Cinco organizaciones de la sociedad civil formaron la Mesa Nacional Indígena-Campesina para tomar decisiones sobre cambio climático, deforestación y degradación del suelo. “La construcción de propuestas responde a los planteamientos e intereses de comunidades locales y pueblos indígenas, basados en el buen vivir, bajo el derecho al consentimiento previo, libre e informado”, dijo a Tierramérica la representante de la Red Indígena de Turismo de México, Gisela Flores, una de las fundadoras de la instancia.
El eje de las acciones es la Estrategia Nacional REDD+ (Reducción de Emisiones de Carbono Causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques), que el gobierno mexicano se apresta a poner en práctica.
Organizaciones indígenas denuncian que no fueron tomadas en cuenta en la elaboración de ese plan, que tiene cinco proyectos piloto en los territorios con mayor deforestación.