ALIMENTACIÓN-MAURITANIA: Programa de emergencia recibe críticas

El sol golpea con fuerza a la capital de Mauritania, y Habi Amadou Tidjane Diop está cansada y frustrada: espera en una larga fila para adquirir alimentos.

"Vine aquí temprano porque es jueves y necesito comprar comida para hoy y para el viernes: cuatro kilogramos de arroz, dos de azúcar, cuatro de pasta y dos litros de aceite", detalló a IPS.

El centro de distribución, ubicado en el barrio Medina 3 de Nouakchott, es uno de los 400 instalados en toda la capital mauritana para vender alimentos básicos a los más pobres a precios subsidiados.

El administrador del almacén, Sidi Ould Aly, explicó que funcionaba como parte del Programa Emel 2012, que busca reducir el impacto de una sequía que disparó los precios de la canasta básica más allá del poder de compra de muchas personas de este país de África occidental.

La pobreza afecta a 42 por ciento de los 3,2 millones de mauritanos, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
[related_articles]
Esta nación ya vulnerable sufre ahora una severa inseguridad alimentaria, según un informe publicado en diciembre de 2011 por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Esta organismo estimó que, para fines del año pasado, 800.000 mauritanos estaban en medio de una crisis alimentaria vinculada con la sequía.

Otro estudio, divulgado en febrero pasado por la organización internacional Save the Children, concluyó que más de un millón de mauritanos se verían afectados por la crisis entre junio y septiembre.

Mohamad Baro, nutricionista en Nouakchott del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dijo a IPS que uno de cada ocho niños mauritanos de entre seis y 24 meses sufría desnutrición.

En respuesta a la crisis, el gobierno lanzó en enero el Programa Emel. La mitad de su costo, de 137 millones de dólares, es cubierto con fondos del presupuesto nacional, y el resto con el aporte de donantes internacionales.

El programa también provee forraje para el ganado y cupones que los productores agrícolas pueden usar para acceder a agua y asistencia veterinaria para sus animales.

"En los últimos cuatro meses, los 1.235 almacenes del programa distribuyeron 150.000 toneladas de asistencia, conformada por 50.000 toneladas de alimentos y 100.000 de forraje", informó en junio ante el parlamento el primer ministro, Moulaye Ould Mohamed Laghdaf.

Malestar popular

Pero Diop y las otras personas que esperaban bajo el intenso calor en el almacén de Medina 3 dijeron estar decepcionadas no solo por las largas filas, sino también por la magra ración diaria vendida a cada familia.

"Volví a casa con dos kilogramos de arroz, un kilo de azúcar y un litro de aceite, lo cual no es suficiente", dijo a IPS esta madre de nueve hijos.

Mamadou Samba Sy y sus dos esposas tienen muchas personas a las que cuidar. Aunque Sy está satisfecho con la calidad de los alimentos de los almacenes, así como con los precios, se queja de la cantidad.

"Algunos como yo, responsables de dos hogares con una docena de niños, podemos pasar todo el día haciendo fila y volver con uno o dos kilogramos de alimentos", señaló.

Mientras, fuera de la capital, los productores ganaderos, desesperados por alimentos para sus animales, son también críticos del programa.

Hacen Ould Taleb, presidente de un grupo que representa a productores agrícolas y silvícolas, se quejó de la calidad del forraje provisto, señalando que no era adecuado para pequeños rumiantes como ovejas y cabras.

Dijo a IPS que los pastores con pequeños números de animales no se habían beneficiado en nada del programa Emel. "Solo los grandes operadores y los comerciantes de trigo se beneficiaron", señaló.

El presidente de la Asociación Mauritana por los Derechos de los Consumidores, Khalil Ould Khairi, señaló que parte del forraje distribuido estaba causando más daños que beneficios.

"Hay una variedad de alimento que despide un olor nauseabundo y afecta la digestión tanto de los camellos como de las vacas, causándoles rápidamente la muerte", afirmó.

El parlamento investiga

En junio, la cámara baja del parlamento convocó al primer ministro Laghdaf para interrogarlo sobre el programa. Tanto legisladores opositores como oficialistas criticaron duramente el plan, cuestionando la mala calidad de los alimentos y los lugares elegidos como centros de distribución.

El parlamentario oficialista Houssein Ahmed Hady le dijo a Laghdaf que era unánime la opinión del público de que el programa no cumplía con las expectativas, y lo calificó de caótico.

"El programa comenzó siete meses tarde", dijo a IPS el legislador opositor Moustapha Ould Bedredine. Además, "las cantidades distribuidas son insignificantes y su administración está plagada de irregularidades en todos los niveles", añadió.

Bedredine acusó al gobierno de usar el programa para comprar el apoyo político de la población.

Por su parte, Ahmed Ould Daddah, del opositor Partido de las Fuerzas Democráticas, alertó al gobierno que los productores ganaderos estaban al borde de la catástrofe. "Debe hallarse una solución urgente y efectiva… para evitar lo peor", señaló.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe