Los habitantes del Morro da Providência, la «favela» más antigua de Brasil, están divididos ante las obras para el torneo mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Unos se alegran por las mejoras que implicarán, pero otros advierten que se derribarán centenares de viviendas.
Las siglas SMH, que identifican a las paredes de algunas casas de este barrio hacinado de Río de Janeiro, al principio fueron un total enigma para los vecinos. Pero ahora ya saben muy bien el destino que le aguarda a todas las marcadas "como ganado".
"SMH significa Secretaría Municipal de Habitación, que es el organismo que va a desalojarnos", resume ante IPS la vecina Jailce Felix dos Santos.
"Es deprimente. Muchos se enfermaron. Llegar a tu casa y ver eso y saber que es una marca de remoción", contó a la prensa Dos Santos, dueña de una de las viviendas marcadas en este lugar considerado patrimonio histórico de la ciudad.
Hay 832 casas marcadas y 140 ya demolidas, asegura el Foro Comunitario del Porto, que reúne en el área portuaria a los afectados por las obras vinculadas a la realización de la Copa Mundial de la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado) 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016.
[related_articles]
El gobierno de la ciudad de Río de Janeiro aduce que es un paso necesario para construir un telesférico que atravesará la favela y que tendrá conexión con la estación ferroviaria "Central de Brasil".
Pero como la favela tiene una de las vistas más bonitas de Río de Janeiro, también será una nueva ruta turística. Además está en construcción un plano inclinado -una especie de elevador para transportar vecinos hasta el punto más alto del cerro- y obras como un centro para deportes, saneamiento y mejora de calles, casi todas ellas apenas pasadizos de difícil tránsito.
Con paso cansado después de 45 años de trabajar como estibador en el puerto, hoy también en proceso de "revitalización", Jorge Carvalho se detiene en un rellano de la escalera empinada de casi 200 escalones que actualmente es el camino obligado para subir en la favela.
"Ya me cansé de contar cuántos escalones son. Ahora con el telesférico y el plano inclinado será como subir en un jet", celebra.
Otro vecino, que prefiere no ser identificado, dice no tener motivos para festejar, pues la casa donde vive hace más de 40 años, hoy con siete parientes, está marcada con la sigla fatídica. La construyó ladrillo a ladrillo, y el dinero que el gobierno municipal ofrece ahora como indemnización es poco, mientras que las viviendas alternativas están muy lejos de sus lugares de trabajo.
Pero lo principal para este vecino, que con orgullo nos lleva a recorrer puntos históricos de la favela, es la transformación que sufrirá un lugar considerado parte de la memoria urbana. El Morro da Providência, cuyos primeros caseríos comenzaron a ser levantados a fines del siglo XIX, es la primera favela de Brasil.
Ubicada entre la "Central de Brasil" y la zona portuaria, su origen también remite a una de las injusticias habitacionales de la historia de la otrora capital de Brasil.
El gobierno nacional no cumplió su promesa de darles vivienda a los soldados que volvían de la Guerra de Canudos (1896-1897). La palabra favela, que ahora se extiende a todos los barrios pobres y hacinados de Brasil, habría surgido de allí por soldados que la identificaban con el nombre de un cerro donde se registraron batallas en el interior del nororiental estado de Bahía, que llevaba el nombre de una planta del lugar.
Algunos edificios como capillas e iglesias remiten a esa época. Construidas con barro como en ese entonces, es fácil identificar las ruinas de las que fueron sus primeras casas. El Morro da Providência fue también cuna de de una de las primeras "escuelas de samba" del carnaval carioca.
Dos Santos se desprendió de un bar donde ahora se escucha la nueva música de los jóvenes en las favelas, como es el funk, y abrió otro en las cercanías de una estación del telesférico que bautizó como "Favela Point", anticipándose a la llegada de turistas extranjeros.
En el siglo XX y XXI, palco de nuevos "soldados" y "batallas", como son las libradas por bandas del narcotráfico y la policía, el Morro da Providência es ahora parte del proceso de pacificación de las favelas con la instalación de las Unidades de Policía Permanente" (UPP).
"La comunidad de la Providência fue olvidada durante mucho tiempo, y después que entró la UPP fue más reconocida y cambió mucho", relata entusiasmada Dos Santos. "Los tiroteos disminuyeron mucho últimamente y ahora hay oportunidades de trabajo para la comunidad por las obras", destacó.
Pero como mujer nacida y criada en la favela, no deja de reconocer el lado "triste" de la llegada del "progreso" y la transformación que sufrirá su comunidad, no sólo físicamente. "Nos están sacando la amistad, que ahora está más distante", reflexiona.
Carolina Pacheco, empleada de la Casa Amarela, un espacio cultural barrial, también teme la transfiguración social de su comunidad. Anticipa que con el telesférico comenzarán a subir "todo tipo de personas y tendremos que tener más cuidado con los niños porque puede entrar cualquiera y la maldad está en la cabeza de cualquier persona".
Ese futuro, que la asusta, contrasta con la vida comunitaria donde hasta ahora "había seguridad porque por aquí no pasaba el transporte, porque todo el mundo conocía a todo el mundo, todos cuidaban a los niños y cuando llegaba un desconocido sabían que era alguien de afuera".
Sin embargo, Pacheco también celebra la "transformación" que, como tal, "tiene su lado bueno y malo". "El costado positivo es que con estas obras está llegando el desarrollo".
A pesar de la alegría de algunos, nadie esconde la angustia por la salida de los que tienen o tuvieron sus casas marcadas. "Tendrán que marcharse de una hora para otra después de vivir aquí toda su vida", señala.
En algunos casos, la alcaldía carioca argumenta que la medida es por motivos de seguridad, porque están en área de riesgo de deslizamiento de tierra.
Pero para Caroline Rodrigues da Silva, del Foro Comunitario del Porto, es apenas un capítulo más de la especulación inmobiliaria que ha desatado un aumento de precios sin fin en las ventas y alquileres de propiedades.
"Hay dos cosas fuertes por detrás. Una es la violencia del Estado, legitimando que estas obras se implementen. Ejemplo de eso son las UPP de Río de Janeiro, implementada sólo en las favelas- que están alrededor de los grandes eventos deportivos. Esta es una ciudad a venta. Es un control de la población para que acepte lo que viene", señala Rodrigues da Silva en entrevista con IPS.
"Por otro lado, es el uso del espacio público que por muchos años fue olvidado. Ahora como se valorizan los terrenos y se reestructuró toda la zona, se especula cada vez más", analizó.
Lo saben especialmente los vecinos del Morro da Providência que por décadas vivieron los efectos del abandono del Estado y que ahora temen que después del fin de los mega encuentros deportivos los olviden otra vez.