Evelyn Mhasi es enfermera, pero en los últimos siete años no trabajó en su profesión. Las contrataciones del gobierno de Zimbabwe en diferentes sectores, incluido el de enfermería, están congeladas pese a la gran cantidad de personas que egresan de los institutos de formación superior.
Para muchos que lidian con la falta de trabajo en esta nación de África austral, el cambio de año solo implica mirar al futuro con profundo temor. Según el Banco de la Reserva de Zimbabwe, el desempleo en el país subió de 4,2 por ciento en 2004 a 10,7 por ciento en 2011.
Sin embargo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas, estima que el desempleo en Zimbabwe alcanza a 60 por ciento de la población económicamente activa.
Es difícil acceder a estadísticas sólidas, pero es un hecho que la vasta mayoría de la fuerza laboral zimbabwense trabaja en el sector informal.
[pullquote]3[/pullquote]Según la Oficina Nacional de Estadísticas, Zimbabwe produce anualmente unos 36.000 graduados de la enseñanza superior.
Mhasi, de 29 años, siguió con atención en diciembre el anuncio del presupuesto nacional por el ministro de Finanzas, Patrick Chinamasa.
Estaba optimista, dijo. Pensaba “que el gobierno iba a descongelar algunos puestos para personas calificadas como yo, pero fue en vano”, dijo a IPS.
“En 2018 puede haber otras elecciones en que siga desempleada”, lamentó. “Para mí, 2014 ya parece funesto, y mis esperanzas de hallar trabajo se desvanecen rápidamente”.
Tendai Biti , exministro de Finanzas y miembro del opositor Movimiento por el Cambio Democrático de Morgan Tsvangirai, dijo a IPS que “Zimbabwe enfrenta tanto una crisis económica como de liderazgo tras los comicios fraudulentos de 2013”.
“Es fácil cometer fraude electoral, pero la economía es un juego totalmente diferente”, señaló, antes de analizar que el país está volviendo al escenario de 2008.
Ese año, los resultados de las elecciones, oficialmente muy ajustados, desembocaron en un gobierno de poder compartido, Zimbabwe se hundió en una crisis económica. La hiperinflación llegó entonces a 231 millones por ciento.
Robert Mugabe, quien va a cumplir 90 años en febrero, gobierna el país hace 33 años y desde la década pasada su continuidad en el poder pasa por denuncias de irregularidades en los sucesivos comicios, lo que ha llevado a la Unión Europea y Estados Unidos a imponer sanciones económicas al país, agravando una situación financiera ya muy deteriorada.
Según la Confederación de Industrias de Zimbabwe, una organización que desarrolla y promueve actividades empresariales, varias empresas no lograron reabrir en el año recién comenzado, por dificultades económicas. Sin embargo, no pudo aportar cifras.
El economista independiente Kingston Nyakurukwa dijo que la gente común sobrevive con recursos muy reducidos y, en muchos casos, con una gran incertidumbre sobre los meses por venir.
“Los empleados públicos recibieron sus beneficios el año pasado por tandas, lo que obviamente dejó a todo el servicio civil con dudas sobre qué le deparará el futuro en 2014, y la gente teme mucho lo que va a ocurrir en este año”, dijo Nyakurukwa a IPS.
“Con un presupuesto nacional para 2014 de unos 4.000 millones de dólares, carente de una adecuada fuente de ingresos para cumplir con el gasto, Zimbabwe se dirige hacia una caída económica este año”, agregó.
Para Nyson Chimukwere, vendedor de frutas y verduras en Marondera, una localidad ubicada 80 kilómetros al este de Harare, las perspectivas para este año son más que sombrías.
“La gente ya no tiene suficiente dinero para gastar. En estos días vuelvo a casa con mi carretilla cargada de frutas y verduras, que ahora se pudren en mi hogar”, dijo a IPS.
[related_articles]Este hombre de 44 años, padre de cuatro hijos, añadió que sus ganancias se redujeron casi 75 por ciento en los últimos meses.
“Temo que este año puedo terminar sin ganar nada con mi negocio. Antes obtenía unos 50 dólares diarios con mis ventas, pero ahora las cosas han dado un giro desagradable: llevo a casa 15 dólares o incluso mucho menos”, planteó.
Rik Davison, quien dirige Rik-Davy Glass Company, que emplea a unas 800 personas en Masvingo, la ciudad más antigua de Zimbabwe, también mira con pavor el año que tiene por delante.
“En los últimos tiempos (el negocio) decayó mucho, dejándonos varios días sin hacer ventas, lo que evidencia las incertidumbres que envuelven a 2014”, dijo Davison a IPS, cuando ya arrastra una crisis que le impide pagar a tiempo a sus trabajadores.
Davison señaló que sus temores empeoraron ante la insistencia del gobierno de implementar la Ley de Indigenización y Empoderamiento Económico de 2007, que obliga a empresas de capitales extranjeros a ceder 51 por ciento de sus acciones a empresarios locales negros. Él, que es blanco, tuvo que acatar la norma y ceder su parte.
Al contrario de los demás, Kudakwashe Bhasikiti, de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe – Frente Patriótico, cree que 2014 será un año próspero.
“Al implementarse la política de indigenización no tenemos nada que temer. Estamos seguros de que daremos riqueza a las personas negras de Zimbabwe”, dijo Bhasikiti, quien es parlamentario por el distrito de Mwenezi Oriental, en diálogo con IPS.
Algunos economistas pronostican que los empleados públicos sufrirán la peor parte de la escasez que padece el gobierno.
“Al menguar enormemente la recaudación de ingresos, este año el gobierno zimbabwense puede no remunerar de modo sostenible a los ya mal pagados funcionarios públicos”, dijo a IPS el experto en economía Agrippa Nhumwe. A eso se añade, planteó, que el presupuesto de 2014 no incluye ningún aumento salarial.
Un banquero local señaló a IPS, bajo anonimato, que se avecinan tiempos difíciles para los bancos de Zimbabwe.
“La falta de liquidez sacude a los bancos locales, así que vienen tiempos duros este año, lo que alimenta el temor de los ciudadanos ante un gobierno impredecible, que en medio de semejantes circunstancias puede reintroducir en cualquier momento el temido dólar zimbabwense que desechó en 2008”, dijo.
El Banco de la Reserva de Zimbabwe, al que en el peor momento de la crisis económica del país forzaron a emitir un billete de 100 billones de dólares zimbabwenses, fue obligado a dejar de imprimir dinero y a adoptar un régimen de multidivisas.
Para millones de zimbabwenses, todavía falta ver si el gobierno del presidente Robert Mugabe logrará o no hacer las maniobras necesarias para sobrellevar este 2014.