El marco legal que pauta las relaciones comerciales entre Estados Unidos y África está lleno de problemas que dejan a la intemperie a muchas empresas africanas.
La Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA, por sus siglas en inglés) se aprobó en 2000 con el fin de fomentar la exportación al mercado estadounidense de productos de pequeñas y medianas empresas africanas.
Ahora, funcionarios, legisladores y activistas de Estados Unidos insisten en que la ley no ha funcionado como debía, especialmente para las comunidades africanas más pobres, y dudan de que se la pueda reformar antes de 2015, año de expiración, aunque todo el mundo prevé que será prorrogada.
“La AGOA ha sido exitosa, pero solo dentro de sus parámetros limitados”, dijo Kimberly Elliott, experta en políticas comerciales y globalización del Centro para el Desarrollo Global, un grupo de expertos con sede en Washington.[pullquote]3[/pullquote]
«Fue relativamente efectiva para eliminar barreras estadounidenses al comercio africano, pero no abordó la cuestión fundamental de la competitividad en África”, agregó.
Según el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, “en el marco de la AGOA las exportaciones africanas se multiplicaron por más de cuatro desde la creación del programa. En 2012, los países aptos según la AGOA exportaron casi 35.000 millones de dólares en productos libres de aranceles”. Y “en el continente africano se crearon apenas 1,3 millones de empleos desde la aprobación de la AGOA”, indicó el embajador Michael Froman, representante comercial de Estados Unidos.
Mientras, las ventas de Estados Unidos a África se triplicaron en la última década.
Alcance limitado
Una de las limitaciones de la AGOA es que comprende solo algunos sectores de la economía, entre ellos el petróleo, en detrimento de rubros con mayor impacto en los segmentos más pobres de la sociedad, como la agricultura, el más importante para las comunidades africanas.
“Más allá de la vestimenta y de otros pocos sectores, los aranceles estadounidenses ya eran bastante bajos antes de la AGOA”, dijo Elliott. “El mayor desafío es que productos básicos claves, como el azúcar y el cacao, accedan al mercado de Estados Unidos”.
Pero los productos agrícolas siguen excluidos de la AGOA por las protecciones internas estadounidenses. Este parece ser el mayor escollo para reducir la pobreza en África.
“Aparte del textil, no hay muchos sectores que se beneficien de la AGOA”, dijo Zania Lewis, analista sobre desarrollo económico en África de la Brookings Institution, en diálogo con IPS.[related_articles]
“Y, lamentablemente, el rubro que ha cosechado la mayor parte de los beneficios ha sido la industria petrolera”, agregó.
Según estimaciones recientes, las exportaciones de petróleo representan casi 90 por ciento de las mercaderías que parten de costas africanas.
Al mismo tiempo, la AGOA consiguió abrir el mercado estadounidense a la creciente industria textil africana. El auge de las exportaciones keniatas a empresas estadounidenses como Victoria’s Secret y Macy’s es un resultado exitoso de la AGOA.
Según las últimas estimaciones, Kenia fue el 103 mayor proveedor de Estados Unidos en 2011, con importaciones de 382 millones de dólares, lo que supone un aumento de casi 23 por ciento en relación a 2010.
“Hasta ahora, este ha sido el mejor resultado de la AGOA para los segmentos más pobres de los productores africanos”, dijo Elliott.
En opinión de Shari Berenbach, presidenta de la agencia federal Fundación de Estados Unidos para el Desarrollo de África, «es importante reconocer que uno de los públicos más importantes de la AGOA son las pequeñas comunidades locales y marginadas».
«La Fundación ha apoyado mucho esta ley y el comercio, porque la cuarta parte de los productores que respaldamos son pequeños grupos locales que ahora están participando a fondo en las exportaciones a Estados Unidos», dijo Berenbach a IPS.
La Fundación ofrece fondos para el desarrollo a pequeñas empresas africanas que buscan acceder al mercado de Estados Unidos. Berenbach asevera que esas oportunidades pueden tener un impacto directo en la pobreza. “La mayor parte de nuestro trabajo en África se dedica a la parte más débil de la economía africana, las comunidades pobres”, señaló.
Privaciones
Como la AGOA expirará en 2015, la mira está puesta en su renovación y en cómo reformarla. Sus debilidades, indican los críticos, quizás no sean solamente por las barreras comerciales ocultas.
“La AGOA no puede llegar a muchas comunidades africanas que no participan del proceso productivo, simplemente por restricciones internas y por falta de infraestructura adecuada”, dijo Mwangi S. Kimenyi, director de la Iniciativa para el Crecimiento de África en la Brookings Institution, entrevistado por IPS.
Una encuesta de la consultora independiente Afrobarometer concluyó que casi la mitad de los africanos entrevistados todavía se perciben como pobres.
En base a encuestas en 34 países, el estudio muestra que por lo menos 20 por ciento de los africanos todavía padecen las privaciones más básicas, como alimentos, agua y medicinas.
Para dar respuesta a este problema, sugieren algunos, la próxima versión de la AGOA debería prever la asistencia a los pequeños productores africanos para que adquieran habilidades y conocimientos sobre las exigencias del intercambio internacional. Berenbach la define como «desarrollo de capacidad comercial».
Esto «permitirá incluso que los productores más pequeños sean más productivos y comercien de modo efectivo, así realmente podremos usar el comercio para obtener desarrollo”, sostuvo.
Otro aspecto que habría que cambiar es la escasa promoción que contiene la AGOA a las inversiones de empresas estadounidenses en África, según Kimenyi. Por eso muchos intereses corporativos también estarán pendientes del debate para prorrogar la ley, aseveró.