Las revueltas árabes y la creación del estado palestino marcan la prioridad de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos, que comenzó este jueves en la localidad francesa de Deauville, desplazando los tradicionales temas económicos, como seguridad alimentaria y ayuda al desarrollo.
El encuentro "estará dominado por varias cuestiones de política internacional como la situación de Libia", indicó Rob Vos, director de la División de Análisis y Políticas de Desarrollo del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La crisis por el desastre de la central nuclear japonesa llevará a discusiones sobre estándares internacionales más estrictos.
Las repercusiones económicas de la recesión en la que entró Japón y la crisis financiera global también estarán en el tapete, así como la de la deuda de países europeos. Pero es probable que las implicancias políticas de esto último sean discutidas en el ámbito del Grupo de los 20 (G-20), añadió Vos.
La cumbre de gobernantes del G-20 se realizará en la sudoriental ciudad francesa de Cannes en noviembre de este año.
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El G-8, compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, también se concentrará en el fortalecimiento de su relación con África, incluidas cuestiones de seguridad alimentaria, reducción de la pobreza y el papel importante de la agricultura para lograr esos objetivos, según el Instituto Internacional de Investigación en Políticas Alimentarias (Ifpri, por sus siglas en inglés).
El G-20 está integrado por los países del G-8 y también Australia, Corea del Sur, México, Turquía, siete países en desarrollo, Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, India, Indonesia y Sudáfrica, además de la Unión Europea.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama tratará de frenar la resolución propuesta por la Asamblea General respecto de la creación del estado palestino convenciendo a los líderes europeos de no votarla cuando aparezca en el orden del día en septiembre, según un artículo de prensa.
"Puede ser un buen intento, pero es una causa perdida de antemano", indicó un diplomático asiático, que no quiso revelar su identidad, refiriéndose a que las principales naciones europeas, entre las que están Francia y Gran Bretaña, ya se expresaron a favor de la resolución que creará el estado palestino.
Al ser consultado sobre si el G-8 había cumplido sus promesas, Vos dijo a IPS que "se había quedado corto con respecto a los compromisos de asistencia al Sur de unos 20.000 millones de dólares en 2010", plazo previsto por la Cumbre de Gleneagles de 2005.
Además, el G-8 todavía tiene que aumentar su apoyo a la agricultura sustentable para atender la actual crisis alimentaria, aunque al parecer el asunto no está incluido en la agenda del encuentro, que terminará este viernes.
"Es probable que la cumbre esté dominada por cuestiones políticas y no creo que haya nuevas promesas de ayuda a los países en desarrollo", indicó Vos, uno de los autores de los informes de la ONU, "Encuesta Mundial Económica y Social" y "Situación Económica Mundial y Perspectivas".
Los líderes del G-8 prometieron más de 20.000 millones de dólares para mejorar la seguridad alimentaria y el desarrollo agrícola, señaló el director general de Ifpri, Shengeen Fan, en un comunicado divulgado esta semana.
El año pasado se lanzó el fondo multilateral Programa Global de Seguridad Alimentaria y Agricultura con el fin de promover la producción agrícola y aumentar la productividad del sector.
"Son compromisos financieros sustanciales, pero quedan muchos desafíos por delante", indicó Fan.
Lo primero y más importante es que los donantes cumplan sus promesas, al igual que los propios gobernantes africanos.
En segundo lugar, las inversiones en agricultura deben reflejar las prioridades nacionales del país, contribuir a una estrategia de desarrollo general y basarse en la buena gobernanza y en políticas efectivas.
Por último, es tan importante determinar cómo se gasta el dinero en la agricultura como la cantidad que se vuelca a la misma, añadió.
El sistema mundial de producción de alimentos está bajo estrés, señaló Luc Gnacadja, experto de la ONU. Pero suelen pasarse por alto la importante relación entre la degradación de la tierra, la inseguridad alimentaria, la inestabilidad política y la migración.
"El análisis de esos vínculos mejorará la agenda del G-8 relacionada con su asociación con África en materia de paz y seguridad", apuntó.
Además, eso "fomentará concretamente" la declaración sobre desarrollo sustentable realizada en la cumbre del G-8 en la central ciudad italiana de LAquila en 2009.
"La creciente agitación política, las incesantes dificultades económicas y la cada vez mayor vulnerabilidad ambiental hacen que se espere mucho de las cumbres del G-8 y G-20 de este año", declaró Gnacadja.