Impulsar la primera plataforma en Cuba de Hombres por la No Violencia aparece entre los principales retos de un grupo de actores sociales que en los últimos dos meses realizaron un cúmulo de actividades contra las agresiones de género.
"Se trata de una plataforma viva y horizontal que concrete el viejo sueño de unir el activismo y la academia: las organizaciones que trabajan en la comunidad y quienes hacemos los estudios que permiten promover políticas públicas", dijo a IPS el coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades, Julio César González Pagés.
Con la presencia de especialistas de 30 países iberoamericanos y la perspectiva de ampliarse a otros 10 de África, la red académica se unió al Grupo de Reflexión y Solidaridad "Oscar Arnulfo Romero" (OAR), una entidad de inspiración cristiana que toma el nombre del obispo católico salvadoreño asesinado en 1980, dedicada a la atención del problema de la violencia de género en comunidades.
Al taller fundacional del 9 de este mes asistieron unos 40 hombres precedentes de barrios vulnerables, de la Fraternidad de Iglesias Bautistas, del Movimiento Estudiantil Cristiano y de la Iglesia Católica, además de miembros de sociedades de origen africano, de proyectos culturales, ambientalistas y campesinos.
En tanto, 16 mujeres del municipio habanero del Cerro se unieron en el Grupo de Reflexión por la No Violencia, y la televisión nacional culminó la transmisión de la segunda parte de la teleserie "Bajo el mismo sol", primera que profundiza en la violencia que, desde el poder patriarcal, ejerce el hombre sobre la mujer.
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"Tenemos que hacer frente a todo acto de violencia, de exclusión, de discriminación, cada uno de nosotros desde su pequeño espacio. Si logramos salvar a una sola mujer de la violencia, ya es importante", aseguró Gabriel Coderch, coordinador general de OAR, quien se pronunció a favor de "romper el silencio cómplice".
La necesidad de visualizar este flagelo como una vía imprescindible para avanzar en la concertación de acciones desde todos los espacios sociales, emergió de modo reiterado en los debates organizados por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre.
A la quinta edición de la Jornada Nacional por la No Violencia, que se coordinó desde OAR, se sumaron otras actividades independientes, además de las acciones de "Únete-Cuba: Yo digo no a la violencia contra la mujer", insertadas en la campaña global del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La ofensiva cobra especial importancia en un país donde el discurso oficial y los medios de comunicación silenciaron o minimizaron por años el fenómeno, comparándolo con otras realidades y limitando así las acciones de reconocimiento, prevención, enfrentamiento y atención adecuada a víctimas y sobrevivientes.
Aunque para algunas personas el acercamiento es todavía "tímido", la mención explícita de la violencia de género en el documento base de la próxima Conferencia Nacional del gobernante Partido Comunista de Cuba, prevista para el 28 de enero, podría crear condiciones para un trabajo multisectorial más profundo y sistemático.
"Uno de los retos es conocer el alcance de la violencia en Cuba y no solo aquella que se constituye en delito y está registrada. Hay otra que tiene distintos niveles de gravedad y se desconoce su grado de extensión", aseguró a IPS la investigadora Mareelén Díaz, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas.
"Las estadísticas ayudan a visibilizar, tratar y prevenir. Y el reto también aparece en cómo enfrentarla para transformar. Si la violencia es aprendida, cómo desaprender la violencia", añadió Díaz, integrante de un grupo de especialistas que crearon una metodología para el trabajo en el contexto cubano. En ausencia de estadísticas, una sistematización de diferentes investigaciones realizada por la socióloga Clotilde Proveyer revela que, por cada hombre que es asesinado por su pareja en Cuba, casi tres son las mujeres que corren igual destino y, por lo general, mueren en su propio hogar, en casa de la madre o de un pariente cercano.
La totalidad de las cubanas que cometen asesinato contra su pareja lo hacen como último recurso, ante la reiterada violencia ejercida contra ellas, asegura la investigadora, quien desde la academia integra el Grupo Nacional de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar, creado por el gobierno en 1997.
En el Anuario Estadístico de Salud 2010, publicado por el Ministerio de Salud Pública, se afirma que las agresiones físicas provocaron el año pasado la muerte de 128 mujeres y de 376 hombres. Como sucede en otros países, mientras para ellos la amenaza está en la calle, para ellas el mayor peligro se encuentra en el hogar.
"El cambio del hombre tiene que ser desde él mismo, no desde los reclamos de la mujer o de la sociedad, porque entonces es ficticio", dijo a IPS la psicóloga María Teresa Díaz, coordinadora del proyecto de OAR "Bienestar para las masculinidades en desarrollo".
Además de la necesidad de trabajar con hombres, los debates realizados en Cuba identificaron como retos la continua visualización del problema, la promulgación de una ley específica contra la violencia de género y la apertura de servicios de apoyo a las víctimas, incluida una línea telefónica de ayuda.
Los medios de comunicación, como transmisores y legitimadores del patriarcado, también estuvieron en la mira, a lo que se sumó el llamado a evitar el trabajo por campañas: de 25 de noviembre a 25 de noviembre. "El verdadero reto de la no violencia viene en enero, cuando nadie hable de ello", alertó González Pagés.
En respuesta al desafío, la Red Iberoamericana de Masculinidades y el proyecto sociocultural Todas Contracorriente, que promueve la cantante Rochy Ameneiro, anunciaron el inicio en enero de una gira nacional que incluirá talleres para promover cambios en el acercamiento a estos temas entre estudiantes de escuelas de arte.