El municipio de Rómulo Gallegos, en las llanuras del suroeste de Venezuela y con riqueza en ganado vacuno, es el primero de los 333 de este país que se dota de una legislación para organizar su territorio en forma ecológica. La ordenanza dictada por el ayuntamiento el 29 de octubre establece esa organización a fin de "disponer de un ambiente seguro, sano y ecológicamente consistente con el equilibrio dinámico que le impone su naturaleza" en el territorio de 23.148 kilómetros cuadrados.
Además, "establece un mapa de prioridades, marca pautas sobre creación de áreas municipales protegidas, como los bosques de galería, y puede irradiarse a otros municipios de la región llanera", dijo a Tierramérica la directora de Asuntos Externos para América Latina de The Nature Conservancy, Lila Gil, que apoyó el proyecto sobre el terreno.
El municipio, bañado por ríos tributarios del Orinoco, alberga más de 220 especies de flora y 700 de fauna, y es hábitat de los pueblos indígenas cuiva y pumé, con casi 4.000 personas que viven junto a unos 25.000 criollos.