Gobierno de Kazajstán avasalla a la prensa

Kazajstán, ex república soviética de Asia central rica en petróleo, lleva adelante una campaña sin precedentes contra los medios que la podría dejar sin ningún periódico de oposición por primera vez en sus 21 años de historia como nación independiente.

El gobierno de Nazarbayev ha clausurado prácticamente todos los medios de oposición. Crédito: Christopher Pala
El gobierno de Nazarbayev ha clausurado prácticamente todos los medios de oposición. Crédito: Christopher Pala
La semana pasada, agentes de la KNB, la policía secreta, ingresaron a las oficinas de Respublika, semanario con un fuerte énfasis en análisis económicos e investigaciones sobre corrupción. La publicación fue fundada en 2000, cuando comenzó el auge económico del país.

Los agentes confiscaron equipos y cerraron las oficinas.

Un tribunal halló culpable al semanario de "extremismo", prohibiendo su distribución y su presencia en Internet, informó a IPS la editora jefa de la publicación, Tatyana Trubacheva, en una entrevista realizada el miércoles 26 a través de Skype.

El semanario, además, cuenta con una página en la red social Facebook, pero todavía no está claro si el gobierno también podrá clausurarla, añadió.
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"Algunos de nuestros periodistas han publicado artículos en Azzat", un semanario creado especialmente tras el cierre de Respublika, señaló. "No sabemos cuánto va a durar esto", añadió.

En última instancia, Respublika, que ya ha sobrevivido a varios ataques del gobierno, se podrá leer solo en Internet, a pesar de que las autoridades han venido bloqueando su sitio web desde 2009, precisó.

"Hemos instruido a nuestros lectores sobre cómo usar servidores proxy (programa o dispositivo que realiza una acción en representación de otro) para acceder a nuestro sitio", indicó la periodista. "Funciona bastante bien".

También la semana pasada, agentes de seguridad cerraron las oficinas de Stan.kz, medio que difunde noticias a través de vídeos publicados en el sitio YouTube y que vende a K-Plus, estación de televisión satelital con sede en Londres y dedicada a temas de Kazajstán pero cuya transmisión está oficialmente prohibida en el país asiático.

Los periodistas de Stan.kz trabajan parcialmente en sus hogares, en cibercafés o en las oficinas de una compañía relacionada, explicó la directora del medio, Elina Zhdanova.

El cierre de las oficinas no impedirá que los periodistas sigan haciendo entrevistas ni que cubran las noticias de manera independiente, aun si no reciben su salario, subrayó.

"El gobierno cree que solo escribimos sobre corrupción porque nos pagan para hacerlo, cree que si no le podemos pagar a nuestros periodistas ellos dejarán de escribir", dijo a IPS también en entrevista por Skype. "Pero, por supuesto, lo hacemos porque nos importa".

La campaña contra los medios se inició poco después de que Respublika y Stan.kz dedicaran una amplia cobertura al primer aniversario, el 16 de este mes, de un estallido de violencia en la localidad occidental de Zanaozen, en la que la policía disparó contra manifestantes desarmados.

Ambos medios acusaron al gobierno de ocultar el verdadero número de muertes y de ignorar la evidencia de que agentes actuaron como provocadores.

Yevgeniy Zhovtis, uno de los principales activistas por los derechos humanos en Kazajstán, opinó que la campaña contra la prensa se produce en el marco de un gradual debilitamiento de las garantías personales bajo el gobierno del presidente Nursultan Nazarbayev, de 72 años y en el poder desde 1991.

"Estamos en periodo de incertidumbre y de falta de confianza. Ya nadie se siente seguro", pues diferentes grupos de negocios manipulan al gobierno y a la justicia de forma impredecible, señaló.

"La gran pregunta es si Nazarbayev será reemplazado por otro hombre fuerte o si la elite en el poder creará un sistema de garantías institucionales como en una democracia occidental, que es lo que viene pidiendo la oposición desde hace tiempo", señaló.

Trubacheva, de Respublika, dijo que la represión podía estar relacionada con la sucesión en el poder. Nazarbayev, quien prácticamente por sí solo convirtió a Kazajstán en una economía vibrante, sigue siendo ampliamente popular, a pesar del descontento por la corrupción.

Kazajstán se ubicó en el puesto 133 de la lista de 174 países en el último Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por la organización Transparencia Internacional.

"El próximo presidente probablemente será menos popular, sobre todo si no es elegido en forma democrática", dijo Trubacheva. "Quizás no quieran una crítica abierta a ese proceso".

Respublika, Stan.kz, K-Plus y Vzglyad, otro semanario opositor prohibido anteriormente, tendrían algo más en común: al parecer son financiados por Mukhtar Ablyazov, exministro de Energía devenido en banquero fugitivo y que se convirtió en la pesadilla de Nazarbayev.

Ablyazov construyó el poderoso BTA Bank, pero fue enviado a prisión por "abuso de poder" como ministro, aunque organizaciones internacionales consideraron que su encarcelamiento fue una represalia política por haber cofundado un partido opositor.

Tras ser liberado, retomó las riendas del banco, hasta que el gobierno asumió el control de la institución.

Huyó a Londres arguyendo que el gobierno había vaciado el banco, y él fue acusado por el régimen de haber robado 5.000 millones de dólares. El mes pasado, una corte británica le ordenó pagar 1.600 millones de dólares al BTA.

Ablyazov estaría escondido en Francia, desde donde ha dado algunas entrevistas en las que critica a Nazarbayev.

Pero Zhdanova y Trubacheva negaron recibir financiamiento de parte Ablyazov.

"Las cosas se pusieron de pronto muy duras y nadie sabe exactamente por qué", dijo la experiodista y analista de medios Yevgeniya Plakhina.

"Nos convertimos en algo parecido a Turkmenistán", cuyo líder fundador, Sapparmurat Niyazov, creó un culto en torno a su persona, indicó.

Los líderes kazajos "incluso se apropiaron de un eslogan de la Alemania nazi", añadió, en referencia al nuevo lema de Nazarbayev: "Una patria, un destino, un líder", que se asemeja mucho al que ensalzaba a Adolf Hitler: "Un pueblo, una nación, un líder".

Sin embargo, "la gente aquí es más educada, así que no creo que la clausura de todos los medios de oposición tenga algún efecto más allá de radicalizar a más personas, sobre todo a los musulmanes", agregó.

"La corrupción aumenta, se hace cada vez peor, y la gente no tiene forma de hacer que el gobierno trabaje para ellos", añadió.

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