La posibilidad de que Ucrania, con un gobierno nominalmente pro-ruso, suscriba un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) a fines de este año es un duro golpe para los intereses de Rusia.
Será el paso más importante hacia la integración de este país con Europa occidental desde que se unió a la Organización Mundial de Comercio en 2008.
Ucrania es un mercado clave para la región. Con 45 millones de habitantes es la mayor economía de las repúblicas exsoviéticas, detrás de su gigante vecino oriental.
El Acuerdo de Libre Comercio Europeo supondrá a corto plazo un reto político y económico para este país, cuyos mayores socios comerciales siguen siendo repúblicas exsoviéticas.
La sorprendente iniciativa procedió del presidente Viktor Yanukovich, mundialmente conocido como el "villano", con apoyo de Rusia, de la Revolución Naranja de 2004.
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El descontento popular con las elecciones de ese año obligó a repetir los comicios que terminó ganando el candidato liberal y pro-occidental Viktor Yushchenko.
Pero no hubo mucha integración con Occidente durante la caótica presidencia de Yushchenko (2005-2010). Yanukovich, quien lo sucedió, se comprometió a estrechar lazos entre Ucrania y la UE sin molestar a Rusia.
Las acciones de Yanukovich cayeron mejor a Occidente que a Rusia, teniendo en cuenta las bajas expectativas iniciales. Hasta la embajada de Estados Unidos en este país considera al actual presidente un hombre cambiado respecto de 2004, según un cable divulgado por Wikileaks.
Yanukovich aseguró la reanudación de los créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras la suspensión de un préstamo de 15.000 millones de dólares en 2009 por la incapacidad del entonces presidente Yushchenko de cumplir sus compromisos con el organismo.
Ucrania sufrió duramente el impacto de la crisis financiera que casi lo lleva a la quiebra en 2008 y registro al año siguiente una contracción de 15 por ciento del producto interno bruto.
Yanukovich llegó al gobierno con condiciones económicas favorables. Gracias a la apreciación del precio del metal, el crecimiento de 2010 ascendió a 4,5 por ciento. Además se prevé un aumento de las inversiones para 2012, cuando Ucrania y Polonia organicen el campeonato europeo de fútbol.
En lo que se considera un intento de agradar a la UE y al FMI, también tomó medidas para desregular y disminuir el número de licencias y permisos, congelar las pensiones, aumentar las tarifas del gas y reformar el Estado, aunque hay enormes dificultades para su implementación.
"En especial se debe a la corrupción. El gobierno no suele hacer lo que pregona", dijo Ildar Gazizullin, analista económico del independiente Centro Internacional de Estudios Políticos de Kiev.
Los inversionistas extranjeros se muestran satisfechos con la estabilidad política y la macroeconomía, pero "la corrupción está tan institucionalizada que los que llegan a Ucrania deben prever que los roben", dijo a IPS un alto diplomático de la UE que pidió reserva de su identidad.
También hay muchos casos de licitaciones sin competencia, como la privatización de la estatal de telefonía fija Ukrtelecom.
La población está claramente menos satisfecha, pues sufren las reformas recetadas por el FMI, al igual que Rusia, que quiere evitar que Ucrania firme un tratado de libre comercio con la UE para atraerla a una unión aduanera con países de la Comunidad de Estados Independientes.
Numerosos sondeos de opinión indican que la mayoría de los ucranianos consultados son pesimistas respecto de su futuro económico y están más descontentos con las reformas, en especial el aumento de los servicios y el nuevo código impositivo.
Los críticos sostienen que el nuevo código beneficiará a las grandes empresas en detrimento de las pequeñas y medianas.
Rusia, por su parte, también está decepcionada por la falta de políticas favorables y trata de atraer a Ucrania a la unión aduanera mediante un descuento anual en el precio del gas, que asciende a 9.000 millones de dólares.
La iniciativa será saludaba por las grandes empresas ucranianas, en especial la industria siderúrgica, gran consumidora de energía, que necesita el gas barato y que puede considerarse el "motor del crecimiento económico a corto plazo", indicó Gazizullin.
Pero el acuerdo con la UE abre a Ucrania el enorme mercado europeo y puede atraer la inversión extranjera hacia sectores que desde hace tiempo necesitan modernizarse. También servirá para romper muchos de los oscuros monopolios protegidos por el gobierno.
Será un gran desafío para Yanukovich, cuya asistencia financiera procede de las grandes empresas siderúrgicas y de la industria química. Son sectores que funcionan con grandes márgenes de ganancias y temen la competencia de los productos europeos de buena calidad.
Su influencia en el gobierno actual, así como en los anteriores, es enorme. Se especula que seis de los 16 integrantes del gabinete son multimillonarios que mantienen sus negocios registrándolos a nombre de familiares.
Los inversores extranjeros suelen concentrarse en sectores de menor interés para la oligarquía y el Estado, como la agricultura, donde el potencial de Ucrania es sustancial.
Pero aún en ese sector, el gobierno ucraniano fue criticado por dar un trato preferencial a un monopolio con participación estatal, que ahora tiene la mejor parte de las cuotas de exportación de granos, lo que limita el interés en invertir de los capitales extranjeros.
Las autoridades justificaron su decisión arguyendo que deben cuidar a los agricultores ucranianos de la competencia extranjera, pero los críticos sostienen que la medida sólo servirá para mantener bajo el precio de la tierra para quienes tienen posibilidades de comprarla y evitar que vendan sus productos al precio internacional.