La absolución por parte de la justicia de Colombia del suizo Jean-Pierre Gontard, mediador por los rehenes ante las guerrillas de este país entre 1998 y 2008, es «una magnífica noticia, tanto para las relaciones bilaterales como en el plano humano», dijo la embajadora colombiana en Berna, Claudia Turbay Quintero.
Gontard, en conversación telefónica con IPS, comentó que tras esta decisión se podía decir que "valió la pena esperar".
"La fiscalía investigó mi conducta y todo lo que yo había hecho en casi 10 años", subrayó, "se dieron cuenta de que yo había hecho mi trabajo humanitario contando, por supuesto, con la confianza de las FARC, pero que yo no comparto, ni mucho menos, sus métodos".
La fiscalía inició en julio de 2008 una investigación contra Gontard por "financiamiento de una organización terrorista" y complicidad con las izquierdistas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Ahora, la fiscal Nancy Pardo, de la Unidad Antiterrorista de la Fiscalía General de la Nación, no halló fundamento para acusarlo y "precluyó" (dio por finalizado) el caso en su contra.
La decisión de Pardo, de 46 páginas, es inapelable y pone fin a la acción penal. Fue tomada el 16 de enero y comunicada a los abogados 11 días después, pero solo trascendió el miércoles 15 de febrero.
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Gontard explicó: "Había pruebas de que yo no había sobrepasado los límites del mandato de mi gobierno, primero, y del gobierno colombiano, en segundo lugar".
En efecto, la fiscalía concluyó que el mediador suizo "nunca incurrió en una conducta ilegal" y que la evidencia recopilada durante la investigación mostraba que "nunca actuó en beneficio de las FARC".
Sobre la relación con la insurgencia, la fiscalía colombiana determinó que Gontard no compartía "ni sus ideas ni su ideología" y que su actividad se circunscribió a su labor humanitaria.
En busca de la paz
De 61 años, Gontard, ex subdirector del Instituto Universitario de Estudios para el Desarrollo, con sede en Ginebra, ha trabajado largamente con el Comité Internacional de la Cruz Roja en conflictos de África, Medio Oriente y Asia.
Por nombramiento de los gobiernos suizo y de Colombia ejerció su actividad en este último país como facilitador de negociaciones respecto de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), ambas guerrillas surgidas en 1964.
En esa misión consiguió la libertad de varios secuestrados extranjeros y, de hecho, menciona como su mayor logro humanitario en Colombia su papel en la liberación, en 2001, de 357 militares y policías capturados por las FARC en distintos combates, que fueron canjeados por 14 guerrilleros presos.
Para llegar a ese acuerdo "negociamos durante un año y medio" con las FARC y el gobierno, rememoró.
Gontard fue contactado en Ginebra en 1998 por emisarios de las FARC y del ELN, que acudieron en compañía de la entonces canciller colombiana María Emma Mejía, actual secretaria general de la Unión de Naciones Suramericanas, a un encuentro internacional sobre la paz en este país, en conflicto armado desde 1946, con breves interregnos.
A Gontard le sorprendió que, para ese primer contacto, "las FARC conocían mi vida profesional mejor que mi familia".
Por entonces iniciaba el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), quien abrió negociaciones de paz con esa insurgencia, que a la postre fallaron.
Al romperse el diálogo en febrero de 2002, las FARC tomaron de rehén a la entonces candidata presidencial Ingrid Betancourt, de nacionalidad colombo-francesa.
Para buscar su libertad, Gontard y su par francés, Noël Saiz, enviado por París, fueron nombrados en 2004 en misión de facilitación por Suiza, Francia y España.
Fueron precisamente Saiz y Gontard quienes obtuvieron la primera prueba de supervivencia de Betancourt.
Cuando Betancourt fue liberada en la operación Jaque del ejército en julio de 2008, ambos buscaban con autorización de Bogotá, en la cordillera andina, una entrevista con el por entonces jefe máximo de las FARC, Alfonso Cano, muerto en noviembre pasado en combate.
El valor de la tierra
Hoy, Gontard piensa que lo más importante que está ocurriendo en Colombia es la aplicación de la llamada "Ley de víctimas y restitución de tierras", impulsada por el gobierno de Juan Manuel Santos.
El gobierno calcula que unas 360.000 familias abandonaron sus predios o estos les fueron robados por la guerra, a partir de 1991. El área abandonada asciende a unas 6,6 millones de hectáreas.
Para este año, se espera atender 13.760 reclamaciones de restitución de tierras. La meta hasta agosto de 2014, cuando termina la actual administración Santos, es de 160.000 solicitudes atendidas.
Además, como estrategia para frenar el desplazamiento forzado, el gobierno está expidiendo títulos de propiedad a quienes solo pueden demostrar posesión.
Según la no gubernamental Consejería para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, desde 1985 ha habido más de cinco millones de desplazados en Colombia.
La Ley de víctimas y restitución de tierras tiene vigencia por 10 años, contados a partir del pasado enero. Para entonces, se espera haber resuelto al menos 300.000 reclamos de restitución.
"Si la mitad del objetivo del presidente (Santos) se cumple, creo que muchos muchachos de los que están en la selva (guerrilleros) a lo mejor van a estar en condiciones de sentarse a una mesa (de negociación) y decir: valió la pena", dijo Gontard a IPS.
Porque, tras decenios de lucha armada por la tierra, estos insurgentes podrán reconocer que, "al final, los campesinos marginales volvieron a sus tierras, o ahora tienen títulos y son tierras buenas", señaló el exmediador.
"Creo que eso es lo esencial de lo que está pasando ahora", subrayó.
"Espero que tonterías, peleas de politiqueros, no oculten lo importante que es ese problema de las tierras. Colombia es el único país de América que ha tenido una contrarreforma agraria. Ni siquiera Guatemala la ha tenido", agregó Gontard.