Las necesidades de vivienda y transporte sostenibles de la gente que vive en las ciudades de México deben quedar reflejadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2013- 2018 que prepara el gobierno, piden expertos.
La mitad de la población mexicana, de casi 117 millones de personas, vive en 32 grandes ciudades de 500.000 habitantes o más.
La administración del conservador Enrique Peña Nieto está preparando el plan quinquenal que será base de las políticas públicas en materia de economía, ambiente, sociedad y seguridad, y para ello ha abierto una ronda de consultas ciudadanas que concluirán en mayo.
"La movilidad y el desarrollo urbano están separados. El corazón de nuestra propuesta es que no vayan tan separados, porque uno alimenta a la otra. Lo siguiente es cómo operarlo y ahí surgirán los detalles, los instrumentos, las regulaciones y el financiamiento", dijo a IPS el director de la oficina en México del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), Xavier Treviño.
Esa organización abrió una página electrónica para recibir sugerencias al Plan Nacional de Desarrollo, visitada hasta ahora por más de 130.000 personas.
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En cuestión de movilidad, el ITDP aconseja aplicar sistemas integrados de transporte urbano de alta calidad, fortalecer la capacidad técnica y de gestión de los gobiernos federal, estadual y municipal, potenciar la inversión en infraestructura y diseñar proyectos públicos con criterios de costo-beneficio financiero, social y ambiental.
En cuanto al desarrollo de las ciudades, se plantea la promoción de espacios accesibles, conectados y de alta calidad con vivienda asequible a todos los estratos de la población, el impulso del uso eficiente del suelo en las zonas metropolitanas, aplicar mecanismos coordinados de administración y planificación e instrumentar planes integrales de movilidad sustentable.
Los expertos del ITPD creen además que se deben priorizar proyectos y acciones de renovación urbana, conversión de suelo baldío y subutilizado, mejoramiento y rescate de espacios públicos mediante instrumentos innovadores y eficientes, así como desarrollar un Sistema Nacional de Monitoreo y Evaluación Territorial accesible y transparente.
Las zonas pobladas de este país experimentan una urbanización acelerada y se expanden con muy baja densidad de habitantes. Al mismo tiempo, demandan transporte y servicios de agua, electricidad y recolección de basura, entre otros, y necesitan adaptarse a las transformaciones climáticas. Pero estos factores no se consideran en la planificación urbana.
"Tenemos que reestructurar nuestras ciudades para hacerlas más saludables y competitivas", dijo a IPS el economista Luis Gutiérrez, director estratégico para América Latina de la Red Embarq, un programa sobre transporte sostenible del World Resources Institute, con sede en Washington, que tiene además una filial en México.
"La clave es que (lo que se planifique) no quede enunciado solo en papel, sino que se concrete en institucionalidad, financiamiento en infraestructura y operación", indicó el especialista.
A inicios de este mes, el gobierno presentó su Política Nacional de Vivienda, basada en alcanzar mayor coordinación para alinear programas y medidas en cuestiones territoriales, financiamiento y habitación, transitar hacia un modelo que evite el crecimiento desordenado de las ciudades y reducir el déficit habitacional.
En México faltan cinco millones de viviendas. Pero la meta sexenal es construir 500.000 y mejorar nueve millones de unidades afectadas por el hacinamiento o el uso de materiales endebles.
Pero Leticia Salinas, directora de la organización no gubernamental Casa y Ciudad, considera que debe haber una revisión de esquemas de financiamiento y que se requiere del sector social en el desarrollo residencial.
"Se busca que la vivienda se vincule con el transporte, cercanía con el empleo, infraestructura y servicios. La estrategia debe estar acompañada no solo de meras cuestiones financieras, sino también educativas y sociales", analizó la experta, cuya organización, fundada en 1984, se dedica a la promoción del derecho a la casa habitación.
"Se ve a la vivienda y a la ciudad como si fueran motores económicos por sí mismos y no son un factor unidimensional. Son la consecuencia de una visión económica para el país", añadió Salinas, quien participó ya en la consulta pública sobre el Plan Nacional de Desarrollo.
Para Treviño, es fundamental crear capacidades técnicas para evaluar y ejecutar proyectos inmobiliarios y de transporte.
"Los organismos de vivienda y bancos de desarrollo no tienen la capacidad técnica para tomar decisiones. El asunto es cómo la desarrollan para que asuman la rectoría en esos temas", señaló.
En opinión de Gutiérrez, "hay dos temas básicos: cómo se asigna el financiamiento y si son capaces de proponer proyectos para canalizar esos recursos. Hay que desarrollar capacidades técnicas a nivel local y establecer empresas modernas para dar el salto para encarar retos de gestión en otros niveles técnicos y empresariales. Es una cadena de valor".
Embarq, junto a una serie de instituciones internacionales, creó una matriz con ocho factores para analizar el desarrollo global de las líneas de autobuses de tránsito rápido. Allí se incluyen aspectos técnicos, financieros, administrativos y ambientales, entre otros.
En los próximos 10 o 15 años, 242 ciudades latinoamericanas de más de 250.000 habitantes necesitarán más de 60.000 millones de dólares de inversiones en transporte, prevé Embarq
"Nos preocupa que la parte del suelo y su plusvalía no esté abordada, ni la corrupción en la construcción, elementos clave en el crecimiento urbano. Vamos a estar pendientes de los avances para ver si se están cumpliendo las metas", enfatizó Salinas.