De los 17 ministros designados este miércoles por el nuevo jefe del gobierno de Italia, Mario Monti, ninguno es político.
El presidente Giorgio Napolitano nombró el domingo 13 a Monti, exasesor de bancos y empresas y excomisario europeo de Mercado Interior y de Competencia, y le encomendó la tarea de formar un gobierno capaz de implementar reformas que permitan capear la crisis de endeudamiento de este país.
La deuda pública italiana está estimada en cerca de 120 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Tras consultar en los últimos dos días a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, el martes 15 Monti obtuvo el voto de confianza del parlamento.
Se espera que su gobierno logre apoyo de una amplia mayoría en ambas cámaras legislativas, de acuerdo al respaldo que prometieron la mayoría de los partidos, a excepción de la separatista Liga Norte, socia del gobierno del saliente primer ministro Silvio Berlusconi. El nuevo gabinete "tecnócrata", que estará integrado por apenas 17 ministros Berlusconi tenía 23 incluye a académicos, representantes de instituciones financieras y miembros prominentes del sistema judicial, las Fuerzas Armadas y el servicio civil.
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El ministro de Economía será el propio Monti, que reemplaza además al controvertido Berlusconi, primer ministro en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011).
Algunos analistas sostienen que la falta de políticos en el nuevo gabinete puede debilitarlo y perjudicar su capacidad de obtener el apoyo necesario a las medidas drásticas que adoptaría. Pero Monti dijo a los periodistas que esto en realidad fortalecerá al gobierno.
"La ausencia de personalidades políticas en el gobierno ayudará en vez de dificultar una base sólida de apoyo en el parlamento y en los partidos políticos, porque eliminará uno de los motivos de discrepancia", señaló.
Monti presentará este jueves 17 su programa de austeridad al Senado. El objetivo es reafirmar a los mercados que Italia busca evitar el cese de pagos de su deuda.
Pero, pese a que el nuevo primer ministro logró rápidos avances al diseñar su gabinete, los inversores están nerviosos y los intereses de la deuda italiana aumentaron desde el lunes 14.
La semana pasada, el salto de siete por ciento en el rendimiento de los bonos a 10 años desató temores de que Italia estuviera tomando el rumbo de otros países muy endeudados de la eurozona, como Grecia. Probablemente esto aceleró la renuncia de Berlusconi.
Este dimitió como primer ministro el fin de semana, luego de que ambas cámaras parlamentarias aprobaran medidas de austeridad.
"En un momento de particular dificultad para Italia, en un contexto mundial y europeo problemático, el país debe lograr el desafío de redimirse. Italia necesita volver a ser un elemento de fuerza y no de debilidad en la Unión Europea (UE), de la que fuimos fundadores y en la que necesitamos ser protagonistas", dijo Monti a los periodistas el domingo 13.
Solamente en 2012, Italia tendrá que refinanciar más de 300.000 millones de euros (407.337 millones de dólares). La UE ya dijo que requerirá el cumplimiento de las nuevas medidas para que Italia equilibre su presupuesto, como prometió, para 2013.
Según la canciller de Alemania, Angela Merkel, "Italia tiene una gran fortaleza económica, pero también tiene un endeudamiento muy alto, y eso tiene que reducirse de un modo creíble en los próximos años".
En el caso de Grecia, los líderes de la eurozona sostienen que la solución es una mayor austeridad.
En respuesta a los pedidos de Europa, justo antes de la renuncia de Berlusconi, su gobierno aprobó un nuevo "programa de estabilidad", que incluyó medidas estrictas.
Se trata de un ajuste fiscal general de alrededor de 3,4 por ciento del PIB; recortes en los gastos del gobierno central y reformas de los sistemas tributario y de seguridad social; y requisitos más severos para jubilarse, como un incremento gradual en la edad de retiro para las mujeres que trabajan en el sector privado, de 60 a 65 años, para alinearla con la de los hombres en 2026.
Aunque la reacción de los mercados al nuevo gobierno italiano terminará de definirse en los próximos días y semanas, la respuesta de las organizaciones de la sociedad civil ya es positiva.
Algunas entidades feministas que este año organizaron enormes protestas contra la irrespetuosa actitud de Berlusconi hacia las mujeres, le pidieron explícitamente a Monti que garantizara una mayor presencia femenina en el nuevo gabinete.
La crisis perjudicó mucho a las italianas. Entre ellas, el empleo es de 46,1 por ciento, mientras que el promedio europeo es de 58,2 por ciento.
Tres de los 17 ministros son mujeres. Aunque la proporción es pequeña, ocuparán puestos clave. La exprefecta Anna Maria Cancellieri es la nueva ministra del Interior. Elsa Fornero, la nueva ministra de Trabajo y Seguridad Social, es profesora de economía en la Universidad de Turín. Y la exjueza Paola Severino es la primera mujer al frente de la cartera de Justicia en la historia del país.
Monti "entiende la patológica falta de una presencia femenina en la política de Italia ( ) y respondió a nuestro pedido en consecuencia", dijo a IPS la experta en género Nicoletta Dentico, de la red feminista Se Non Ora Quando? (Si no es ahora, ¿cuándo?).
Otra decisión que la sociedad civil vio con beneplácito es la creación de un Ministerio para la Cooperación al Desarrollo y la Integración, a cuyo frente estará el profesor Andrea Riccardi, fundador de la organización católica internacional Comunidad de Sant'Egidio.
"La introducción de este ministerio es una clara señal de la voluntad de relanzar la cooperación internacional como un componente clave de la política exterior de Italia", señaló en un comunicado el capítulo italiano de Oxfam.
"Esperamos que esta voluntad inaugure una nueva era de solidaridad, en la que Italia, actualmente en el fondo de la lista de donantes europeos, pueda honrar sus compromisos internacionales", agregó.
En los últimos tres años, Italia recortó 50 por ciento su ayuda al desarrollo.