El silencio fantasmal fue lo que impactó más a Kumar de Silva, conocido periodista de Sri Lanka, cuando recorrió la barriada capitalina de Kirulapone al día siguiente del hallazgo del cuerpo de una niña de seis años flotando sin vida en un sucio canal.
La investigación y autopsia posterior reveló que la niña había sido violada por un familiar de 16 años y dos amigos suyos, que luego la lanzaron al canal donde se ahogó.
"Era un pueblo fantasma, como si nada hubiera ocurrido", dijo De Silva a IPS. "No aguanté el silencio", apuntó.
Pero no es un caso aislado. En junio, seis hombres, entre los que había un dirigente político local, violaron a una niña de 13 años en la sureña localidad de Tangalle, mientras otra de 14 años fue violada varias veces durante dos días seguidos en Akuressa, otra ciudad del sur.
De Silva, visiblemente afectado por los acontecimientos y el silencio que siguió, expresó su malestar en los medios sociales y escribió en su muro de Facebook, "no a la violación, no al abuso infantil".
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Enseguida recibió cientos de comentarios y creó una página de Facebook específica, que atrajo a cientos de seguidores.
De Silva también trató de movilizar a los medios y a sus colegas. "Hago esto como padre y ciudadano preocupado. Quiero inspirar y provocar a la gente para que grite", explicó.
La directora del Banco Mundial para Sri Lanka, la senegalesa Diarietou Gaye, tampoco aguantó el silencio.
Tras varias conversaciones con su equipo, Gaye actuó de una forma poco habitual para una representante de una agencia internacional. Expresó su opinión personal en su blog.
"Es hora de que la gente hable del tema en el trabajo, el barrio, la escuela, en instituciones religiosas y en cualquier foro público o privado, y denuncie un acto de violencia degradante", dijo a IPS.
En la mayoría de los casos, las niñas son agredidas por personas conocidas, por adultos que debían protegerlas, como familiares, empleados y maestros, añadió.
Tres días después de su primer comentario en el blog, la policía detuvo a un hombre de 80 años que trabajaba en un orfanato de la ciudad de Mawanella, en el centro del país, por violar a 15 menores de 15 años.
A pesar de las denuncias del aumento de violaciones, en especial de menores, muchos observadores sienten que la población reacciona, en el mejor de los casos, de forma poco entusiasta, y en el peor, cómplice.
El portavoz de la policía, Ajith Rohana, declaró que hubo 700 casos en la primera mitad de 2012.
"Creo que Sri Lanka quedó condicionada a ser inmune frente a la violencia tras 30 años de guerra civil", dijo a IPS la abogada y escritora Dilrukshi Handunnetti.
"Nuestro silencio colectivo no solo se limita a la violación. En tanto que sociedad preferimos ser completamente ignorantes y resistentes, sin importar el tema. La cultura del poder del pueblo o la movilización de masas, claramente, no llegó a nuestras costas", dijo a IPS la estudiante de posgrado Marisa de Silva.
Handunnetti dijo a IPS que la mayoría de los srilankeses parecen programados para "cerrarse" cuando se enfrentan a temas de sexualidad.
"Aun en discusiones sobre derechos humanos se evitan las cuestiones relacionadas con la sexualidad, nadie quiere hablar", indicó Handunnetti, quien ha trabajado con la organización no gubernamental Transparencia Internacional.
La ignorancia y el rechazó a lidiar con la verdad pueden ser devastadores.
En el norte de Sri Lanka, abierto al resto del país tras el fin de la guerra civil en mayo de 2009, aumenta la cantidad de embarazos adolescentes, dijo a IPS la directora de la organización Mujeres y Desarrollo, Sarajova Sivachandran.
La organización, con sede en Jaffna, registró 400 casos de embarazos adolescentes y solo este año recibió 300 denuncias de violaciones en el norte. La falta de conocimiento es una de las principales causas del abuso, apuntó Sivachandran.
"Las niñas, e incluso los varones, son inocentes, no saben qué pasa afuera. Con el fin de la guerra, el mundo exterior se estrelló contra sus vidas. Tenemos que decirles qué está bien y qué no", indicó.
De Silva reconoció que un blog o una página de Facebook tienen un impacto reducido en Sri Lanka. "Tenemos que llegar a las regiones donde ocurren estos episodios, de alguna manera debemos lograr que nuestra gente hable y denuncie esto", remarcó.
Hay algunas protestas esporádicas en Colombo y los alrededores, y un grupo de activistas tiene previsto enviar una carta al presidente del país, Mahinda Rajapaksa, para plantearle el tema y pedirle una reunión
Pero como señaló Sivachandaran, dada la magnitud del problema, la reacción popular ha sido "lamentable".
Sin embargo, el veredicto popular, por lo menos en el ciberespacio, fue claro, 60 por ciento de quienes respondieron una encuesta realizada por Lankadeepa, un periódico cingalés, y el grupo Deerama, dijeron que un violador de niños y niñas debería ser condenado a muerte, pese a que es un castigo que no existe en la legislación de este país.
El cambio llevará tiempo y será penosamente lento, dijo De Silva a IPS. "Pero cuánto más hablemos, más gente tomará conciencia y los responsables serán denunciados", remarcó.
Gaye, del Banco Mundial, dijo que con un fuerte liderazgo en el centro de cualquier movimiento, la movilización despegará, pero solo tendrá éxito si una mayoría de ciudadanos la registran.
"Para lograr un cambio se necesita una fuerte voluntad política y liderazgo, evidente en algunas partes de Sri Lanka", explicó, y se apuró a añadir que, "si Sri Lanka habla en serio de convertirse en el milagro de Asia, debe proteger a su pueblo, y es responsabilidad de todos y de cada uno de los srilankeses asegurarse que así sea".