Más de un mes después de las inundaciones que dejaron 1.000 muertos y 6.000 desaparecidos en el norteño estado indio de Uttarakhand, en el Himalaya, el gobierno todavía no divulgó una evaluación completa del impacto agrícola, desatando temores sobre el alcance de los daños.
Persisten las preguntas sobre cuánto tardarán en dar resultados los esfuerzos de restauración del suelo y cuándo volverá a funcionar normalmente la economía agrícola, que en el período 2012-2013 representaba poco menos de 11 por ciento del producto interno bruto (PIB) del estado, de 160.000 millones de dólares.
El 15 y el 16 de junio, lluvias torrenciales y filtraciones de glaciares en el Himalaya causaron graves inundaciones, sembrando el caos en Uttarakhand, mientras las corrientes principales del sagrado río Ganga se tragaban calles, viviendas y otros edificios, ganado e incluso decenas de peregrinos.
El gobierno centra sus esfuerzos casi totalmente en una operación de emergencia de rescate y alivio coordinada por las Fuerzas Armadas (hasta ahora hay unos 42.000 rescatados bajo su órbita), y la situación de los agricultores es ampliamente ignorada.
Expertos de la región sostienen que los cultivos de verano fueron arrasados y que los establecimientos agrícolas no están en forma para producir una cosecha de invierno este año. La temporada de siembra del arroz, que coincide con el clímax del monzón (de junio a septiembre), se demoró a consecuencia de las severas inundaciones de los arrozales, causadas por precipitaciones y deslizamientos de tierras.[related_articles]
Aunque los predios agrícolas se inundan habitualmente con la arcilla que baja por las montañas de los alrededores debido al derretimiento de glaciares que se produce durante el verano y en la temporada monzónica anual, esta última calamidad ha creado una zona de desastre en lo que lo que con frecuencia se menciona como “la tierra de los dioses”.
“Es posible que la capa superficial del suelo haya quedado alterada por un tiempo considerablemente mayor al esperado”, dijo a IPS el activista Ram Kishan, gerente regional de emergencias para Asia meridional en la organización no gubernamental Christian Aid, con sede en Gran Bretaña.
Este estado del Himalaya, irrigado naturalmente por ríos que se alimentan de glaciares, se jacta de poseer una gran diversidad agrícola. Los rajma, o frijoles rojos, y las papas, constituyen la dieta básica de la población nativa de Uttarakhand, de 10 millones de habitantes, según el censo 2011.
Cultivos como arroz, trigo, cebada, mijo, lentejas, legumbres, papas, frutas, verduras, flores, especias, hierbas y hongos perecieron ahogados por las inundaciones, mientras que los escombros causados por deslizamientos de tierras también comprometieron las pasturas de los 11,9 millones de animales, entre ellos vacas, novillos, búfalos, ovejas, cabras, caballos, cerdos, gallinas, pollos y otras aves, como gansos.
“Las estimaciones iniciales sugieren que entre 25 y 30 por ciento de los cultivos resultaron afectados”, dijo Kishan. Esto representa una porción enorme de la producción promedio anual, de 8,2 millones de toneladas.
Organizaciones no gubernamentales como Christian Aid temen que el resultante aumento de precios en todos los productos esenciales, como verduras, frutas, leche y sus derivados, cereales, lentejas y otras legumbres, perjudique en el corto plazo a la familia agrícola promedio.
En total, 753.711 hectáreas de tierras agrícolas cultivadas fueron inundadas o arrasadas por completo por los ríos Mandakini y Alakananda. Ambos nacen en el morro de Gomukh del enorme glaciar Gangotri, en el Himalaya.
Más de 65 por ciento de los habitantes de Uttarakhand, la mayoría de ellos agricultores de subsistencia con pequeños predios de menos de una hectárea por familia, dependen de esta actividad, según Aide et Action.
Agricultores y turismo
Resultan particularmente afectados los agricultores que dependen del turismo zafral para complementar sus ingresos durante los meses del monzón.
Uttarakhand es un destino popular para turistas locales y extranjeros por igual. “Para el actual año fiscal se esperaba la llegada de 47 millones de turistas internos, y (medio) de extranjeros”, dijo Shejar Ambati, de Aide et Action.
Pero las inundaciones erosionaron esta base económica, añadió.
La industria del turismo es uno de los mayores empleadores de la región, contratando a lugareños como maleteros, guías, conductores y traductores, por ejemplo. Otros alquilan sus mulas, ofreciendo a los turistas recorridos por el rocoso terreno a fin de ganarse el pan de cada día.
La economía turística también mantiene a artesanos locales y a fabricantes de artesanías tradicionales, genera empleos en el rubro gastronómico a través del sector hotelero y permite que las familias creen pequeñas empresas como puestos de té, comercios de recuerdos o tiendas de comestibles.
Ambati teme que la destrucción del “salvavidas del turismo religioso” se convierta en una bola de nieve, afectando la cantidad de turistas que llegan a la región y poniendo en un peligro aún mayor los ingresos de los agricultores.
Citando a pequeños empresarios y verduleros del principal mercado de la localidad de Rudraprayag, Eila Jafar, de Care India, dijo a IPS que los cultivadores ya empiezan a sentir el impacto de los magros rendimientos agrícolas.
“La cantidad de jornaleros que llegan al mercado principal se redujo en gran medida”, agregó.
Las carreteras se deterioraron de modo significativo desde las inundaciones. Algunas calles fueron arrasadas y otras se han vuelto intransitables por los escombros, que tienen “un impacto extremadamente negativo sobre el mercado y la economía”, señaló Jafar.
Los agricultores que dependían de la infraestructura turística para vender sus productos están entre los más perjudicados.
“La Cámara de Comercio e Industria estadual estima que, en el actual año fiscal, Uttarakhand perdió ganancias de unos 20.000 millones de dólares solo de su sector turístico, por cuenta de las lluvias torrenciales que devastaron al estado”, dijo Ambati.
Como es improbable que el turismo se recupere por lo menos en los próximos dos a tres años, la situación exige la “intervención” del gobierno para garantizar que los agricultores tengan seguridad alimentaria y medios de sustento en el corto plazo.