Pobladores de la comunidad Plan Grande, sobre la costa atlántica de Honduras, construyeron una pequeña represa hidroeléctrica de 11 kilovatios, que administran mediante un protocolo de uso y consumo. En esa comunidad de 450 habitantes en el departamento de Colón, la erogación mensual familiar de electricidad generada con combustible fósil era de 15 dólares mensuales, y ahora se redujo a solo cinco dólares, explicó a Tierramérica el integrante del Patronato de Plan Grande, Óscar Padilla.
Además, los habitantes reforestaron la cuenca del río Matías y diseñaron un protocolo que fija horarios para optimizar el uso de la energía.
El proyecto fue financiado por el Programa de Pequeñas Donaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con apoyo de la cooperación alemana y de la Fundación Hondureña para la Investigación Agrícola.