Unos seis millones de niños y niñas pueden morir en los próximos dos años de enfermedades evitables en el mundo, pese al avance de las vacunaciones gracias a planes gubernamentales y al aporte de privados. En medio de esta lucha aparece cuestionada la industria farmacéutica y su presunta connivencia con donantes.
Un niño del quintil más pobre de la sociedad tiene tres veces menos posibilidades de ser vacunado que uno del más rico, y afronta el doble riesgo de morir antes de los cinco años, según un informe publicado este mes por la organización no gubernamental Save the Children.
La cantidad de vacunaciones alcanzó un máximo histórico, cuatro de cada cinco niños y niñas fueron inmunizados en el mundo contra difteria, pertusis (tos ferina) y tétano. Pero uno de cada cinco menores, unos 24 millones, no reciben ni las dosis más básicas.
La pérdida de productividad que esa situación conlleva asciende a más de 231.000 millones de dólares, según el estudio "The Priceless Payoff" (el pago inestimable), encomendado por la Facultad de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg y publicado a principios de este mes en la revista médica Health Affairs.
Generosidad humana en su máxima expresión
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La interrogante sobre si donantes y gobiernos tomaron conciencia de la enorme cantidad de personas fallecidas y de dólares en juego en el "debate" sobre la vacunación parece haber encontrado respuesta en la conferencia de la iniciativa público-privada Alianza Global para la Vacunación e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), que terminó el lunes en Londres.
La reunión fue positiva y superó el objetivo de 3.700 millones de dólares con los 1.000 millones de dólares aportados por Bill Gates, fundador de GAVI y Microsoft. Fue una "generosidad humana en su máxima expresión", declaró.
El anfitrión del encuentro, el primer ministro británico David Cameron, anunció una contribución de 1.300 millones de dólares, de acuerdo con la promesa de asignar 0,7 por ciento del producto interno bruto a la asistencia internacional para 2013.
El administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), Rajiv Shah, prometió inyectar 450 millones de dólares al fondo, aunque todavía se requiere la aprobación del Congreso legislativo.
Al haber salvado cinco millones de vidas, GAVI está convencida de que con el nuevo presupuesto podrá comprar 250 millones de dosis para niños y niñas de países de bajos ingresos para 2015.
Pero las investigaciones revelan que hasta las contribuciones prometidas en Londres pueden ser insuficientes para combatir la mortalidad evitable.
"Definitivamente creo que los 231.000 millones de dólares de productividad perdida pueden ser muchos más", dijo Orin Levine, director ejecutivo del Centro Internacional de Acceso a Vacunas, de la Facultad Johns Hopkins Bloomberg.
"Cuando hicimos el estudio evaluamos el costo de una vida en los países pobres después de ajustar los ingresos más bajos y la posibilidad de que las personas asuman más riesgos porque, para empezar, son pobres", explicó
"Es una estimación moderada y, basándonos en que todas las vidas son iguales, un análisis conservador", dijo Levine a IPS.
Intereses corporativos plantean interrogantes
El trabajo de GAVI recibió elogios de todas partes, pero algunos observadores de inequidades sistémicas y cíclicas tienen otra opinión, presentan un panorama holístico del problema de las muertes evitables y ofrecen una solución alternativa al aumento de donaciones.
La farmacéutica holandesa Crucell planeó reemplazar a GlaxoSmithKline como nuevo representante de la industria en la junta de directores de GAVI, según informó hace semanas el Financial Times.
Crucell volcó el año pasado 875 millones de dólares de GAVI a programas de vacunación en países de bajos ingresos, en tanto 60 por ciento de las entradas del año pasado, 888 millones de dólares, correspondieron a la venta de la vacuna pediátrica Quinvaxem, contra la difteria, pertusis, tétano, hib y hepatitis, a la Alianza Global.
Crucell, que hace poco fue adquirida por Johnson y Johnson, prevé percibir 1.100 millones de dólares en 2012 de las ventas a GAVI.
"Algunos conflictos son demasiado grandes para manejarlos", se lamentó Daniel Berman, subdirector de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales de Médicos sin Fronteras. "Si observas la agenda de las reuniones de la junta de directores de GAVI verás que casi todos los temas impactan en el balance de Crucell", añadió.
Transparencia y competencia
En un intento por promover la transparencia y fomentar la competencia para bajar los precios y aumentar el flujo de vacunas hacia los países pobres, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el principal comprador de GAVI, publicó en mayo una lista con lo que paga por las vacunas compradas a las farmacéuticas.
La iniciativa reveló que algunos laboratorios han vendido vacunas 180 por ciento más caras, según un informe publicado por Médicos Sin Fronteras, lo que explica por qué Crucell y GSK se resistían a publicar la información.
Pfizer y GSK vendieron a GAVI vacunas contra la neumonía a través del Advance Market Commitment, un esquema que Andrew Witty, director ejecutivo de GSK, llamó "mecanismo de financiación innovador".
"Lo describiremos como una iniciativa de bienestar corporativa escandalosamente cara para donantes y contribuyentes", señaló Berman.
La organización Oxfam Internacional y Médicos sin Fronteras reclamaron a GAVI que promoviera la competencia para bajar los precios y solicitara a las farmacéuticas que se retiraran de la junta de directores para evitar conflictos de intereses y ser totalmente transparentes con respecto a las compras y los precios.