Clima moviliza curiosidad científica mexicana

El cambio climático motiva a decenas de científicos de universidades públicas mexicanas a investigar sus efectos y a descubrir formas de enfrentarlos.

En la costa de Yucatán, algunas especies se recuperan más rápido que otras de los huracanes y la elevación del mar. Crédito: Cortesía Víctor Vidal
En la costa de Yucatán, algunas especies se recuperan más rápido que otras de los huracanes y la elevación del mar. Crédito: Cortesía Víctor Vidal
La escasez de agua, la producción de agrocombustibles, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad son algunos rubros del menú de investigaciones que se cocinan dentro y fuera de los claustros de este país latinoamericano muy vulnerable al calentamiento global.

"Se hace la ciencia que necesita el cambio climático. Tenemos que generar ciencia estricta para que, cuando tengamos el problema, podamos plantear soluciones", dijo a Tierramérica el ingeniero Gerardo Sánchez, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en el nororiental estado homónimo.

Sánchez encabeza la investigación "Modelación hidrológica y disponibilidad del agua ante el cambio climático en la zona", cuyo objetivo es trazar patrones de disponibilidad hídrica y de usuarios más vulnerables, estimar indicadores de vulnerabilidad, evaluar el costo económico de los impactos y de las políticas públicas para usar el recurso de forma sustentable.

La Comisión Nacional del Agua estima que Tamaulipas, que este año soportó una severa sequía, tiene sin embargo una disponibilidad de 5.145 metros cúbicos por habitante y por año, bastante mayor que el índice mínimo de seguridad hídrica, necesario para asegurar un desarrollo adecuado y estimado en 1.500 metros cúbicos por persona.
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"El recurso agua es el más importante, porque es transversal a todos los demás", dijo Sánchez.

Las manifestaciones del calentamiento global se expresan en México con sequías intensas, más cantidad de ciclones potentes, inundaciones y elevación del nivel del mar. La labor científica resulta vital para decidir medidas de adaptación y mitigación.

En Yucatán, estado del extremo sudoriental, el doctor en parasitología de peces Víctor Vidal, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, lleva a cabo el estudio "Sensibilidad y vulnerabilidad de los ecosistemas costeros del sureste de México ante el cambio climático global", junto a siete colegas de universidades públicas y a la organización no gubernamental Yaax Beh.

El trabajo se desarrolla en cuatro fases. En la primera, en 2009, se integró la Red Interinstitucional de Cambio Climático del Sureste de México, se analizaron datos espaciales y temporales de largo plazo y se generó información geográfica y estadística, explicó Vidal, que tiene además una maestría en ciencias marinas.

Hasta ahora, se ha observado que la comunidad de parásitos se recupera en siete años del impacto de los huracanes y que la costa del sudoriental estado de Tabasco es la más vulnerable a la acción erosiva del mar, que en esa zona ya devoró 3,5 metros de costa entre 1995 y 2008.

También se constató que la recuperación de los manglares dañados por ciclones en la costa yucateca logra capturar cada año entre una y siete toneladas de carbono por hectárea.

En la región "el cambio climático nos preocupa por el elevamiento del nivel mar, la migración de los peces hacia los polos y la sequía, el problema más grave. En el peor escenario, la seguridad alimentaria va a estar en riesgo", dijo Vidal a Tierramérica. En el sureño estado de Oaxaca, Fidencio Sustaita, director del Instituto de Hidrología de la Universidad Tecnológica de la Mixteca, dirige desde enero la investigación "Prevención y control de la desertificación en la región mixteca", sobre una superficie de 1,5 millones de hectáreas en la zona montañosa de ese territorio.

"Buscamos integrar un programa de preservación en la región, donde el agua es insuficiente y el ciclo hídrico está muy alterado", explicó Sustaita a Tierramérica.

Se trata del territorio de los indígenas mixtecos, uno de los pueblos más importantes del país en el sureño estado de Oaxaca, caracterizado por su pobreza y aridez. La degradación de los suelos obedece a la deforestación, el sobrepastoreo y prácticas agrícolas inadecuadas, según los investigadores.

Este año se logró evaluar el efecto de las reforestaciones en las propiedades del suelo y la eficiencia de prácticas de conservación de tierra y agua.

También se realizó el análisis espacial y temporal del uso del suelo y una planificación rural sostenible del área estudiada.

El proyecto atrajo a Planet Action, una iniciativa sin fines de lucro que respalda seis investigaciones en México, fue fundada en 2007 por la proveedora francesa de imágenes satelitales e información geográfica Spot Image y por el estadounidense Environmental Systems Research Institute, fabricante de programas computarizados especializados.

Estas investigaciones necesitan atraer a las comunidades afectadas y llegar a oídos de los gobernantes para fundamentar sus políticas, aunque el hacer científico toma tiempo.

"Hemos notado predisposición de los gobiernos del estado (Tamaulipas) de tomar en cuenta el trabajo, pero no se puede generalizar", apuntó Sánchez.

La Red Interinstitucional de Cambio Climático del Sureste, conformada por 61 científicos que estudian la sensibilidad, la vulnerabilidad, la mitigación y la adaptación al cambio climático, ha captado unos 460.000 dólares –provenientes de Gran Bretaña y de los gobiernos federal y estadual– para siete proyectos.

"El enfoque adaptativo debe considerar a la sociedad, es necesario generar evidencia sólida con base en los datos marinos existentes. El siguiente paso es correlacionar los escenarios de los cambios climáticos producidos por los modelos de circulación global con datos a nivel local", expuso Vidal.

Él y otros dos colegas publicarán en la revista australiana International Journal for Parasitology la investigación "Comunidades de trematodos en caracoles pueden indicar impacto y recuperación de huracanes".

En opinión de Sustaita, "hay que definir con claridad las prioridades de los habitantes e involucrar a los beneficiarios activamente en las acciones del proyecto".

El siguiente paso de la investigación en Oaxaca será definir con más detalle el uso actual del suelo mediante imágenes satelitales proporcionadas por Planet Action.

* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 5 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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