El alcance mundial de Internet y su capacidad de informar en tiempo real y de movilizar a las poblaciones genera miedo entre gobiernos y poderosos, sostuvo Frank La Rue, relator especial de la ONU para la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y de Expresión.
Ese temor condujo al aumento de restricciones en el uso de la red de redes, mediante la introducción de complejas tecnologías para bloquear los contenidos, controlar e identificar a activistas y críticos, además de la penalización de formas legítimas de expresión, dijo el jurista guatemalteco.
La Rue, quien el viernes presentó su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), mencionó las técnicas de filtración de información empleadas en China, mediante tecnologías que bloquean contenidos con la mención de un solo concepto, por ejemplo "derechos humanos".
El acceso a los contenidos significa pluralidad y diversidad en la recepción de información a través de Internet y también en la difusión por la misma vía. Ese procedimiento implica ausencia total de censura, describió el experto.
Esa fortaleza de Internet y los levantamientos populares de los últimos meses en Medio Oriente y el norte de África, especialmente al principio en Túnez y Egipto, "atemoriza a los políticos", expuso en una conferencia de prensa.
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El relator sostuvo que esos alzamientos no fueron "revoluciones de Internet", sino revoluciones de los pueblos de Túnez y de Egipto que usaron Internet.
Por tanto, los cambios de estilos de gobierno o de desarrollo dependen de las poblaciones de los países, pero también está claro que con Internet ellas contaron con medios más rápidos para denunciar las violaciones a los derechos humanos, para enfrentar la impunidad y para divulgar al mundo en tiempo real lo que estaba sucediendo, reflexionó.
En una visita a Argelia, La Rue transmitió a gobernantes y especialistas su convicción de que en los países de la región no se puede ignorar el reconocimiento de las aspiraciones de las y los jóvenes, quienes demandan más libertad, más participación y pretenden ser escuchados.
También quieren más empleos. La región tiene un nivel de educación superior al de ocupación y es muy frustrante para ellos haber estudiado y encontrarse con las manos vacías, observó el experto.
Por eso, éste es el momento de oír a los jóvenes y a sus demandas, pero también de darles un espacio para que se expresen, insistió.
Internet se ha convertido en un instrumento crucial para favorecer a los derechos humanos y para facilitar la participación ciudadana y, en consecuencia, para transformarse en un fundamento de la construcción y el fortalecimiento de la democracia, agregó.
La Rue citó otra forma de censura: el uso del derecho penal, como ocurre en Corea del Sur, donde la legislación especializada tipifica a la difamación como un delito con penas de hasta siete años de prisión.
La función de Internet como medio para el ejercicio del derecho a la libre expresión solamente puede perfeccionarse si el Estado aplica políticas para promover el acceso universal al servicio, subrayó el relator especial.
Sin planes de acción, Internet se volverá un instrumento tecnológico accesible apenas para ciertas elites, con lo cual se perpetuará la brecha digital, advirtió La Rue.
Ese desequilibrio se refleja en el índice de usuarios del sistema, que alcanza a 71,6 por ciento en los países industrializados y cae hasta 21,1 por ciento en los países en desarrollo. Esa disparidad es más cruda en África, donde hay solo 9,6 usuarios por cada 100 habitantes, según La Rue.
El experto dedicará un estudio especial al acceso a Internet en el informe que presentará a la próxima Asamblea General de la ONU, que sesionará partir de septiembre.
Los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, definidos en 2000 por el foro mundial, se proponen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna, entre otros, para 2015.
La Rue recordó que incluyen también un llamado a expandir los beneficios de las nuevas tecnologías, especialmente las de la información y la comunicación.
Entre los proyectos auspiciados por la ONU en esa materia figura el proyecto "Una computadora por niño", apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La Rue manifestó que felicita a Uruguay porque en la aplicación de ese proyecto que en ese país de América del Sur se denomina "Plan Ceibal" y está operativo desde 2007ha conseguido distribuir computadoras a toda su población escolar primaria.
El experto mencionó el caso de Ruanda, que ha distribuido entre su población escolar infantil 56.000 computadoras como parte de un plan que prevé la entrega total de 100.000 aparatos.
La Rue dijo a IPS que considera a la concentración de medios de comunicación como una amenaza a la libertad de expresión, que debe basarse en la diversidad y el pluralismo, subrayó.
El pueblo y toda persona individual tienen derecho a construir su pensamiento y a formular sus propias opiniones, pero para hacerlo necesitan información diversa, de diferentes puntos de vista y de distinta naturaleza, sostuvo.
"En América Latina nosotros cometimos un error histórico al permitir la sobrecomercialización de la comunicación. Es cierto que la comunicación comercial juega un papel importante, pero no lo debe ser todo. Para mí es importante que haya comunicación comercial, comunicación comunitaria y servicios públicos de comunicación, que haya una diversidad de elementos", concluyó.