Más de un mes después de que el ciclón Phailin azotó Orissa, las tribus de ese oriental estado indio todavía sienten su ira. Además del daño material y emocional, la tormenta causó estragos en sus fuentes de alimentos tradicionales.
“Calamidades como el ciclón Phailin afectan a todos por igual, pero las tribus son mucho más vulnerables a su impacto porque tienen menor resiliencia”, dijo a IPS el comisionado especial de asistencia, P.K. Mahapatra.
Esto es particularmente cierto en un estado como el costero Orissa, donde son frecuentes los desastres naturales y donde 24 por ciento de sus 42 millones de habitantes son indígenas que viven de la tierra.
“Poderosos ciclones han azotado Orissa cual misiles guiados por el calor en 70 de los últimos 110 años”, señaló Mahapatra.
“Las tribus necesitan por lo menos una temporada para reconstruirse”, dijo.
Phailin, que impactó en Orissa el 12 de octubre, fue la tormenta más poderosa que se ensañó con India en una década. Los preparativos del gobierno ayudaron a que no hubiera más de 21 víctimas, según datos oficiales.
Pero mientras el estado se recompone, muchos enfatizan la importancia de los alimentos obtenidos localmente durante las emergencias, y advierten cómo los cambios de los patrones de consumo durante los desastres naturales pueden perjudicar a los pueblos originarios.
Un ejemplo es el del distrito de Gajapati, severamente dañado por Phailin y donde 70 por ciento de la población es indígena.
“Diez por ciento de la población del distrito, incluidas las tribus, fueron evacuadas a refugios anticiclones y recibieron ayuda alimentaria de emergencia como todos los demás. Perdieron cultivos y se dañaron sus viviendas con techos de paja”, dijo B.K. Hota, encargado de operaciones de emergencia, en diálogo con IPS.
Una indígena del distrito de Sundargarh, que quedó inundado tras el ciclón, dijo que a las mujeres les preocupa que la pérdida de cultivos afecte la nutrición de niños y niñas.
Bijay Kumar Sahoo, inspector de suministros, dijo a IPS que “es muy difícil acceder a los apartados caseríos tribales en las densas junglas”, por lo que es todo un desafío distribuir alimentos y otra ayuda durante las calamidades.
Ese es el principal motivo por el que el Instituto Central de Investigación Arrocera en la localidad de Cuttack, en Orissa, ha desarrollado variedades de arroz que pueden soportar los eventos meteorológicos extremos del estado. Se trata de variedades que pueden crecer en áreas irrigadas, con agua salada, en zonas propensas a las sequías, en tierras bajas, llanas y anegadas.
Durante los desastres, el consumo de alimentos nativos es fundamental para lograr una seguridad alimentaria que a la vez sea sensible a la cultura local. Pero esa variedad de arroz carece del apoyo de infraestructura que necesita para su distribución.
En los primeros días posteriores a las catástrofes, el gobierno aporta “arroz sin cáscara, saborizado y crudo, galletas de alto contenido proteínico, agua y equipos de rehidratación oral”, que son fáciles de embalar y distribuir.
Sin embargo, las carencias en la logística del transporte de carga podrían compensarse, por ejemplo, cosechando boniatos producidos localmente, así como copos de mijo, entre otros, dejando el agua y el saneamiento al gobierno.
Según el Centro Estadual de Operaciones de Emergencia de Orissa, en la segunda fase de la asistencia, la administración entrega arroz, lentejas y subsidios monetarios a los damnificados.
Y es allí donde una seguridad alimentaria sensible a la cultura es crucial para comunidades como las indígenas.
Repartir alimentos precocidos o cocinados parcialmente a tribus sin techo podrá evitar que los afectados mueran de hambre, pero mantenerlos con patrones de consumo totalmente nuevos puede tener un impacto a largo plazo en su salud y constitución física.
“Tradicionalmente, los indígenas caminan distancias tan largas para conseguir los magros alimentos que obtienen en el bosque, como tubérculos o pescados, que nunca contraerán enfermedades vinculadas al sedentarismo, como la diabetes”, dijo Jupiter Das, un funcionario de la Cruz Roja en el distrito de Puri, en diálogo con IPS.
La sabiduría nativa respeta las fuentes de nutrición complementaria de cada estación, la rotación de cultivos y el desarrollo sostenible de la economía y la sociedad.
Si se pudiera desarrollar un medio sustentable de cosecha como el que promueve la diversidad de alimentos autóctonos, la distribución de la ayuda alimentaria sería mucho menos complicada, aseguran los expertos.
[related_articles]“Los alimentos de las tribus incluyen granos gruesos, pescado, mijo, lentejas, hongos y tubérculos. El consumo de arroz y mijo entre las tribus es consecuencia de las leyes de conservación forestal, que privan a los indígenas de acceso a los productos del bosque”, dijo Tushar Dash, de Vasundhara, una organización no gubernamental que promueve los derechos de las comunidades forestales y la tenencia de la tierra en Orissa.
En un estudio titulado “Recursos genéticos de tubérculos silvestres tradicionalmente usados en la Reserva de la Biosfera de Simlipal en Orissa, India”, realizado entre 2008 y 2012, los investigadores documentaron la seguridad alimentaria tradicional de las tribus.
“Se inventariaron 55 especies de tubérculos silvestres comestibles, que representan 37 géneros y 24 familias, incluyendo 17 especies usadas en épocas de deficiencia alimentaria para cubrir la escasez estacional”, señala el informe.
“Las tribus domesticaron 10 especies, reduciendo así las amenazas a los tubérculos silvestres, y se comerciaron 20 especies en los mercados locales para generar ingresos adicionales, ejemplificando los beneficios económicos que conllevan los tubérculos silvestres”, agrega.
Avula Laxman, del Buró Nacional de Monitoreo Nutricional en el Instituto Nacional de Nutrición de Hyderabad, dijo a IPS por correo electrónico: “No tenemos información sobre cultivos neutrales en materia climática. Sin embargo, algunos informes revelan que algunas de las tribus pueden consumir carozos de mango durante las sequías y en condiciones de escasez”.
La sabiduría originaria tiene ventajas prácticas durante las calamidades.
Sambit Rout, funcionario del gobierno del distrito de Puri, todavía recuerda lo que le dijo un pescador cerca del lago Chilka la noche en que impactó el ciclón Phailin: “No hay más motivos para preocuparse, porque el viento cambió de dirección”.
Rout relató a IPS: “Su sabiduría nativa me dejó helado”. También dijo que hay un día al año en que las tribus del norte de India almacenan granos para alimentarse y leña para usar como combustible ante la inminencia de desastres.
El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas también enfatiza las ventajas de obtener alimentos localmente. Tal vez sea tiempo de que India recurra a los conocimientos nativos para mitigar la inseguridad alimentaria durante las catástrofes.