Computación al servicio de futuro energético

El uso de tecnología en la planificación energética no sólo puede contribuir a desarrollar fuentes renovables, sino apuntalar el paso hacia una economía verde.

Parque eólico en Oaxaca, México. Crédito: Mauricio Ramos/IPS
Parque eólico en Oaxaca, México. Crédito: Mauricio Ramos/IPS
El Sistema de Planificación de Alternativas Energéticas de Largo Plazo (LEAP, por sus siglas en inglés) es una herramienta informática muy empleada para analizar la política energética y evaluar la mitigación del cambio climático, desarrollada por el no gubernamental Stockholm Environment Institute (SEI).

"Es una herramienta sofisticada, pero al mismo tiempo amigable y funcional. Por ejemplo, un gobierno quiere una respuesta a una pregunta específica, como la huella climática de un generador. Da respuestas rápidas a una serie de cuestiones, como la ubicación, la capacidad, las opciones de recursos a usar", explicó a Tierramérica el desarrollador de LEAP, Charles Heaps, director de la oficina estadounidense del SEI.

Distribuido en forma gratuita a gobiernos, academia y organizaciones no gubernamentales del mundo en desarrollo, el LEAP tiene cientos de usuarios, incluyendo consultas y generadoras eléctricas, en más de 150 países.

La herramienta se está convirtiendo de hecho en estándar para países que adoptan una planificación integrada de los recursos energéticos y de su impacto en la liberación de gases que causan el calentamiento global. Más de 85 naciones la eligieron para elaborar sus comunicaciones nacionales ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
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El Software de Análisis de Proyectos de Energía Limpia, RETScreen, fue creado en 1996 por Natural Resources Canada –una dependencia del gobierno canadiense– y puede emplearse para evaluar la generación de energía, ahorro, costos, reducción de emisiones, viabilidad financiera y riesgo para varios tipos de tecnologías renovables y de eficiencia.

RETScreen "puede ser usado para eliminar las barreras asociadas frecuentemente con proyectos de energía limpia", indicó a Tierramérica el ingeniero de proyecto Kevin Bourque.

"El programa permite por sí mismo un análisis rápido de la factibilidad de esos proyectos, dadas las herramientas de los tomadores de decisión para evaluar opciones múltiples y enfocarse en las más viables", se explayó.

El informe de 2009 "México: Estudio sobre la disminución de emisiones de carbono", patrocinado por el Banco Mundial, se basó en LEAP, así como el reporte "Consumo de energía y emisiones de gases de efecto invernadero en Chile 2007-2030 y opciones de mitigación", elaborado en 2009 por el Programa de Gestión y Economía Ambiental de la estatal Universidad de Chile.

La Secretaría (ministerio) de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras recurrió a LEAP para construir la prospectiva energética hasta 2030.

RETScreen contiene bases de datos de productos, proyectos, hidrología y clima, y acumula más de 300.000 usuarios en 222 países y territorios, con 1.000 nuevos cada semana. Lo utilizan en 300 universidades, entre ellas 19 latinoamericanas, y está disponible en 36 idiomas.

En 2010 México sumaba 2.661 usuarios, convirtiéndose en el país 19 entre los más populares en términos de uso. Por ejemplo, cuatro estudiantes de la estadounidense Humboldt State University emplearon el programa para analizar la viabilidad de construir una minicentral hidroeléctrica en una comunidad cercana a la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el sureño estado mexicano de Chiapas.

Para la planificación a largo plazo, la estatal Comisión Federal de Electricidad emplea el modelo Markal (del inglés market allocation, asignación de mercado), una herramienta de análisis desarrollada por la Agencia Internacional de Energía.

Pero en México está casi todo por hacer en la materia: 93 por ciento de la energía generada se basa en el consumo de combustibles fósiles, y el resto proviene del viento, luz solar, vapor, agua y explotación nuclear.

Este país latinoamericano lanza a la atmósfera 709 millones de toneladas de dióxido de carbono, uno de los gases causantes del calentamiento planetario, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente. La mayoría de las emanaciones se originan en la generación y consumo de energía.

Estos instrumentos pueden servir de soporte al despunte de la economía verde, actividades de creación de riqueza que sirven al bienestar humano sin dañar el ambiente, que en México, según la organización ecologista Greenpeace, podría generar 500.000 empleos.

"Los modelos pueden ayudar a construir la credibilidad de estrategias alternas para la energía. El punto parece ser la economía del cambio climático, cuánto cuestan las opciones y cómo pueden financiarse", señaló Heaps.

El LEAP, por ejemplo, sirve para medir el consumo y la producción de energía, así como la extracción de recursos en todos los sectores económicos.

RETScreen International desarrolla un programa de administración energética con la Alianza para la Energía Renovable y la Eficiencia Energética y el Centro de Investigación Langley de la NASA (agencia espacial estadounidense).

Mientras, el SEI prepara un modelo sobre la energía global y el clima en unas 15 regiones en el mundo, cuyo objetivo es explorar las implicancias de avanzar hacia una economía verde y las medidas posibles de mitigación, que presentará en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), prevista para junio de 2012 en Brasil.

* Este artículo fue publicado originalmente el 23 de julio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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