La presencia de nitrógeno en el suelo acelera el crecimiento vegetal, reduciendo la cantidad de carbohidratos en las hojas y permitiendo que estas vivan más y absorban más carbono, un gas de efecto invernadero, concluyó un estudio del Instituto de Biociencias de la brasileña Universidad de São Paulo. “La longevidad de las plantas se divide en expansión, madurez y senescencia (envejecimiento). En la madurez ocurre la mayor producción de carbohidratos, y su acumulación conduce a las hojas a la senescencia”, dijo a Tierramérica el biólogo Mauro Marabesi, responsable del estudio.
La concentración de carbohidratos en las hojas resulta de su producción en la fotosíntesis, restando la cantidad consumida en la respiración y el crecimiento.
Con el nitrógeno, se intensifica el crecimiento y el consumo de carbohidrato, que deja de acumularse en las hojas, ampliando el período de madurez. “Con más hojas productivas, hay más fotosíntesis y más absorción de carbono”, explicó Marabesi.