Kosovo al borde de la soberanía plena

Kosovo finalmente tendrá plena soberanía en septiembre, casi cuatro años después de haberse separado de Serbia, informó el Grupo Directivo Internacional (ISG, por sus siglas en inglés), que supervisa su independencia.

«La supervisión internacional terminará entonces», anunció el canciller austriaco Michael Spindelegger, quien presidió una reunión del grupo en Viena.

En enero, el ISG -conformado por 25 naciones, incluyendo a varias de la Unión Europea (UE) Turquía y Estados Unidos- había anunciado que ese territorio de los Balcanes había logrado tales progresos que su «independencia supervisada» podría concluir a fines de este año.

La ISG felicitó a Kosovo por haber cumplido las condiciones de la llamada Propuesta Integral sobre el Estatuto, incluyendo «la aprobación de leyes sobre patrimonio cultural y religioso, derechos de las comunidades y descentralización».

El primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, quien asistió a la reunión en Viena, dijo que se trataba de «un día histórico» y de «un nuevo paso» para esa república, pero Serbia alertó que la decisión ponía en riesgo a los serbokosovares.
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La decisión del ISG efectivamente supone el fin de la administración y supervisión internacional sobre Kosovo, que declaró unilateralmente su independencia en 2008.

No obstante, una fuerza de mantenimiento de paz liderada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) permanecerá en el país.

Kosovo, con una población de casi dos millones de habitantes, en su enorme mayoría de origen étnico albanés, ha estado bajo una administración internacional desde la campaña de bombardeos de la OTAN en 1999 que expulsó a las fuerzas del entonces líder serbio Slobodan Milosevic.

El 17 de febrero de 2008, Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia, y obtuvo el reconocimiento de 86 países, incluyendo a la mayoría de los miembros de la UE.

Sin embargo, sigue afrontando resistencia de parte de Belgrado, de los serbokosovares y de Rusia.

Un alto funcionario de Belgrado dijo que la decisión del ISG era una mala noticia para la minoría serbia de Kosovo.

«Que se vaya la misión internacional puede significar un gran peligro», dijo al canal de televisión B92 el secretario de Estado de Serbia para Kosovo, Oliver Ivanovic.

Aunque la comunidad serbia en Kosovo rechazó la labor del ISG «desde el mismo comienzo» y tuvo poco contacto con el grupo, «cualquier extranjero o misión extranjera es mejor», pues los serbios y los albaneses «no son capaces de funcionar» sin una mediación internacional, dijo Ivanovic.

* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.

 

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