Antes de 1999, Rebiya Kadeer era conocida como la mujer más rica de China pues tenía empresas, inversiones inmobiliarias y un centro comercial. Ahora está exiliada en Washington y dedicada a defender la causa del pueblo uigur, una de las 55 minorías nacionales de China.
Kadeer fue encarcelada en 1999 y condenada a ocho años de cárcel por revelar "secretos de Estado" a Estados Unidos. Fue liberada en 2005 tras una campaña organizada por las agrupaciones humanitarias Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW), además de la intervención del entonces presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009).
Desde entonces trabaja con la Asociación Uigur Estadounidense.
"Me di cuenta que tenía que protestar por el trato que el gobierno chino dispensaba a los uigures tras la masacre de febrero de 1997", dijo a IPS. "Entendí que las autoridades chinas no tenían interés en mejorar las condiciones de vida de los uigures ni en respetar sus derechos humanos", apuntó.
Nominada al premio Nobel de la Paz en 2006, Kadeer fue acusada varias veces por Beijing de instigar enfrentamientos organizados por grupos opositores y, en especial, por uigures, musulmanes que residen en la Región Autónoma de Xinjiang, una de las más importantes por sus abundantes recursos naturales.
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Al pueblo uigur le preocupa la inmigración han a su territorio y los intentos por destruir su lengua, en particular, y su cultura, en general.
Kadeer participará en la Cumbre Global contra la Discriminación y la Persecución, que se realizará este miércoles 21 y el jueves 22 en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, para denunciar la situación que vive su pueblo.
La conferencia terminará con una propuesta de resolución contra el genocidio, la tortura, la discriminación y la sistemática violación de libertades civiles, religiosas y políticas.
Kadeer conversó con IPS sobre sus expectativas respecto de la conferencia y la situación en China.
IPS: ¿Por qué decidió participar en la Cumbre contra la Discriminación y la Persecución?
REBIYA KADEER: Porque los uigures, incluso yo, sufrimos persecución y discriminación en las seis décadas de gobierno del Partido Comunista. Me solidarizo con los pueblos oprimidos que pasan por lo mismo bajo regímenes autoritarios como el de China. Quiero apoyarlos en su lucha pacífica por la libertad y los derechos humanos.
No solo los gobiernos se concentrarán en la cumbre, sino también los pueblos que desde hace tiempo sufren en silencio. Estoy segura de que los regímenes autoritarios prestarán más atención todavía.
IPS: La cumbre fue preparada por una coalición de organizaciones no gubernamentales. Además usted fue liberada de prisión en 2005 tras una activa campaña realizada por HRW y Amnistía Internacional. ¿Qué papel desempeñan las ONG en la defensa de los derechos humanos?
RK: Tienen un papel importante en la agenda de derechos humanos y de políticas de muchos gobiernos occidentales, además de presionar a los estados autoritarios a que respeten los derechos fundamentales de los pueblos oprimidos.
Mi liberación es un ejemplo del excelente trabajo realizado por las ONG. No puedo más que agradecerles por presionar a China por mi liberación y la de otros presos políticos.
IPS: ¿Cree que la reforma del Consejo de Seguridad de ONU y la eliminación del poder de veto de los cinco miembros permanentes puede ayudar a mejorar los derechos humanos en países como China, Pakistán, Siria o Libia?
RK: Sí, es necesario reformarlo porque se convirtió en un órgano débil en materia de protección de derechos humanos en países como China.
IPS: Los organizadores de la Cumbre piden que países como Arabia Saudita, China e Irán queden excluidos de órganos de la ONU que velan por las libertades básicas. ¿Cree que eso es posible?
RK: Creo que todos los estados represivos y dictatoriales deben quedar fuera de los órganos de la ONU que regulan las libertades básicas. Su presencia es incompatible con la forma en que gobiernan su país. El foro mundial pierde credibilidad con la participación de regímenes autoritarios.
IPS: En la Cumbre, los delegados discutirán sobre la Primavera Árabe y los acontecimientos ocurridos en Túnez y Egipto. ¿Hay condiciones en China para que ocurra algo similar?
RK: Creo que pronto estarán las condiciones favorables a la luz de la mano dura empleada por las autoridades chinas contra demócratas, uigures, tibetanos y todos los que no están contentos con el gobierno del Partido Comunista. Las cosas cambiarán, quiera o no. Es una cuestión de tiempo.
El Partido Comunista no puede detener las demandas legítimas de los uigures, tibetanos y el pueblo chino de mayor libertad, derechos humanos y democracias.
IPS: ¿Por qué el gobierno chino califica a los uigures de terroristas?
RK: Porque somos musulmanes. Es una cubierta conveniente para las autoridades chinas para engañar a la comunidad internacional sobre la naturaleza de la lucha uigur y justifica su brutal represión contra un pueblo pacífico.
El gobierno chino debe poner fin al trato brutal contra uigures, tibetanos y otros chinos y permitirles vivir con dignidad y sin miedo.
Me gustaría pedirle al gobierno chino que inicie un diálogo genuino para resolver de forma pacífica el estatus político del Turkestán oriental (Xinjiang). Pero no creo que las actuales autoridades tengan la voluntad política de hacerlo. La opción de mano dura para resolver el problema fracasó.
Tildar a los disidentes uigures de terroristas y atacar a ciudadanos pacíficos nunca creará las condiciones para lograr la paz y la estabilidad o una sociedad armoniosa, la que defiende el presidente Hu Jintao.