Durante mucho tiempo, los periodistas críticos al gobierno de Azerbaiyán sufrían golpizas y amenazas, y algunos eran asesinados. Ahora parece que el poder ha cambiado de estrategia y les ofrece dádivas.
El gobierno del presidente Ilham Aliyev tiene antecedentes funestos en términos de libertad de prensa. En los últimos años se dedicó a perseguir a periodistas que exponían irregularidades oficiales o que irritaban a figuras de las altas esferas.
Sin embargo, al acercarse las elecciones presidenciales previstas para principios de octubre, las autoridades optaron por ofrecer algunos incentivos con la esperanza de sofocar la cobertura informativa crítica.
A fines de julio, el gobierno inauguró un edificio de apartamentos con unidades de uno, dos y tres dormitorios, a ser ocupado exclusivamente por periodistas y sus familias. La estructura de 17 pisos, cuya construcción requirió 6,37 millones de dólares, se ubica en un suburbio de Baku llamado Bibi Heybat.
Muchos de los beneficiarios están afiliados a medios de comunicación favorables al gobierno. Pero unos pocos nuevos inquilinos trabajan para medios de capitales independientes y orientados a la oposición.
Aliyev espera que la inauguración del edificio ayude a mejorar la imagen de su gobierno. El hecho de que “periodistas de varios medios y personas con diferentes puntos de vista políticos hayan recibido apartamentos… muestra la ausencia de toda discriminación política en Azerbaiyán”, dijo el presidente.
Algunos reporteros sostienen que el ofrecimiento de viviendas gratuitas es un soborno mal disfrazado por el gobierno, diseñado para influir en la cobertura informativa.
“Las autoridades finalmente han convertido el derecho fundamental a la libertad de expresión en el derecho a no tener que pagar el alquiler de un apartamento”, bromeó el exeditor Shahveled Chobanoglu en un artículo de opinión publicado en Contact.az.
Dos empleados del periódico Azadliq (Libertad), el más crítico del gobierno y asociado al opositor Partido del Frente Popular de la República Azerbaiyana, se postularon y recibieron apartamentos gratuitos en el edificio de Bibi Heybat. Varios trabajadores de otros diarios de la oposición, como el Yeni Musavat (vinculado al Partido Musavat) y Bizim Yol (Nuestro camino), también son inquilinos.
El editor en jefe de Azadliq, Rahim Hajiyev, dijo a EurasiaNet.org que, pese a sus fuertes objeciones, no se negó cuando dos empleados “realmente necesitados” le informaron que querían postularse a los apartamentos.
[related_articles]“Me preguntaron y no pude decirles que no, porque el periódico no puede satisfacer sus necesidades económicas”, dijo Hajiyev. Sin embargo, subrayó, no está cómodo con su decisión.
“Estoy de acuerdo: es una mala práctica aceptar dádivas y apartamentos del gobierno. No puedo decir que estemos en lo correcto”, planteó. El diario también recibe dinero del gubernamental Fondo de Apoyo a los Medios.
“Trabajamos en condiciones muy duras, privados de todo apoyo de donanets extranjeros y de ganancias de la publicidad, y tenemos que sobrevivir”, agregó.
Tanto Hajiyev como los periodistas de la oposición que viven en el edificio insistieron en que aceptar un apartamento financiado por el gobierno no influirá en su trabajo.
La agencia de noticias Turan fue el único medio de capitales privados y favorable a la oposición que se negó –pese a varias presuntas invitaciones del gobierno- a tramitar apartamentos para sus empleados.
Un reportero de Turan, Huquq Salmanov, sugirió que el gobierno en realidad quería comprometer la integridad periodística de los medios opositores.
Cuando Salmanov, cuya familia padece severas penurias económicas, se postuló a un apartamento a título personal, los funcionarios le dijeron que solo podría obtenerlo “como corresponsal de Turan”.
“Ellos querían tener a Turan en la lista de beneficiarios. Yo no quise entrar en ese juego y me negué”, dijo Salmanov.
El director del Fondo de Apoyo a los Medios, Vugar Aliyev, no aceptó formular declaraciones a EurasiaNet.org.
Salmanov dista de ser el único periodista que lucha para llegar a fin de mes en Azerbaiyán.
Los salarios de reporteros de medios escritos, audiovisuales o de Internet equivalen a apenas 574 dólares, mientras que el alquiler de un apartamento en el centro de Baku fácilmente puede duplicar esa suma. El alto costo de vida en Baku fue lo que empujó a la mayoría, si no a todos los periodistas críticos, a postularse para una vivienda en el edificio de Bibi Heybat.
“No es posible tener una vida decente con nuestros salarios cuando uno necesita alquilar un lugar para vivir”, dijo uno de esos reporteros, casado y padre de dos hijos, que pidió mantenerse en el anonimato.
Este periodista no ve ningún conflicto de intereses en sus acciones. “El edificio no se construyó con el dinero personal de Ilham Aliyev”, argumentó.
“Yo recibí el apartamento del Estado y, por lo tanto, no siento ninguna obligación” para con el gobierno de Aliyev, agregó.
En general, la rebatiña por los apartamentos expuso la visión deficiente que tienen los periodistas azerbaiyanos sobre lo que constituye un conflicto de intereses.
Otra periodista de la oposición, Aygun Muradkhanly, corresponsal de Yeni Musavat, cree que el gobierno tiene la obligación de ayudar financieramente a los reporteros. Cuando quitaron su nombre de la lista de beneficiarios, pocos días antes de la inauguración del edificio, ella apeló al presidente Aliyev.
“Tengo 22 años de experiencia y alquilo un apartamento desde hace 14”, relató a EurasiaNet.org. “Yo también merecía uno”.
Su reclamo refleja las ideas heredadas de la era soviética, cuando el Estado brindaba viviendas y otros beneficios a miembros de la “clase creativa”, siempre que acataran la disciplina del gobierno.
Tras ser rechazada su solicitud en el primer edificio destinado a periodistas, Muradkhanly expresó su gratitud porque la Presidencia le prometió otro para el futuro.
Por lo menos un inquilino de Bibi Heybat reconoció ser dueño de otra vivienda, lo que viola los requisitos para postularse. Rashad Majid, editor en jefe de la privada 525-ci Gazet, admitió en un editorial que posee un apartamento en Baku, pero que no ve nada malo en recibir uno nuevo gratis.
“Llevo muchos años en el periodismo y me lo merecía. Mi hijo, que también es periodista, vivirá en el nuevo apartamento”, escribió Majid. “Quiero que el gobierno me dé dos apartamentos más para mis otros dos hijos”.
Esas nuevas viviendas se ofrecerán pronto. A fines de julio, el presidente Aliyev asignó el equivalente a otros 6,37 millones de dólares a la construcción de una nueva residencia para trabajadores de los medios, que se ubicará junto a la primera. Las obras ya comenzaron.
Shahin Abbasov es un periodista independiente radicado en Baku. Este artículo se publicó originalmente en EurasiaNet.org.