La cuenta de luz mensual de los brasileños corresponde solo a 32 por ciento de lo que realmente gastan en electricidad. Todo lo demás procede de bienes y servicios consumidos, según la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de São Paulo. Servicios públicos como el transporte representan 15 por ciento de ese gasto ciudadano, mientras los productos y servicios contratados alcanzan 53 por ciento.
El consumo indirecto de las empresas es mucho mayor. En la construcción, por cada real de consumo propio, hay casi 47 veces más de costo energético de los materiales empleados.
"Gran parte de esa suma resulta de la elevada carga tributaria. La exención total de la energía inyectaría, en 10 años, 181.000 millones de reales (89.000 millones de dólares) a la economía nacional", dijo a Tierramérica el investigador Fernando Garcia de Freitas.