La empresta estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) no cumple su obligación de producir combustibles limpios y eso genera consecuencias sanitarias, ambientales, económicas y comerciales, concluyó un estudio de tres organizaciones no gubernamentales. "La falta de distribución de diésel ultra bajo azufre impide la entrada de vehículos y tecnologías más eficientes que reduzcan las emisiones contaminantes, lo que aumentaría la competitividad de México", dijo a Tierramérica la gerenta de cambio climático y calidad del aire del Centro de Transporte Sustentable (CTS), Hilda Martínez.
Con apoyo del CTS, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y Fundar – Centro de Análisis e Investigación, presentaron este mes el "Análisis del presupuesto para el cumplimiento de normas para la mejora de los combustibles", en el que concluyen que Pemex dejó de usar, entre 2006 y 2011, unos 75.000 millones de dólares para producción de gasolinas limpias.
La regulación mexicana obliga a la petrolera a fabricar esos carburantes desde 2009.