Una pequeña localidad de la nororiental provincia argentina de Chaco puso en marcha una planta que transforma residuos de la industria maderera en energía renovable, con apoyo gubernamental. La procesadora funciona en la Presidencia de la Plaza, y es el primer paso de un polo tecnológico y productivo que buscará generar energía de biomasa.
La iniciativa del municipio y del gubernamental Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) procura crear empleo y energía térmica a la mitad del costo de la energía fósil.
Emilio Scozzina, del INTI, dijo a Tierramérica que la planta procesa 500 kilogramos de aserrín compactado por hora, unas 2.000 toneladas al año. Y afirmó que el municipio provee el residuo a costo cero “porque tiene un fuerte compromiso con el saneamiento ambiental”.