La comunidad indígena Aukin Wallmapu de Alto Bíobío, 500 kilómetros al sur de Santiago, denunció la existencia de fisuras, filtraciones y canalizaciones de agua en la central hidroeléctrica Ralco. Tanto la empresa como el gobierno descartaron riesgos y aseguraron que la situación de la central es “absoluta y totalmente normal”.
Las denuncias fueron avaladas por el ambientalista Patricio Segura, que filmó las grietas y publicó las imágenes.
Segura dijo a Tierramérica que es “lamentable que la propia comunidad deba hacer prácticamente trabajos de espionaje para que la autoridad reaccione, y que una empresa de esta envergadura no entregue información continua”. Las fisuras aparecieron con el terremoto del 27 de febrero de 2010.