Poco después de que el tsunami del 11 de marzo de 2011 golpeó a la ciudad de Kesennuma, en la norteña provincia japonesa de Miyagi, Naoko Utsumi, de 59 años, se encontró en el techo de un centro comunitario con el correo electrónico de su teléfono celular como única conexión con el mundo exterior.Utsumi envió un correo a su marido, quien a su vez mandó otro a su hijo en Londres, a más de 9.500 kilómetros de distancia. Desde allí, el joven envió un mensaje directo a través de la red social Twitter al vicegobernador de Tokio, quien inició las operaciones de rescate de su madre, pero también de otras 400 personas, relata el informe "Connecting the Last Mile: The Role of Communications in the Great East Japan Earthquake" ("Conectando la última milla: El rol de las comunicaciones en el gran terremoto del este de Japón"), de Internews.
La organización no gubernamental internacional Internews se dedica a potenciar los medios locales y a diseminar información. Su estudio analiza el papel de los nuevos medios, en especial de redes sociales de Internet como Twitter y Facebook, para comunicarse tras el tsunami.
"Nuevos medios como Twitter y Facebook desempeñan un papel importante en la preparación para desastres y en las respuestas de emergencia, como vimos en Haití y ahora en Siria. Permiten desde informar que una persona está viva hasta dirigir a los sobrevivientes hacia los puntos de distribución de alimentos", dijo a IPS el director de proyectos de información humanitaria de Internews, Jacobo Quintanilla.
En la primera hora tras el tsunami, un usuario de Twitter en el sur de Japón creó una etiqueta que luego se convertiría en la palabra clave de esa red social para quienes buscaban ayuda o para dirigir la asistencia.
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"Twitter Japón creó etiquetas para cierta información específica. La red global facilitó las misiones de búsqueda y de rescate para los sobrevivientes varados por el tsunami", señala el informe de Internews.
La compañía Google lanzó una herramienta de búsqueda de personas una hora y media después del impacto del tsunami, y permitió la movilización de unos 5.000 voluntarios que compartieron los detalles de 600.000 registros al mes y medio, cuando la misma estuvo disponible en línea.
El estudio indica también que las actualizaciones de estado en Facebook ayudaron a los sobrevivientes, y los rescatistas intercambiaron actualizaciones personales con rapidez.
Más de 11.000 mensajes de Twitter fueron compartidos por minuto después de las 14:46 de aquel 11 de marzo, una diferencia abismal respecto del 26 de diciembre de 2004, cuando otro tsunami asiático dejó una tendal de destrucción desde Indonesia, pasando por Sri Lanka y hasta la costa sur de India.
Sobrevivientes de la oriental aldea de Maradamunai, en Sri Lanka, dijeron a los periodistas que no tuvieron ni idea de dónde buscar asistencia ni información sobre las personas muertas o desaparecidas hasta dos semanas después del desastre.
La devastación causada por el tsunami de 2004 llevó a países como Sri Lanka a analizar los mecanismos para difundir alertas tempranas. El papel de los nuevos medios de comunicación durante y después de este tipo de desastres concentra la atención general de muchos actores.
Especialistas srilankeses consideran que la mejor forma de difundir alertas tempranas a miles, sino millones de personas, de una sola vez, es a través de los teléfonos móviles.
"Las comunicaciones móviles son las más efectivas debido a su penetración", dijo Indu Abeyarathane, gerente de programa sobre respuestas y sistemas de alerta temprana, de la Sociedad de la Cruz Roja de Sri Lanka (SLRC, por sus siglas en inglés), en entrevista con IPS.
Otros especialistas coinciden en que las comunicaciones móviles y a través de Internet pueden cubrir una necesidad en materia de alertas tempranas y mejores pronósticos en países como Sri Lanka.
"Una y otra vez hubo problemas de comunicación, más que errores de predicción o de evaluación de riesgos", opinó Lareef Zubair, especialista en clima e investigador principal de la Fundación para el Ambiente, el Clima y la Tecnología.
"Se necesita información oportuna y adecuada, con la posibilidad de que los usuarios indaguen más y lleguen hasta los generadores de contenidos", dijo en entrevista con IPS.
El Centro de Gestión de Desastres (DMC, por sus siglas en inglés), creado por ley en 2005 para supervisar la respuesta a escala nacional, ahora tiene acceso al mayor proveedor de servicio móvil de Sri Lanka, Dialog, para enviar mensajes a sus millones de clientes.
La última vez que se usó el sistema de mensajería fue el 12 de abril de 2012, cuando zonas costeras fueron evacuadas por un alerta de tsunami.
"Es efectivo bajo ciertas circunstancias", puntualizó Sarath Lal Kumar, subdirector de DMC, y añadió que la efectividad de otros medios como Twitter y Facebook depende tanto de la ubicación geográfica como de quiénes sean las personas en mayor riesgo.
Aun en Japón resultaron menos efectivos cuando las víctimas eran personas mayores que casi no usaban los nuevos medios de comunicación.
El estudio de Internews señala que, a pesar de su potencial, la efectividad de las comunicaciones móviles y a través de Internet estará determinada por la disponibilidad de energía y por la penetración de estas tecnologías en la sociedad.
En Sri Lanka, con una penetración de Internet de 11 por ciento, su alcance es insignificante fuera de los centros urbanos, observó Kumar. Las autoridades utilizan diversos medios para difundir alertas tempranas, por ejemplo unidades policiales con megáfonos, como en abril de 2012, torres de alertas tempranas, unidades regionales de DMC, así como recurrir a otras agencias como la Cruz Roja.
Abeyarathane, de SLRC, explicó que fue difícil determinar qué método funcionaba mejor. Era esencial combinar lo viejo con lo nuevo, en especial en países como Sri Lanka, donde la disponibilidad de tecnología difiere ampliamente de un lugar a otro.
Él y Kumar coincidieron en que, si bien es bueno mejorar las capacidades de alertas tempranas mediante torres y transmisión celular, también es importante difundir las alertas a través de medios tradicionales como la televisión y la radio.
"Siempre son enfoques con plataformas y canales múltiples", remarcó Quintanilla, de Internews.