El carismático líder opositor malasio Anwar Ibrahim intenta aprovechar el espíritu democratizador de la Primavera Árabe para poner fin al gobierno de 55 años de la Organización Nacional de los Malayos Unidos (ONMU) en su país.
"Malasia no puede quedar aislada de lo que está sucediendo en el resto del mundo, particularmente en el mundo musulmán", dijo este líder político de 64 años, dirigente del Partido Justicia Popular (PJP).
"Para nosotros en Malasia, esta tendencia hacia la democracia, la libertad y la responsabilidad en el mundo árabe es una señal muy tranquilizadora", agregó.
Su actual campaña por más libertad será puesta a prueba en las asambleas legislativas provinciales y nacionales, en las que el PJP obtuvo un histórico resultado en las elecciones de 2008, ganando cinco de 13 gobiernos estaduales y 82 asientos de 222 en el parlamento nacional.
Pero Anwar admitió durante una entrevista en la capital tailandesa que afrontaba un importante desafío, dada la forma en que la ONMU, donde antes era una estrella política en ascenso, lo ha perseguido desde que fue expulsado del cargo de viceprimer ministro en 1998, acusado de corrupción y "sodomía".
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Pasó seis años en prisión y recuperó la libertad luego de que un tribunal desechara los cargos. Nuevas acusaciones fueron presentadas en su contra en 2008. Fue imputado de haber "sodomizado" a un exaesor, pero este caso también fue descartado por un tribunal en enero pasado.
IPS: ¿Su victoria legal de enero lo fortaleció políticamente?
ANWAR IBRAHIM: No hace una diferencia entre mis partidarios, porque ellos saben que el caso se basó en acusaciones falsas. Y tampoco hace una diferencia entre aquellos que no se comprometen (con la política) o que son del partido de gobierno. Recibieron un aluvión de noticias de los medios durante el caso señalando que Anwar era inocente y que el sistema de justicia era independiente.
IPS: ¿Preferiría que elecciones generales se realizaran a comienzos de este año o cuando termine el periodo del actual parlamento, en marzo de 2003?
AI: Es muy probable que se realicen comicios este año. La masiva campaña del gobierno sugiere que podría haber elecciones a fines de marzo o en junio. Así que tenemos que estar preparados, porque las elecciones en Malasia son una burla al sistema democrático. Los medios están controlados y la campaña dura solo siete u ocho días, es la más corta del mundo.
IPS: Usted ha emergido como un símbolo de una nueva Malasia luego de décadas de régimen corrupto y autoritario por parte de la coalición de gobierno. ¿Tienen los votantes una razón para ser optimistas?
AI: Aunque no soy tan joven (se ríe), nuestras políticas procuran que Malasia madure como democracia. Repetimos lo que la Primavera Árabe y el movimiento Ocupa Wall Street están diciendo en términos de justicia y de oponerse a un capitalismo sin rienda que beneficia solo a los más ricos.
IPS: ¿Esto significa apartarse del capitalismo de Estado impulsado por la OMNU?
AI: Nuestra agenda económica busca ofrecer una alternativa a esta política, que yo considero obsoleta. Solo beneficia a las familias ricas, miembros del círculo gobernante y a sus cercanos a través de contratos.
Se vuelven multimillonarios usando los privilegios malayos, y defienden este sistema con uñas y dientes por intereses personales.
IPS: Otra característica de la OMNU ha sido su política guiada por cuestiones raciales. Pero usted lidera una coalición que reúne a varios grupos étnicos. ¿Está lista Malasia, particularmente la mayoría malaya, para una política que trascienda esas divisiones?
AI: Es un desafío. No niego que será difícil. El partido de gobierno me ha acusado de querer vender el país a los chinos, o de que bajo nuestro gobierno el país va a ser cristianizado, y si asisto a una reunión hindú se convierte en todo un tema. Usan este enfoque racista para atacarme.
En esta era es inconcebible que se discrimine por motivos raciales. Creo que se puede convencer a la mayoría de los malasios para que acepten esto.
IPS: ¿Qué piensa de la ley sobre sodomía?
AI: He dicho que la ley sobre sodomía es un crimen. Eso no significa que esté a favor del matrimonio entre homosexuales. Como musulmán, yo e incluso la mayoría de los no musulmanes en Malasia creemos en la santidad del matrimonio.
IPS: Usted no es la única figura opositora en el sudeste asiático que ha sido acosada por las autoridades. Birmania tiene a Aung San Suu Kyi, Camboya a Sam Rainsy y Singapur a Chee Soon Juan. ¿Por qué los gobiernos le temen a una oposición activa?
AI: Hemos tardado en entender que nuestros países deben madurar como democracias, respetar las instituciones y el derecho al disenso y a la libertad.
La Primavera Árabe ha sido particularmente útil para nosotros en el mundo musulmán en este sentido. Ha tenido un impacto sobre el significado de la democracia.
IPS: ¿Esto quiere decir que es tiempo de escribir un réquiem para los "valores asiáticos" defendidos por hombres fuertes de la región, como los ex primeros ministros Lee Kuan Yew (1959-1990), de Singapur, y Mahathir Mohamad (1981- 2003), de Malasia, para justificar gobiernos autoritarios por décadas?
AI: La idea de "valores asiáticos" es obsoleta. Nunca fue relevante. Ni siquiera existen "valores asiáticos", como hablamos de valores islámicos. Fue una excusa pervertida para beneficiar a los que están en el poder.
IPS: Pero usted fue parte del sistema y se benefició de él antes de pelearse con el primer ministro Mahathir.
AI: No puedo absolverme. Pero en mis discursos yo hablé sobre la actitud despectiva que tenían los líderes hacia sus ciudadanos. Esa actitud no tiene lugar en la política de hoy.