Las áreas verdes de decenas de condominios de la norteña ciudad venezolana de Lechería, en el mar Caribe, soportan la invasión del caracol gigante africano (Achatina fulica), presente en casi toda América del Sur y en islas caribeñas como Barbados, Guadalupe, Martinica y Santa Lucía. Fue detectado en parques del noroeste venezolano en 1997, se reproduce con gran rapidez y avanza a una velocidad de 100 kilómetros por año en áreas urbanas del nordeste. La alcaldía de Lechería prepara un plan de combate, con recolección e incineración de ejemplares. "Este caracol puede contener vectores de meningitis eosinofílica, una grave enfermedad del sistema nervioso, u hospedar temporalmente al parásito que causa la angiostrongilosis que obstruye arterias en el abdomen", dijo a Tierramérica el profesor de zoología tropical en la Universidad Central de Venezuela, Rafael Martínez.
Originario de África oriental, el caracol es plaga de cultivos y es capaz de alimentarse de al menos 500 especies vegetales.