La primera planta cubana de biodiésel de piñón botija (Jatropha curcas) comenzó a operar este mes en la sudoriental provincia de Guantánamo, con capacidad para 100 toneladas anuales de combustible. Los resultados “son muy buenos por la calidad de nuestro aceite y del biodiésel obtenido”, dijo a Tierramérica el director del Centro de Aplicaciones de Tecnologías para el Desarrollo Sostenible de Guantánamo, José Sotolongo.
La semilla del piñón botija es rica en aceite, aunque tóxica para consumo humano, por tanto su empleo para obtener carburante no compite con la producción de alimentos. El cultivo, además, contribuye al mejoramiento y conservación de suelos.
Es un avance “en la diversificación de nuevas formas de energías limpias”, resaltó Sotolongo.
La fábrica es parte del proyecto "La biomasa como fuente renovable de energía para el medio rural", apoyado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.