La teoría y la práctica de los derechos humanos es un asunto muy estudiado en distintas partes del mundo, pero no en el atribulado territorio indio de Cachemira, donde la formación sobre este tema es un sueño distante.
En la actualidad no queda una sola universidad que ofrezca un curso sobre derechos humanos ni tampoco hay capacitación oficial sobre los alcances y desarrollo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos emitida el 10 de diciembre de 1948, tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
"Es muy desafortunado no tener cursos sobre derechos humanos en el sistema educativo. Es una laguna", se quejó el jeque Showkat Hussain, especialista en la materia del Departamento de Derecho de la Universidad de Cachemira.
En 2003 y bajo la creciente presión de figuras como Showkat y sus colegas, la Universidad comenzó a dictar un posgrado de un año sobre derechos humanos.
"Trabajé muy duro para que comenzara el curso. Realmente lo necesitábamos aquí", indicó Showkat.
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El curso atrajo a numerosos estudiantes locales, en especial con formación legal. Originalmente fue financiado por la Comisión de Becas de la Universidad de India. Pero dos años después dejó de colaborar y el gobierno estadual se preparó para asumir la iniciativa.
No lo hizo, y la Universidad de Cachemira asumió la responsabilidad y mantuvo el curso bajo su control. Pero en 2009, los profesores informaron que el diploma no se dictaría más.
El equipo de administradores dijo que el curso se interrumpió por falta de personal y de infraestructura, pero muchas personas consideran que lo sucedido fue el resultado directo de políticas gubernamentales diseñadas para eliminar a los defensores de derechos humanos de la región.
"El cierre del curso sucedió después de los problemas políticos de 2009. Fue simplemente para que la gente no se potenciara tomando conciencia de los derechos humanos", dijo a IPS un funcionario que pidió reserva de su identidad.
Desde el inicio de la lucha armada contra el gobierno central en 1989, Cachemira ha sufrido una implacable ola de violaciones de derechos humanos: masacres, desapariciones forzadas, asesinatos de jóvenes y muertes en confinamiento.
En los últimos años, una creciente cantidad de jóvenes, incluidos menores de 18 años, fueron asesinados y detenidos por denunciar violaciones de derechos humanos.
Las protestas masivas de 2008 contra la transferencia de 40 hectáreas de selvas a la Junta para el Santuario de Shri Amarnath, para crear refugios temporales para los peregrinos hindúes, sacudieron a Cachemira.
Al año siguiente, los asesinatos y violaciones, supuestamente perpetrados por las fuerzas de seguridad, derivó en meses de agitación política.
Khurram Parvaiz, activista de derechos humanos, cree que el cierre del diploma de derechos humanos forma parte de una política estatal.
"Los estudiantes que realizaron el curso comenzaron a investigar graves violaciones de derechos humanos en Cachemira", dijo Parvaiz a IPS.
"Eso creó cierta agitación, pues el gobierno estadual no facilita ningún tipo de investigación política en ningún nivel educativo", añadió.
El curso todavía estaba en pañales, pero su rápido crecimiento llevó al gobierno al límite, indicó Parvaiz.
"Por un lado, el gobierno dice estar contra la violencia, pero por otro, ahoga a quienes critican a la violencia", añadió.
Para los estudiantes, la falta del curso no solo significa una reducción de oportunidades, sino que ahoga las posibilidades de cambio social.
"Los derechos humanos no solo se refieren a asesinatos y masacres, sino también a la protección de los niños y de las mujeres. Cuando no tenemos conocimientos al respecto, no podemos ni defender los nuestros ni los de las personas vulnerables", dijo a IPS una estudiante de derecho que no quiso dar su nombre.
Su amiga, Yusra, dijo que la eliminación de la formación en derechos humanos empuja a la sociedad de Cachemira a una época oscura.
"Si las autoridades se tomaran en serio poner fin a las violaciones de derechos humanos, los cursos aumentarían en vez de cerrar", añadió.
El conocido abogado local Nazir Ahmad Ronga considera que la formación en derechos humanos es un elemento crucial para la sociedad.
"Las violaciones de derechos humanos son un asunto candente en Cachemira y la gente no tiene conciencia de ello. Es extremadamente importante educar a los jóvenes al respecto", dijo Ronga a IPS.
También dijo que debe crearse un departamento dedicado exclusivamente al estudio de los derechos humanos.
En especial en una zona conflictiva como Cachemira, el conocimiento sobre este tema debe difundirse ampliamente, indicó Ronga. "Capacitando a las personas en derechos humanos es como vamos a poder garantizar un futuro mejor. Necesitamos desesperadamente que la gente trabaje en este terreno", añadió.
El profesor de sociología B.A. Dabla señaló que la situación en Cachemira requiere de una formación en derechos humanos en todos los niveles educativos. Otros especialistas, como el profesor A. G. Madhosh, subrayaron que las autoridades universitarias deberían considerar volver a abrir el curso.
"No podemos bloquear ningún tipo de educación para los jóvenes. Necesitan exponerse a todos los tipos de temas para competir en el ámbito internacional", indicó Madhosh.
El profesor Laief, jefe de la Facultad de Derecho, confirmó que no había planes para reabrir el curso.