cooperan, la última opción será filtrar esa información a los medios.

“Nuestro objetivo es trabajar codo a codo con las agencias de aplicación de la ley en todo el planeta. Queremos crear un puente entre el público” y esas entidades, dijo Crosta.

La respuesta inicial al nuevo proyecto ha sido positiva.

“Alentamos fuertemente a todo aquel que posea información sobre delitos contra la naturaleza a reportarlos a la agencia de aplicación de la ley más adecuada”, dijo a IPS un portavoz de la Sociedad Humana de Estados Unidos, la mayor organización de protección animal del país, cuando se le preguntó sobre la iniciativa WildLeaks.

Impulso mundial

El lanzamiento de WildLeaks tuvo lugar apenas días antes del inicio este martes 11 de la Conferencia de Londres, organizada por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), con el auspicio del gobierno británico.

En Londres se congregan actores clave de la comunidad mundial de la biodiversidad para diseñar una respuesta internacional a la matanza y al tráfico ilícito de biodiversidad, incluidos los bosques.

El movimiento de combate a los delitos contra la naturaleza ha concitado mucho impulso en los últimos meses. La semana pasada, el gobierno francés destruyó tres toneladas de marfil ilegal, convirtiéndose así en el primer país europeo en tomar esta medida públicamente.

El mes pasado, el gobierno chino también destruyó públicamente una gran cantidad de marfil ilegal, y Estados Unidos hizo lo mismo en noviembre.

En términos generales, los activistas dan la bienvenida a este nuevo impulso mundial.

Peter Knights, director ejecutivo de WildAid, se mostró satisfecho con la medida adoptada por Beijing.

“Cada gran viaje empieza con un pequeño paso. Este es un primer paso muy importante por parte de China, y debería alentarse”, dijo Knights a IPS.

Actualmente se considera que las ganancias derivadas del tráfico ilegal de naturaleza son superiores a las del de armas pequeñas, oro, diamantes y petróleo. El comercio ilícito de pieles de tigres y de colmillos de marfil ha causado la muerte de unos 50.000 elefantes al año, y a casi 3.500 tigres salvajes en Asia, según la Agencia de Investigación Ambiental.

El mes pasado, el Centro Stimson, con sede en Washington, divulgó un informe en el que mostró evidencias de los fuertes vínculos entre la caza furtiva y el financiamiento del terrorismo internacional.

“Hay evidencias muy fuertes de que organizaciones en la República Centroafricana, en Somalia y en la República Democrática del Congo están fuertemente involucradas en la caza furtiva”, dijo a los periodistas el analista Varun Vira, de la firma estadounidense de seguridad C4ADS, en la presentación del informe el mes pasado.

Activistas y analistas por igual creen que una de las mayores organizaciones terroristas de África, Al Shabab, financia buena parte de sus operativos mediante el comercio ilegal de marfil.

El gobierno de Barack Obama también tomó medidas para combatir el tráfico ilegal de productos derivados de la naturaleza. En julio de 2013, el presidente estadounidense firmó la Orden Ejecutiva de Combate al Tráfico de Biodiversidad, comprometiéndose a asistir a los gobiernos  “en actividades antitráfico cuando lo requieran naciones extranjeras que experimenten el tráfico de naturaleza protegida”.

Obama encargó a varias agencias y departamentos de Estados Unidos la implementación de la nueva directiva, entre ellos a los departamentos de Defensa, del Tesoro y de Seguridad Interna, así como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

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