Un estudiante de ingeniería eléctrica de la brasileña Universidad Federal de Goiás inventó un sistema para purificar el agua sin usar energía eléctrica, evitando la emisión de gas carbónico. Se trata de una caja concentradora de luz solar, hecha con cinco tablas de madera revestidas de papel aluminio. El agua a ser tratada se pone en botellas de plástico PET (Tereftalato de polietileno) mantenidas en el interior del aparato hasta seis horas, cuando alcanza la temperatura de 70 grados Celsius. Las sustancias tóxicas, bacterias y virus son eliminados por el calentamiento.
La compañía Saneamiento de Goiás SA hizo las pruebas de impurezas.
"Es un sistema barato que ocupa como máximo un metro cuadrado, por eso se puede adaptar a distintos locales. El aprovechamiento de luz solar evita el uso de gases y la emisión de dióxido de carbono, siendo ideal para comunidades pobres sin acceso al saneamiento básico", dijo a Tierramérica su inventor, Leonardo Lira.