Cuando la otrora Comisión de Derechos Humanos de la ONU estaba prácticamente dominada por países acusados de reprimir a opositores políticos, un congresista de Estados Unidos la ridiculizó señalando que «los pacientes estaban tomando control del manicomio».
"Cuando los locos toman el control, los responsables se ven obligados a actuar", dijo tajantemente el entonces congresista por el occidental estado de California, Dana Rohrabacher, amenazando con cortar los aportes financieros de Estados Unidos a ese órgano.
El legislador estaba indignado porque el Comisión había rechazado a Estados Unidos, pero aceptado a China, Cuba, Libia y Sudán.
Frente a la falta de credibilidad, la Comisión fue disuelta en 2006 y reemplazada por el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra.
Sin embargo, a juzgar por las reacciones de organizaciones internacionales por los derechos humanos frente a las elecciones del Consejo celebradas el lunes 12, el órgano intergubernamental de 47 miembros también pierde aceleradamente su legitimidad.
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El Consejo renovó a 18 de sus integrantes por un periodo de tres años a partir de enero próximo.
La Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) eligió el lunes 12 a Alemania, Argentina, Brasil, Corea del Sur, Costa de Marfil, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Estonia, Etiopía, Gabón, Irlanda, Japón, Kazajstán, Kenia, Montenegro, Pakistán, Sierra Leona y Venezuela.
Los asientos en el Consejo son adjudicados a diferentes grupos regionales: África (13), América Latina y el Caribe (ocho), Asia (13), Europa oriental (seis) y Europa occidental y otros países (siete).
Como regla general, cada bloque presenta una lista cerrada de candidatos para llenar sus propias vacantes, impidiendo así un verdadero proceso abierto y competitivo.
Las listas cerradas hacen que los candidatos designados tengan prácticamente asegurado un lugar en el Consejo.
La única pugna se produjo dentro el grupo de Europa occidental y otros países, donde cinco naciones (Alemania, Grecia, Irlanda, Suecia y Estados Unidos) aspiraban a tres puestos que el bloque regional debía renovar.
Los ganadores fueron Alemania, Estados Unidos e Irlanda. El único requisito era obtener al menos 97 votos en la Asamblea General.
Consultada por IPS sobre las posibilidades de que el Consejo adopte algún proceso de selección realmente competitivo, la directora de campañas mundiales de Human Rights Watch (HRW), Peggy Hicks, mantuvo la esperanza. "No creo que sea una causa perdida", afirmó.
El bloque de África reconoce formalmente que aplica un sistema de rotación en vez de competencia, pero Kenia se animó a desafiarlo este año, destacó Hicks.
"La clave es lograr que se postulen los estados que realmente se preocupan por tener un Consejo más fuerte y efectivo", añadió.
"Una vez que estén en carrera, activistas de esos países, de la región y del mundo trabajarán duro para que tengan éxito los estados con mayores contribuciones a los derechos humanos", sostuvo.
"Calificar de elecciones la votación en la Asamblea General es darle al proceso demasiado crédito", afirmó.
Mientras no haya una verdadera competencia por los asientos en el Consejo de Derechos humanos, los estándares requeridos a sus miembros seguirán siendo más un discurso que una realidad, añadió.
Por su parte, José Luis Díaz, representante de la organización Amnistía Internacional en la ONU, dijo a IPS que la mejor forma de que los países miembros detengan estas elecciones es no postularse.
Pero "lo que vimos hoy (por el lunes) es que la mayoría de los estados no están dispuestos a hacer eso, pues solo hubo competencia por los asientos reservados para el grupo occidental", señaló.
"Es escandaloso, porque significa que no hay real competencia para muchos de los asientos en el Consejo, contrariamente a lo que preveía la resolución que creó el organismo", añadió.
Díaz sostuvo que esto tendrá varias consecuencias negativas para ese organismo, incluyendo la pérdida de responsabilidad y transparencia.
"Que un país integre una lista cerrada no significa automáticamente que abuse de los derechos humanos, pero ¿por qué le tememos a la competencia sobre quiénes son los mejores representantes para promover y proteger esos derechos?", preguntó.
"Espero que se preste más atención a la falta de competencia y que eso lleve a crear listas de candidatos más abiertas", añadió.
En una declaración divulgada en Nueva York, HRW criticó al grupo de África por apelar a un sistema de rotación que virtualmente garantiza asientos en el Consejo a los países propuestos, sin importar su historial en derechos humanos.
Países africanos con mejor desempeño en la materia no han estado dispuestos a cuestionar este sistema, según HRW.
Cuando Kenia declaró su candidatura al Consejo, a fines de julio, parecía que el grupo de África estaba listo para cambiar su política.
Sin embargo, Sudán retiró bajo presión su postulación, dejando al bloque otra vez con una lista cerrada de cinco candidatos para cinco asientos.
HRW destacó que, en años pasados, organizaciones por los derechos humanos realizaron exitosas campañas contra las candidaturas de Belarús (2007), Sri Lanka (2008) y Azerbaiyán (2009). La presión de los activistas también sirvió para que Irán y Siria retiraran sus candidaturas, en 2010 y 2011 respectivamente.
Un diplomático asiático que pidió reserva de su identidad dijo a IPS que el asiento de Estados Unidos también debía ser cuestionado por matar civiles, deliberada o accidentalmente, con sus ataques con aviones no tripulados en Afganistán e Iraq.
Esto, sostuvo, se agrava con las denuncias de torturas cometidas por las fuerzas estadounidenses.