Grecia permanecerá en la eurozona, pero debe cumplir con todos sus compromisos de reforma, afirmó el presidente de la Comisión Europea, José Durão Barroso.
Al dar este miércoles su discurso anual ante el Parlamento Europeo, Durão Barroso contrarrestó las persistentes versiones de que Atenas abandonaría el grupo de 17 países. «Grecia es y seguirá siendo un miembro de la zona euro».
Pero «deberá implementar sus compromisos a pleno y a tiempo», subrayó, asegurando que la Unión Europea (UE) no abandonaría al gobierno griego.
«A cambio, los otros miembros de la zona euro han prometido apoyar a Grecia», indicó.
Se informó que auditores internacionales se dirigían al país mediterráneo para proponer nuevas medidas de austeridad con el fin de que Atenas cumpliera sus obligaciones de deuda.
Se espera que la «troika» auditora, conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, inicie contactos este jueves con las autoridades griegas para que éstas profundicen los recortes presupuestarios y adopten nuevos impuestos.
Esto le permitiría a Atenas cumplir con sus compromisos bajo un segundo programa de ayuda que los líderes de la UE acordaron a principios de julio y que también desató una nueva ola de huelgas y protestas.
Sin embargo, la canciller (jefa de gobierno) de Alemania, Angela Merkel, sugirió que partes del paquete de rescate por 148.600 millones de dólares para Grecia fueran revisadas, dependiendo del resultado de la auditoría de la troika.
«Tenemos que esperar a ver lo que descubre la troika y qué nos dirá, (para ver) si renegociaremos o no», dijo a la televisión estatal griega NET, sin dar más detalles.
Alemania ha dicho repetidamente que las negociaciones sobre los detalles sobre el segundo paquete de rescate empezarían solamente cuando la troika dijera que Grecia estaba pronta para recibir el sexto tramo del primer rescate aprobado en 2010.
El segundo paquete busca aliviar la carga de deuda de Atenas imponiendo una pérdida de 21 por ciento a los compradores de bonos griegos.
Sin embargo, muchos economistas creen que es necesaria una quita de 50 por ciento para hacer que la deuda del país sea viable.
El periódico británico Financial Times informó que se había producido una división dentro de la eurozona con motivo del acuerdo.
Citando a altos funcionarios europeos, el diario señaló que siete de los 17 países que tienen al euro como moneda querían una mayor quita a los tenedores de bonos.
Mientras, políticos en Grecia preparaban el camino a la visita de la troika, aprobando un impuesto a la propiedad. El gravamen traerá una mayor presión sobre muchos griegos que sufren varias olas de ajuste en medio de una crisis que ya entró en su cuarto año.
El proyecto fue aprobado el martes por los 154 diputados socialistas del gobierno de primer ministro George Papandreou en el parlamento de 300 miembros.
En tanto, la policía dispersó a miles de manifestantes con gases lacrimógenos en la Plaza Syntagma de Atenas, centro de las protestas contra los planes de austeridad que culminaron con los sangrientos enfrentamientos con la policía en junio.
«He estado buscando trabajo desde hace un año y es imposible», dijo Maria Kappa, graduada de la Escuela de Filosofía en Atenas.
«No veo que los ricos se vean afectados por esta austeridad. Siempre son los pobres los que pagan», añadió.
Mientras, crecen los temores de que un cese de pagos de Grecia pueda arrastrar al colapso a otros estados de la eurozona, como Italia y España, y desatar una nueva recesión global.
Molesta por la lentitud del gobierno griego en las reformas, la troika había suspendido las conversaciones con Atenas este mes y amenazado con cancelar los fondos a menos que acelerara las medidas.
Ante esto, el ministro de Finanzas, Evanelos Venizelos, redactó un plan para reducir el déficit fiscal a 7,6 por ciento del producto interno bruto este año.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.
