España vive una protesta ciudadana continua contra la conducción de la economía y la marcha de la democracia, pero que ofrece alternativas poco coordinadas o que quedan fuera del debate social.
En la calle y en las redes sociales reclaman empleados públicos, docentes, médicos, estudiantes, "indignados" del 15M y la Cumbre Social, impulsada por las dos mayores centrales sindicales y con más de 150 organizaciones.
Pero, ¿están estas y otras corrientes elaborando una respuesta articulada a los problemas nacionales?
La socióloga Esther Vivas cree que "hay una clara dificultad de golpear juntos".
El 15M, alzamiento ciudadano pacífico que comenzó el 15 de mayo de 2011 contra las dirigencias de los partidos políticos mayoritarios y los responsables del sistema financiero, "fue capaz de unificar luchas y protestas, pero ahora el escenario es fragmentado y parte de distintos espacios", dijo Vivas a IPS.
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"Hay una debilidad del movimiento de resistencia, justo ahora que empeoran las políticas que lo impulsaron", añadió Vivas, del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universitat Pompeu Fabra de la nororiental ciudad de Barcelona.
Algunas de las últimas medidas de austeridad adoptadas por el gobierno derechista de Mariano Rajoy son elevar la tasa del impuesto al valor agregado de 18 a 21 por ciento, abatir la prestación por desempleo y eliminar el pago extraordinario de Navidad para los empleados públicos.
"Es horrible. Tanta formación y tanto esfuerzo y estoy sin empleo. Mi marido también pierde su trabajo a final de mes", lamentó Esperanza, una enfermera y madre de dos hijos ocupada en enviar su currículum a Finlandia y Guinea Ecuatorial.
El desempleo afecta a 24,6 por ciento de la población activa y la mitad de los jóvenes no encuentran trabajo.
El 15 de septiembre, decenas de miles de personas de toda España marcharon en Madrid convocadas por las centrales sindicales Comisiones Obreras y Unión General de los Trabajadores, en torno de la Cumbre Social que, desde su nacimiento en julio, ha aglutinado colectivos de inmigrantes, juristas y artistas, ecologistas, futbolistas y personal de las fuerzas de seguridad.
Un reclamo central es el referendo, cuyo resultado no es vinculante, para que el pueblo se exprese sobre los recortes de gastos y beneficios sociales e incluso sobre el pago de la deuda soberana.
La activista Pilar Iglesias, de Marea Violeta, iniciativa para hacer visible el impacto de las medidas gubernamentales en las mujeres, valora las manifestaciones como "forma de presión" pero echa de menos "medidas alternativas elaboradas" por los movimientos de protesta y considera "pobre" la articulación de propuestas y de objetivos a largo plazo.
El economista Juan Torres cree que sí existe "un haz de propuestas alternativas bien articuladas", pero que "no se permite que se difundan abiertamente, ni que formen parte del debate social, lo que las hace en gran medida invisibles", dijo a IPS.
De acuerdo con Torres, hay un reclamo de que los poderes públicos reflejen la voluntad popular, para lo cual se reivindica una reforma electoral que habilite la representación proporcional en el Congreso legislativo y las listas abiertas.
Es que el funcionamiento democrático luce vacío a los ojos de muchos.
Una encuesta realizada este mes por la empresa Metroscopia, arrojó una desaprobación a la gestión del gobierno del Partido Popular (PP) de 73 por ciento. Pero, aunque parezca paradoja, si las elecciones se celebrasen hoy, el PP volvería a ganar pues 30,9 por ciento de los consultados le darían su voto, frente a 24 por ciento que se inclinarían por la otra fuerza tradicional, el opositor Partido Socialista Obrero Español.
Torres aseveró que también se pide que la democracia sea extensiva a las cuestiones económicas y que haya justicia social. Y hay una lista de medidas puntuales, como la dación en pago, que beneficiaría a muchos deudores de préstamos hipotecarios, la creación de una banca pública y una reforma fiscal.
Para Iglesias, que viajó a Madrid desde la sureña ciudad de Málaga para participar en la marcha del 15, esta efervescencia "es el comienzo de algo que puede mantenerse más a largo plazo".
"El escenario futuro está abierto", manifestó la socióloga Vivas. "Lo importante es que hay un auge de la protesta social".
Para César Castañón, del Movimiento Estudiantil de Barcelona, "las causas de las movilizaciones en España son comunes y su sentido también", si bien en los últimos meses faltó articular distintas reivindicaciones en grandes manifestaciones conjuntas.
La "indignación" por los recortes y la austeridad "es el vínculo entre todos los movimientos de protesta", dijo Castañón a IPS.
El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) concluyó el 8 de septiembre en la ciudad de Sevilla una marcha obrera a pie por diferentes provincias de la sureña región de Andalucía con lemas como "ante el paro, lucha" o "que no paguemos la deuda con nuestra salud y nuestra educación".
En agosto, miembros del SAT asaltaron dos supermercados y cargaron carritos con productos básicos, que se llevaron sin pagar para repartirlos a la caridad.
Con la etiqueta #25S, el 15M convoca a través de las redes sociales a rodear la sede del Congreso de los Diputados el martes 25 para exigir "un proceso de participación directa en el que pongamos en marcha mecanismos para garantizar que las decisiones colectivas sean efectivas".
El exdirigente de Izquierda Unida, el comunista Julio Anguita, impulsa desde marzo el Frente Cívico. Se trata de "constituir un referente de poder ciudadano que induzca de manera creciente a los poderes públicos a legislar y gobernar en beneficio exclusivo de la mayoría", dice en el blog Colectivo Prometeo.
El Frente Cívico está presente en varias ciudades y pretende trasladar las reivindicaciones a la esfera de las decisiones políticas. Entre sus propuestas está fijar la pensión y el salario mínimos en 1.000 euros, una reforma fiscal y la nacionalización de la banca.
Al veterano político le interesa que "la gente se ponga de acuerdo en un programa". "Si alguna vez ustedes quieren que las fuerzas políticas gobiernen con un programa, o ustedes quieren gobernar con un programa, ¿por qué no lo hacen ustedes?", cuestionó.
El punto común de los descontentos es "la lucha por una salida social a la crisis", dijo a IPS Pablo Gallego, de la Asociación Democracia Real Ya, inspiradora del 15M.
A partir de su sonado nacimiento, el 15M se expandió en asambleas barriales por toda España. Pero ahora está, según Gallego, en un "punto de inflexión" y flaquea porque mucha gente dejó de involucrarse.
Ahora, la convocatoria del #25S da pie a una "política de represión", dijo Castañón. La justicia citó a varios de sus organizadores, y las autoridades desplegarán 1.300 efectivos antidisturbios en torno del Congreso. "La movilización está siendo criminalizada", apuntó el economista Torres.
Una respuesta estatal represiva suele galvanizar a los sectores críticos. Pero hace falta más para catalizar sus propuestas.
