Ecoaldeas insuflan nuevos bríos al Senegal rural

A más de 80 kilómetros de la capital senegalesa, la energía solar y un programa de irrigación transforman una aldea tradicional en lo que el gobierno espera sea un modelo para el futuro de las zonas rurales.

El proyecto, que se desarrolla en Mbackombel, un asentamiento de más de 1.000 habitantes, ha fortalecido las actividades agropecuarias con sólidas estrategias de manejo del agua, además de hacer que la aldea se vuelva autosuficiente en materia energética.

La aldea, cuyo nombre significa "baobab de fruto delicioso" en el idioma local sérère, goza de una mayor seguridad alimentaria y también de mayores ingresos, una mejor protección ambiental y abundancia de oportunidades para los jóvenes.

Según Demba Mamadou Ba, director de la Agencia Nacional de Ecoaldeas de Senegal, el concepto que se pone en práctica aquí aportará los beneficios de la vida moderna incluso a la aldea más pequeña.

Cada ecoaldea representa una inversión de un millón de dólares.
[related_articles]
Los paneles fotovoltaicos de Mbackombel se utilizan para mucho más que iluminar sus 35 complejos. También dan electricidad a un laboratorio informático y una biblioteca en la escuela de la aldea, que incluye desde educación preescolar hasta el fin de la primaria.

Todo esto es parte de la campaña por reducir la brecha digital y conectar a Mbackombel con el resto del mundo a través de Internet.

Los paneles solares también generan la energía que hace funcionar un molino y la bomba que extrae agua de un pozo y que se utiliza para dar de beber al ganado y para irrigar los huertos. Los habitantes de la aldea cultivan mijo, sorgo, maní y otros productos.

"También practicamos la acuicultura. Actualmente solo tenemos crías en nuestros estanques, pero más allá de producir con fines alimentarios, esperamos obtener una ganancia económica", dijo el jefe de la aldea, Robert Birame Ndour.

"Muchos de nuestros jóvenes habían partido hacia la gran ciudad, y ahora han vuelto a la aldea. Todos ellos encontraron empleos aquí. Algunos cultivan verduras, mientras que otros crían ganado o trabajan como albañiles", continuó.

Alouise Thiaw, de 25 años, coincidió en que el éxodo de jóvenes de las zonas rurales de Senegal se revirtió en Mbackombel, a medida que fueron echando raíces actividades económicas vinculadas al proyecto de la ecoaldea.

"Fui aprendiz de un albañil en Dakar, pero como se lanzó este proyecto volví para ganarme la vida aquí. Este edificio, por ejemplo, lo construimos nosotros, los jóvenes", dijo a IPS.

Thiaw trabaja para los gerentes del proyecto y gana 106 dólares mensuales. Cuando no hay trabajo en la construcción, se dedica a limpiar la represa que suministra agua para la horticultura y el ganado.

Según el ministro de Ecología, Ali Haidar, el proyecto de la ecoaldea se lanzó en 2008, financiado con 4,5 millones de dólares aportados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (más conocido por sus siglas en inglés, GEF) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El objetivo es la efectiva aplicación de un modelo sostenible de desarrollo participativo en áreas rurales como Mbackombel.

Bachir Camara, presidente del consejo que controla a la Agencia Nacional de Ecoaldeas, dijo que el país planea crear 14.000 de estas para 2020, en el marco de su campaña de lucha contra la pobreza.

"Este programa se inicia y lleva a cabo en asociación con la Agencia para el Desarrollo Empresarial en Africana. Aprovechando la pericia de 15 líderes de la comunidad empresarial de Francia, las ecoaldeas son innegablemente un medio para lograr los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio", declaró a IPS.

"El programa también exige la promoción de la autosuficiencia de las ecoaldeas en términos de energía, agua y áreas boscosas, garantizando que todo el año haya disponibilidad de fruta, madera para la construcción, muebles y energía doméstica. Este programa señala el ingreso de Senegal a la era ecológica de las aldeas del futuro, hallando soluciones a las causas del cambio climático y adaptándose a él", dijo Haidar.

También enfatizó que un ambicioso programa de reforestación, que implica plantar un millón de arbustos en cada ecoaldea para restablecer la capacidad productiva de la tierra, promover empleos verdes y atraer a los jóvenes para que vuelvan a las ecoaldeas son algunos de los objetivos cumplidos en Mbackombel.

Mamadou Kane, representante del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) en Senegal y Gambia, dijo que esa entidad apoya la iniciativa de las ecoaldeas. Según él, el proyecto es una manera de experimentar con la agricultura orgánica y crea la posibilidad de que la población se vuelva autosuficiente en relación a sus propios alimentos.

El FIDA apoya el desarrollo agrícola de Senegal desde hace varios años. "El desarrollo de la aldea está en el centro de nuestras preocupaciones y es algo bueno que puede traer desarrollo a Mbackombel", declaró Kane a IPS.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe