Algunas cubanas piensan que la tuberculosis es cosa del pasado, otras abandonan el tratamiento antes de tiempo para seguir dedicadas a su casa y su familia, mientras muchas acuden tarde a la consulta, por dejar siempre para luego el cuidado de su salud.
"Las razones de que las mujeres tiendan a recuperarse menos no se explican biológicamente; son sociales", dijo a IPS el inmunólogo Emigdio León. "Ellas tienen el rol de principales cuidadoras del hogar y se afectan emocionalmente al tener que separarse de sus hijos en la fase de mayor contagio", amplió.
Cuba, de 11.2 millones de habitantes, reportó en 2011 unas 751 personas infectadas por el bacilo Mycobacterium tuberculosis, indicador que oscila en esa cifra desde hace un lustro. Pero las autoridades buscan volver a la incidencia de 1991, de 4,7 infecciones por 100.000 habitantes, que casi se triplicó al año siguiente.
Según la Organización Mundial de la Salud, 8,7 millones de personas contrajeron tuberculosis en 2011 y 1,4 millones murieron por ella en todo el mundo. Es una enfermedad más alarmante en Asia y África y, en general, en países de ingresos medios y bajos. Y figura entre las tres causas principales de fallecimientos en mujeres de 15 a 44 años.
Ellas retardan la consulta y en ocasiones no reciben el apoyo familiar para su recuperación. Loyda González, que sanó en tiempo récord de una tuberculosis en su juventud, dijo a IPS que el respaldo de su familia, en especial de su esposo, fue decisivo. "Pero todas no tienen la misma suerte", reconoció.
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Cuando parecía casi erradicada, la tuberculosis afloró asociada al virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, reportado en esta isla caribeña a partir de 1986.
La bacteria suele alojarse en los pulmones, deja lesiones graves y puede ser mortal, sobre todo en portadores de VIH/sida. Infecta más a los hombres, pero es más severa en las mujeres.
"Provoca una compleja curación (de seis meses a dos años). El microorganismo se aloja de una manera que hace muy difícil su eliminación con medicamentos. Requiere de un estricto seguimiento y cuidado, pues ya el bacilo ha creado resistencia a varias de las drogas disponibles", abundó León, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.
Cada niña y niño que nacen en Cuba reciben la vacuna antituberculosa antes de salir del hospital materno-infantil, y la enfermedad no figura entre las principales causas de muerte, encabezadas por dolencias cardiovasculares y cáncer. Sin embargo tiende a ser reemergente.
Cuñas televisivas y documentales como "Reemergencia" (2010) y "Nosotras desde adentro hacia afuera" (2012), ambos de la realizadora Lizette Vila y su proyecto sociocultural Palomas, exponen las desventajas de la población femenina, el efecto en los hombres y el carácter transmisible y curable de la enfermedad.
"Hace muchos años que no se hablaba en Cuba de esta enfermedad, altamente contagiosa y muy estigmatizada. Aunque las tasas de infección son muy bajas, la tuberculosis está presente y la salud cubana tiene un enfoque preventivo", dijo Vila a IPS.
"No tener un concepto de prevención es también una expresión de violencia hacia las mujeres, con una gran afectación a la familia porque nosotras seguimos siendo su centro", defendió la activista. "La paciente de tuberculosis necesita una alimentación fortalecida y reposo", amplió.
Estrenado en marzo y transmitido varias veces por la televisión pública cubana y en espacios interactivos, el filme "Nosotras " reúne visiones y consejos de especialistas en neumotisiología del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis, iniciado en 1963, para alertar sobre ese riesgo con un enfoque de género.
Según la médica Adela Ramos, entrevistada por Vila en su cinta, "las mujeres de hoy tenemos más recursos, desarrollo y civilización, pero seguimos amparando la familia por encima de todo (incluso de nosotras mismas), como las cubanas del siglo XIX", cuando la enfermedad era una de las primeras 10 causas de muerte en el país.
Problemas respiratorios por más de 14 días, cansancio, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso advierten que se debe acudir al médico para una detección temprana.
Sin embargo, "existe una mayor identificación de síntomas relacionados con un estado avanzado de la enfermedad", encontró la Encuesta Nacional sobre Conocimiento y Actitud de la Población ante la Tuberculosis, 2011, publicada este año por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
De los encuestados, mayores de 12 años, 46,7 por ciento de los hombres y 53,3 por ciento de las mujeres escucharon hablar de tuberculosis e identificaron que es contagiosa, curable y puede causar la muerte.
Solo 59,3 por ciento de los hombres y 57,9 por ciento de las mujeres consideraron que pueden contagiarse. Y se registró una caída de quienes sienten rechazo o compasión por pacientes de tuberculosis respecto de la encuesta de 2009.
"La tuberculosis se asocia en Cuba al pasado, la hambruna y la miseria. Pero todavía tenemos que protegernos de ella", opinó Edilia Oiz, vecina del municipio capitalino Cerro, donde se encuentra el Hospital Benéfico Jurídico especializado en neumotisiología. "Hay mucha suciedad, al menos en la capital", dijo.
La comunidad médica advierte sobre factores como el tabaquismo, el alcoholismo y el hacinamiento. Los hogares y centros laborales deben ventilarse y recibir los rayos del sol para que no prolifere el bacilo, portado por la tercera parte de la humanidad, que no padece la infección ni la transmite.