Bracha Aris, de 74 años, nunca había hablado de su pasado hasta que ingresó al sitio web del Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos y se topó con una fotografía suya de cuando tenía ocho años, tomada a fines de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
"Supe que la de la foto era yo. Berthe Moskowicz, ocho años, decía. Así me llamaba entonces. Así que telefoneé al museo", relató Aris, sobreviviente del Holocausto judío a manos de los nazis.
Creada hace un año como parte del sitio digital del museo, "¿Me recuerdas?" es una innovadora red social concebida para aliviar la tragedia de quienes en esa época eran niños y niñas que quedaron huérfanos o fueron separados de sus familias por los nazis.
En total, 1.100 imágenes de niños huérfanos y desplazados se exhiben allí. Investigadores del museo, con sede en Washington, esperan identificar a los últimos sobrevivientes y mantener vivos sus recuerdos antes de que se pierdan para siempre. Es una carrera contra el tiempo y el olvido.
Los nazis asesinaron a seis millones de judíos europeos. Alrededor de un millón eran niñas, niños o adolescentes. En un plazo de cuatro años y medio, familias enteras fueron exterminadas.
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Al terminar la guerra, y sin ninguna pista del paradero de sus seres queridos, los sobrevivientes esperaban poder reunirse con ellos.
Siete décadas más tarde, pensadores y filósofos todavía lidian con la enormidad del Holocausto y dicen que el crimen supera cualquier otro cometido contra la humanidad.
Millones de muertos siguen sin identificación. El destino de miles de niños sobrevivientes también se ignora. ¿Qué ocurrió con ellos?
La historia de Bracha Aris
"Todo empezó cuando apartaron a mi madre de mí ", relató Bracha Aris, quien solo tiene copias de viejos documentos e imágenes desteñidas de su infancia.
Aris nació en París con el nombre Berthe Moskowicz, en 1937, dos años antes del inicio de la guerra. Fue la única hija de Chana Moskowicz y Noah Flambaum, inmigrantes judíos de Polonia que se habían conocido en Francia.
Prácticamente no supo nada sobre el destino de sus padres desde que los perdió en la Francia ocupada por Alemania. Ella tenía tres años cuando a su padre lo internaron en el campo francés de Pithiviers.
"No lo recuerdo. Ni siquiera sabía su nombre", dijo.
La única memoria que Aris tiene de su progenitor es una lapicera artesanal con cortapapeles que él le mandó desde el campamento. En ese objeto está grabada la dedicatoria: "A mi amada Berthe, tu papi que te quiere tanto".
En junio de 1942 lo enviaron al campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia. Pero Aris no se enteró.
Pero sí recuerda vívidamente el fatídico día de julio de ese año, cuando la policía francesa ejecutó la Redada del Velódromo de Invierno contra unos 13.000 judíos parisinos.
"Mamá recibió un aviso de la policía para que estuviera preparada. Empacó una maleta. Esperábamos abajo, en la portería, a la hora en que nos dijeron que nos recogerían. Dos policías franceses y un oficial de la Gestapo vinieron por nosotras", recordó Aris.
"El oficial le dijo a mamá: Deje a la niña aquí, con el portero. No la lleve con usted. Primero ella se negó, pero él le dijo: No se preocupe, usted volverá en pocos días. Así fue cómo me salvé. Ella me dejó con el portero. No sé por qué el oficial alemán le ordenó a mi madre que me dejara. Tal vez le di lástima. Esa fue la última vez que la vi", agregó.
Su madre fue deportada a Auschwitz. Su rastro se pierde allí.
Unos días después, Aris fue llevada a un orfanato, y luego a una estación de tren.
"En el tren había muchos soldados alemanes. Me dijeron que me quedara en silencio, que no hablara con nadie sobre lo que había ocurrido", evocó.
En el occidente de Francia, un hombre con un carro tirado por un caballo la llevó a una granja donde Aris permaneció durante dos años. "No era una familia muy cálida, pero me trató bien. Ayudaba batiendo manteca a mano y llevando las vacas a pastar. También asistí a la escuela", relató.
En el área había otros 35 niños judíos escondidos. Ninguno conocía la identidad de los demás. "Cada uno la mantuvo en secreto", dijo.
Luego de la guerra, Aris fue llevada a otro hogar para niños cerca de París. La foto que ahora descubrió en el sitio web de "¿Me recuerdas?" probablemente fue tomada entonces para ayudar a encontrar a sus padres.
Ella los esperó en vano durante tres años. "No me quedaba nadie", expresó.
En 1948 la terminaron enviando a Israel. "Cuando me preguntaron el nombre de mi padre, me dio vergüenza no saberlo, así que simplemente inventé uno: Max. Desde entonces, ese nombre aparece en mi cédula de identidad", señaló.
Berthe rehizo su vida sin pasado con el nombre de Bracha, se casó, tuvo tres hijos y ocho nietos. Su esposo falleció hace tres años.
Luego, en una guía de los 76.000 judíos enviados desde Francia a campos de exterminio nazis (de los cuales solo sobrevivieron 2.500) descubrió que sus padres habían sido listados oficialmente como "muertos al llegar".
Aris compartió muy poco de su infancia con sus hijos. "No quería hablar, no sé por qué. Apenas ahora estoy empezando a abrirme un poco", dijo.
Su infancia revelada expone nuevos detalles sobre su familia. "El único pariente que sobrevivió fue un tío que emigró a Estados Unidos antes de la guerra", explicó. Pero la investigación no logró ubicarlo.
Cada mes, unas 1.000 personas llaman a la línea telefónica de "¿Me recuerdas?". Hasta ahora, 230 de los sobrevivientes más jóvenes del Holocausto han rastreado a sus seres queridos. De los 15 que vivían en Israel, 13 todavía están vivos.
Finalmente, Aris logró armar algunas piezas del rompecabezas de su vida, juntando recuerdos de su infancia e historias reprimidas durante tanto tiempo. Quizás por eso no puede reprimir las lágrimas. "He vivido toda mi vida sin sentimientos", explica.