El principal obstáculo en la lucha contra la poliomielitis en Pakistán, uno de los tres países donde la enfermedad sigue siendo endémica, es la insurgencia islamista Talibán, que cree que la vacuna es un arma de Estados Unidos y asesina a trabajadores de la campaña sanitaria.
Ni siquiera los más destacados eruditos islámicos lograron disuadir a los insurgentes, que exigen a los padres que no vacunen a sus hijos e hijas y obstaculizan el trabajo de vacunación en todas las provincias contra la enfermedad que provoca parálisis y atrofia muscular, denuncian trabajadores de la salud.
La situación es particularmente grave en Jyber Pajtunjwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental) y en las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA, por sus siglas en inglés).
En su prédica contra la vacunación en la agencia de Waziristán, en las FATA, los talibanes afirmaron que la vacuna era un instrumento de espionaje de Estados Unidos. Argumentaron que Washington realizó una campaña de vacunación a través del médico Shakil Afridi para capturar y matar al saudita Osama bin Laden (líder del movimiento extremista Al Qaeda) en la ciudad pakistaní de Abbottabad en 2011.
“Es un motivo de preocupación que los talibanes continúen sus prácticas a pesar de los decretos que los eruditos religiosos emitieron a favor de la vacunación», dijo a IPS Samiul Haq, director de Darul Uloom Haqqania, una de las mayores madrasas, o escuela superior de estudios islámicos, de este país del sur de Asia con 180 millones de habitantes.
Él también emitió un decreto similar en diciembre que insta a los padres a vacunar a los niños contra la poliomielitis para evitar la discapacidad. La enfermedad es contagiosa y afecta principalmente a niños y niñas menores de cinco años.
“Hacemos un llamamiento al Talibán para que deje de matar a los trabajadores de la poliomielitis por el bien de nuestros hijos”, exhortó Haq, quien en diciembre presentó la campaña contra la enfermedad junto al jugador de cricket convertido en político Imran Kan, en la provincia de Jyber Pajtunjwa.
“La idea de que la vacuna oral contra la poliomielitis (OPV) es una estratagema de Estados Unidos para reducir la población de musulmanes no es correcta”, dijo Haq.
De los 35 millones de niños y niñas de Pakistán, 80.000 permanecen sin inmunizar, según Elias Durry, director de la campaña de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para erradicar la poliomielitis en este país. Esto se debe principalmente a que los padres se niegan a autorizar una vacuna de la cual sospechan por razones socioculturales.
De los 22 millones de habitantes de Jyber Pajtunjwa, alrededor de 22.000 niños no están vacunados. Muchos padres creen que la OPV es perjudicial. Y los talibanes sólo empeoraron las cosas.
El Talibán asesinó a 17 personas en la provincia en incidentes relacionados con la poliomielitis en los 12 meses finalizados en diciembre de 2013, y continúa luchando contra la vacunación.
Jyber Pajtunjwa registró 10 de los 76 casos nuevos de poliomielitis en Pakistán en 2013, mientras las provincias de Sindh y Punjab reportaron siete y seis casos respectivamente.
En las FATA, contiguas a Jyber Pajtunjwa, los talibanes prohibieron la vacunación desde junio de 2012. De los 53 casos nuevos en la zona, solo en la agencia de Waziristán del Norte se registraron 26 contagios.
El médico Anwar Ali, uno de los funcionarios que combaten la enfermedad, dice que la situación es cada vez peor porque no ceden los ataques de los talibanes contra los trabajadores de la campaña.
Una conferencia internacional de eruditos religiosos celebrada en junio en Islamabad declaró infieles a quienes asesinan a los trabajadores dedicados a combatir la poliomielitis. El edicto llevaba la firma de destacados religiosos de Pakistán, Egipto, Afganistán y Arabia Saudita, pero no resultó de ayuda.
Ali aseguró que los ataques contra los trabajadores se intensificaron. Los talibanes siguen privando a los niños de las vacunas que tanto necesitan.
[related_articles]Tres expertos religiosos pakistaníes –Tahir Ashrafi, Samiul Haq y Hanif Jalandhri– fueron a El Cairo en marzo de 2013 para buscar información acerca de la OPV en un contexto religioso. Desde su regreso, sus intentos de persuadir a los talibanes para que permitan la vacunación fueron en vano.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que apoya los esfuerzos de inmunización del gobierno contra la poliomielitis, publicó un folleto que contiene cerca de 40 decretos religiosos favorables a la vacunación para convencer a los padres de que autoricen la vacuna.
«La gente podrá convencerse de la vacunación si los talibanes aceptan los decretos religiosos a favor de la OPV”, sostuvo Ali.
Mohammad Nabi, un clérigo de Peshawar, precisó que el Talibán ataca a los trabajadores que luchan contra la poliomielitis y también a los policías que los protegen.
“Es un motivo de grave preocupación que el Talibán ignore los edictos emitidos por estudiosos de renombre sobre la eficacia y legalidad de la OPV”, dijo.
“Por un lado dicen promover el Islam, y por otro desafían a los eruditos islámicos. El Islam pide a sus seguidores que protejan a sus hijos de las enfermedades. Es responsabilidad básica de los padres asegurar la buena salud de sus hijos”, destacó el religioso.
El Talibán no solo expone a los niños y niñas a la enfermedad, sino que también genera el descrédito hacia el Islam con su negativa a permitir la vacunación, sostuvo Nabi.
«Los niños no inmunizados representan una amenaza para los demás. Los talibanes deben respetar los decretos islámicos para proteger a los niños contra la poliomielitis”, agregó.
El muftí Mohammad Mushtaq emitió decretos que piden a sus discípulos promover la vacunación, pero muchos trabajadores abandonaron la campaña por temor a los talibanes.
La insurgencia islamista mató a cinco trabajadores que luchaban contra la poliomielitis en Mardan, un distrito de Jyber Pajtunjwa. “A pesar de mi decreto, unos 6.000 niños permanecen sin vacunar en Mardan”, explicó.
Muzam Khan, un médico que participa en la campaña de inmunización en las FATA, cree que los decretos no ayudarán en la lucha contra la enfermedad mientras el Talibán no apoye la vacunación.
«En 2012 tuvimos 22.000 rechazos (de inoculaciones), y en 2013 el número subió a 28.000. Es improbable que los talibanes acaten los decretos”, opinó.
“Hemos trabajado con las publicaciones de las madrasas para comprender el alcance que tiene la influencia de los talibanes en la vacunación y el papel de los decretos”, dijo Israr Madani, de la organización pakistaní Consejo Internacional para Asuntos Religiosos.
«Vamos a publicar literatura que, a la luz de las enseñanzas islámicas, se pueda utilizar para que se acepte la vacunación”, explicó.
El peligro radica en que el virus de la poliomielitis se extienda desde Pakistán que, junto a Afganistán y Nigeria, es uno de los tres países donde la poliomielitis es endémica. “Recientemente se detectó una cepa del virus de Pakistán en Egipto», dijo Madani.