Residuos de la producción del biodiésel pueden dejar de contaminar el ambiente y ser fuente de energía, sostiene un estudio de la Escuela de Ingeniería de São Carlos, dependiente de la brasileña Universidad de São Paulo. El glicerol en su forma pura es un alcohol sin toxicidad usado en varias industrias. Pero como subproducto de las centrales de biodiésel acarrea impurezas cuya eliminación es muy costosa. Y por eso es desechado, afectando el ambiente.
Para aprovecharlo, se lo coloca "en un reactor con microorganismos anaeróbicos, o sea que sobreviven sin oxígeno y respiran a través de procesos como la fermentación", explicó a Tierramérica el investigador responsable del proyecto, Michael Viana.
"Esos organismos convierten el glicerol en gas metano, sustancia que puede generar energía en la misma industria productora de biodiésel", agregó.