BURKINA FASO: Falta de agua amenaza a animales salvajes

El hecho de que un par de búfalos merodeen agresivamente a la entrada de una aldea del oriente de Burkina Faso alerta sobre la severa escasez hídrica que padece el occidente de África.

Las escasas lluvias tienen un efecto desastroso en la biodiversidad del Parque Regional W. Crédito: Nicolas Barbier/Wikicommons
Las escasas lluvias tienen un efecto desastroso en la biodiversidad del Parque Regional W. Crédito: Nicolas Barbier/Wikicommons
La población de casi la mitad de los distritos administrativos del país puede sufrir escasez de alimentos este año, y el Ministerio de Ambiente también advirtió sobre las consecuencias desastrosas que esto puede tener sobre la fauna.

Es probable que la falta de agua genere un mayor conflicto entre los seres humanos y los animales, como ya ocurre en la oriental región de Bogandé, donde los aldeanos están anonadados por la osadía de dos búfalos desesperados.

"El búfalo hirió a un agricultor, pero luego permaneció cerca de la aldea de Dorongou", dijo Arzouma Tindano, habitante de la región.

"Nunca vimos algo así. Pero las explicaciones de los funcionarios en cuanto a que la presencia de los animales se vincula a la falta de agua calmaron a todos", agregó.
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Urbain Bélemsobgo es director de Naturaleza y Caza en Burkina Faso. "Es probable que este año la escasez hídrica afecte a los mamíferos grandes, que dependen mucho de suministros adecuados" de agua, explicó.

"Normalmente, uno necesita hallar fuentes hídricas permanentes en un radio de 10 kilómetros. En un parque que cubre 235.000 hectáreas (solamente en el país), en la actualidad uno puede recorrer 30 o 50 kilómetros sin encontrar un solo pozo de agua", dijo Pierre Kafando, coordinador de la porción burkinesa del Parque Regional W.

Esta área protegida ocupa 10.000 kilómetros cuadrados y se extiende por Burkina Faso, Benín y Níger.

El parque, sitio declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), alberga entre 2.500 y 3.000 elefantes, la mayor concentración del occidente de África.

También acoge a 15.000 búfalos, así como a grandes cantidades de antílopes ruanos y grandes felinos, entre ellos leopardos, leones y guepardos.

Además, unas 450 especies de aves habitan la reserva transfronteriza, donde también vive el muy amenazado perro salvaje africano.

La administración del parque incluye grupos de manejo de la naturaleza, que reúnen a personas que viven cerca, al gobierno y a operadores con concesiones para cazar en áreas designadas.

Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Burkina Faso, los grupos crean conciencia sobre la importancia de que los agricultores protejan la biodiversidad. A cambio, ellos también se benefician financieramente del parque.

Las escasas precipitaciones impactan de un modo desastroso en la naturaleza: muchas especies, como monos y algunos antílopes, ya están muriendo en cantidades preocupantes, señaló Kafando.

"El Parque W habitualmente recibe 950 milímetros anuales de agua. Pero esta temporada apenas tuvimos 600 o 650 milímetros. La mayoría de nuestros pozos de agua se han secado y la situación es catastrófica", dijo a IPS.

El instinto de supervivencia lleva a los elefantes a cavar en lechos de corrientes secas, donde las napas freáticas están cerca de la superficie. "Pero estos pozos de agua también son trampas para los búfalos, que quedan atascados en ellos", señaló Kafando.

Además, los elefantes y otras especies buscan agua y alimentos fuera del parque.

"Hemos observado animales merodeando fuera de su territorio habitual, en el nororiente y oriente del Parque Regional W. Estos movimientos inusuales de elefantes y búfalos se deben a la falta de agua. Y no sorprenderá si detrás de una manada de búfalos uno encuentra un león o un leopardo", dijo el director de Naturaleza Bélemsogbo .

La posibilidad de que grandes animales estén traspasando las fronteras del parque fue confirmada por Célestin Zida, el director provincial de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la oriental provincia de Tapoa.

"Los leones están abandonando el parque y comiéndose los burros de los agricultores locales. También hubo muchas quejas de lugareños que ya perdieron su producción de granos" por culpa de los elefantes, explicó Zida.

Desde fines de 2011, el gobierno ha gastado unos 180.000 dólares en crear puntos hídricos artificiales, realizando perforaciones e instalando bombas alimentadas a energía solar para aliviar la escasez de agua. Algunos de los operadores de la caza autorizados han creado pozos similares.

"Tenemos que adoptar medidas preventivas", planteó uno de ellos, Benjamin Traoré, quien realizó cuatro pozos en su sitio, en el oriente de Burkina Faso.

Un plan de emergencia con unos 700.000 dólares aportados por el Banco Mundial, aspira a perforar 30 nuevos pozos y a refaccionar otros, así como a alquilar camiones cisterna con los que volver a llenar los estanques existentes, según Bélemsobgo.

En los próximos cinco años, un programa más amplio, respaldado por la Unión Europea y que insumirá 22,4 millones de dólares, establecerá puntos hídricos, armonizará el manejo de todo el parque y fomentará el turismo, señaló el funcionario.

Zida fue contundente: "Tenemos que hacer todo lo posible para proteger a estos animales, porque si los perdemos no volveremos a ver a algunos de ellos nunca más".

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