Los habitantes de esta cercada noroccidental ciudad libia ahora pueden escuchar una radio con canciones revolucionarias, noticias y debates: Radio Libia Libre, que apoya la rebelión contra el régimen de Muammar Gaddafi.
La transmisión actúa como fuerza unificadora en esta ciudad. Mientras los habitantes conducen sus coches en medio de puestos de control, edificios devastados y casas baleadas, los programas les recuerdan su causa: sacar a Gadafi del poder.
Radio Misurata, como se llamaba antes, era una estación local común y corriente que formaba parte de la red de comunicaciones del régimen. Las voces disidentes eran silenciadas y todo el contenido era estrictamente controlado.
Pero los rebeldes la ocuparon el 21 de febrero, y desde entonces todo cambió.
«Durante el gobierno de Gadafi, la mayoría de las canciones nacionalistas llevaban su nombre. Teníamos que buscar entre decenas para encontrar una que sólo mencionara nuestra tierra», dijo el fundador de la radio, Ahmed Hadia.
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«Buenos días, Libia», el principal programa de la nueva emisora, transmite noticias desde el frente, entrevistas con miembros del consejo rebelde, informes sobre la disponibilidad de comida, agua y otros asuntos logísticos de la ciudad.
Otros programas se concentran en mantener la moral en alto. «Los protectores», por ejemplo, se dedica a elogiar el trabajo de los voluntarios en la ciudad. Los programas religiosos predican la necesidad de la paciencia y de las recompensas que ésta trae consigo.
«Comenzamos con esto para elevar el sentimiento nacional del pueblo», dijo Hadia.
La radio también es usada como herramienta de propaganda para convencer a leales de Gadafi de que se unan a las filas rebeldes.
«El que controla los medios controla el país», señaló Hadia.
Los rebeldes no tuvieron problemas para encontrar maestros, religiosos y académicos, personas sin experiencia previa en radio pero comprometidas con la causa y que produjeron un gran número de programas nuevos.
Después de décadas de censura, la estación se inundó de llamadas de personas que querían expresar su opinión.
«Querían decir cuán felices estaban de que la ciudad fuera liberada y cuánto odiaban a Gadafi y a la dictadura», dijo Salim Betmal, quien estudió en la británica Universidad de Leeds y ahora trabaja como operador de radio.
«Incluso llamaron algunos pocos partidarios de Gadafi a amenazar a la radio», contó Betmal. «Les dejamos hablar al aire sin censura».
Aviones de guerra del régimen intentaron bombardear la estación dos veces antes de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) creara la zona de exclusión aérea. El edificio también recibió disparos y partes de sus paredes cayeron por el impacto de un cohete.
A pesar de todo, Hadia sigue firme: «Ésta es nuestra tierra, es parte de nosotros. Tenemos que defenderla, aun si pagamos con nuestra vida».
Leales a Gadafi que permanecen en la ciudad han intentado destruir la antena de la estación con explosivos. Y, peor aun, matones fueron contratados para asesinar al personal.
«Los guardias atraparon a un hombre con un revólver y 3.500 dinares (casi 3.000 dólares). Luego confesó que había sido enviado a matar a Ahmed Hadia», dijo Betmal.
Algunos de los trabajadores de la radio abrieron nuevas entradas al edificio para eludir a los francotiradores leales a Gadafi que acechan en la puerta principal. Por razones de seguridad, la radio mudó dos veces sus instalaciones.
Los ataques no frenaron a quienes trabajan en la radio. Un ingeniero añadió un canal AM junto a la señal FM para que la estación pueda escucharse en lugares tan lejanos como Europa.
Hoy, la radio sigue expandiéndose. Corresponsales de Libia Libre son enviados a reunir información desde el frente de guerra. Los rumores sólo pueden ser desechados con la presencia de reporteros en el propio lugar de los hechos, y los responsables de la estación afirman que quieren ser certeros.
«A veces realzamos las noticias, pero nunca mentimos. O se dice claramente o no se dice», afirmó Betmal.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera