Las funciones del Instituto de Conservación Forestal de Honduras (ICF) son cada vez más cumplidas por las Fuerzas Armadas, lo que debilita la capacidad la institución estatal encargada de proteger las selvas, afirman ambientalistas. El ICF es objeto de decretos legislativos que limitan sus funciones y de pérdida de recursos presupuestarios, mientras se crean unidades especiales, como los batallones militares verdes, al margen de su competencia, dijo a Tierramérica el activista Rigoberto Sandoval, de la Fundación Democracia sin Fronteras.
El ICF cuenta con un presupuesto anual de unos cuatro millones de dólares para solventar su funcionamiento administrativo, pero sin "mayor margen de operaciones preventivas, porque esa función se la han dado a los militares, y la ley forestal es clara que ello no es su competencia", dijo Sandoval.
La Coalición por el Medio Ambiente, de la que forma parte su organización, piensa abrir un debate público con miras a proponer al gobierno que no se desarme la institución creada para proteger el bosque y controlar su explotación.
