Los actores armados juegan a menudo la carta de la violencia para influir en el proceso electoral de Colombia. Pero todavía no se sabe por qué fue secuestrada hace 16 días la hija de 10 años del alcalde de un municipio de Arauca, en el noreste del país.
El 29 de septiembre por la mañana, cuando Nohora Valentina Muñoz Gutiérrez, de 10 años, iba a la escuela acompañada de su madre, ambas fueron metidas por la fuerza en un automóvil. Poco después, la madre fue liberada y los captores partieron con la niña.
Nohora es la menor de dos hijas del matrimonio de Pilar Gutiérrez y Jorge Enrique Muñoz, alcalde del municipio de Fortul.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) solicitó al gobierno que el viernes 14 suspendiera por ocho horas las operaciones militares en una zona de Arauca para que una misión humanitaria del organismo internacional contactara a los captores que entregarían a la niña.
Pero ese mismo día el CICR hizo saber que sus delegados en el terreno no pudieron establecer contacto con los secuestradores y que la misión se cancelaba.
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Inicialmente, las autoridades responsabilizaron del secuestro al décimo frente de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pero un comunicado emitido esta semana por el estado mayor del décimo frente hizo "saber a la opinión pública que ninguna de nuestras unidades tiene que ver con este secuestro que condenamos sin vacilaciones".
Las FARC están activas en esa zona fronteriza con Venezuela, así como el también izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN), que negó responsabilidad en el secuestro.
Con la proximidad de los comicios del 30 de octubre, cuando se elegirán autoridades de gobernaciones, alcaldías, asambleas legislativas departamentales y concejos municipales, se multiplican denuncias de presiones y violencia en muchas zonas.
También crecen las dudas sobre qué buscan los captores de Nohora Valentina. La familia asegura no haber recibido reclamo de pago de rescate. "No sabemos por qué se la llevaron ni qué quieren para soltarla", dijo el padre de la niña, Jorge Enrique Muñoz, en entrevista con IPS.
El secuestro de menores no es extraño en Colombia. En los últimos cinco años se registraron 212 casos, y no todos están esclarecidos: 186 fueron de carácter extorsivo, nueve se atribuyeron a la guerrilla, cuatro a bandas paramilitares y cuatro a familiares de las víctimas, según la Fundación País Libre.
Las autoridades pusieron en marcha un amplio operativo militar en Arauca. "Estamos con temor por los riesgos del fuego cruzado entre los secuestradores y el ejército", advirtió el padre. "Pedimos a los secuestradores y a las Fuerzas Armadas que recuerden que la vida de nuestra niña debe estar más allá de cualquier consideración".
IPS: ¿Quién cree que secuestró a su hija y por qué?
JORGE ENRIQUE MUÑOZ: No sabemos todavía, ningún grupo armado se responsabilizó del secuestro, y no han hecho ningún reclamo para liberarla. No sabemos por qué se la llevaron ni qué quieren para soltarla.
Nuestro único interés es que ella recupere la libertad y que se respete su integridad, porque es una niña inocente y no merece vivir una situación como ésta.
IPS: ¿Cuál es la situación?
JEM: Está secuestrada desde el 29 de septiembre. Tenemos mucha angustia y temor. El tiempo pasa y no tenemos ninguna certeza sobre quiénes la secuestraron ni cuáles son sus demandas.
Recibimos mucho apoyo del pueblo del municipio y del departamento. Pedimos a todos es que nos ayuden para que nuestra hija regrese sana y salva al hogar. Estamos impotentes, no hay nada que hacer más que esperar que regrese nuestra niña.
IPS: ¿Usted está participando de la campaña para las elecciones municipales?
JEM: No. Yo estoy concluyendo mi mandato como alcalde. El 1 de enero de 2012 entregaré el cargo al candidato electo el 30 de octubre. Como soy alcalde, no puedo participar en política y por tanto no apoyo ni me opongo a ningún postulante.
IPS: ¿Cómo se siente en estas circunstancias?
JEM: Con una tristeza profunda, infinita. Necesito coraje para salir a hablar con los medios, porque queremos que ella nos vea y sepa que estamos haciendo todo para ayudarla. Debe saber que la amamos y que estamos luchando. Le pido que tenga fuerza, coraje y fe, y seguimos rezando por ella y por su liberación.
IPS: ¿Qué es lo que su familia extraña más?
JEM: Su alegría. Es muy demostrativa, siempre nos dice que nos quiere. Siempre está haciendo algo. Ella y su hermana (Angie Shirley, de 16 años) son el motor de nuestro hogar. Si nos sentimos algo vacíos cuando se va a visitar a su tía, por ejemplo, imagine cómo estamos ahora. Es una niña increíble. Rogamos que la cuiden y que no le hagan daño.
IPS: ¿Qué es lo que más le preocupa?
JEM: Es una niña nerviosa y se asusta fácilmente, les pedimos a los que la secuestraron que sean amables y le permitan alguna distracción, como mirar TV, leer o pintar. Si tiene la cabeza ocupada, le será más fácil superar la situación. Ella tiene terrores nocturnos, se despierta llorando y asustada, pero calmándola se vuelve a dormir y al día siguiente no se acuerda de lo ocurrido.
También nos preocupa su salud, estaba con gripa y en tratamiento cuando la secuestraron, y hace dos meses tuvo dengue, así que pedimos que la protejan de picaduras de mosquitos pues podría tener una recaída.
Estamos con temor por los riesgos del fuego cruzado entre los secuestradores y el ejército. Sabemos que el ejército está actuando de manera apropiada y que saben cómo efectuar un rescate, pero tenemos miedo de que resulte herida y estamos impotentes.
Hablamos con el presidente (Juan Manuel Santos), con algunos senadores y ministros y les pedimos que recuerden que la vida de nuestra hija es lo más importante. Pedimos a los secuestradores y a las Fuerzas Armadas que recuerden que la vida de nuestra niña debe estar más allá de cualquier consideración.
Estamos seguros de que el ejército está haciendo bien su trabajo, porque es uno de los mejor entrenados en el mundo.
IPS: ¿Qué dice sobre el apoyo que ha despertado el caso en todo el país?
JEM: La solidaridad ha sido abrumadora, es muy bueno saber que tanta gente en todo el país apoya a Nohora Valentina, y eso nos da fortaleza para seguir. La humanidad se suma a nuestra plegaria
Creo que los captores entenderán que tomar a nuestra niña es un crimen contra la humanidad y que la única forma de arrepentirse de sus pecados es liberarla.