Las autoridades de Azerbaiyán han arrestado a cientos de manifestantes y periodistas, a los que mantienen en condiciones inhumanas.
El Parlamento Europeo denunció el jueves el "agravamiento de la situación de derechos humanos" en ese país del Cáucaso, y llamó a la liberación de los activistas que utilizaron la red social Facebook para promover protestas contra el gobierno.
Intigam Aliyev, abogado de derechos humanos y presidente de la Sociedad de Educación Legal en Azerbaiyán, ha brindado asistencia a los detenidos.
Aliyev habló con IPS sobre los riesgos y desafíos que afrontan los activistas en esa nación euroasiática.
IPS: Hay informes de que algunos activistas fueron detenidos después de las últimas elecciones parlamentarias, y también durante las protestas en marzo y abril. ¿Cuál es su visión sobre esto?
INTIGAM ALIYEV: Las autoridades de Azerbaiyán detuvieron a por lo menos 40 activistas de la oposición en una movilización el 2 de abril en Baku. Los arrestos fueron los últimos intentos del gobierno de impedir protestas a gran escala similares a las que ocurrieron en el norte de África y en Medio Oriente.
[related_articles]
Las autoridades están determinadas a impedir cualquier esfuerzo de la oposición para ejercer su derecho a libertad de reunión.
Azerbaiyán debe cumplir todos sus compromisos internacionales. Es miembro del Consejo de Europa y parte de la Convención Europea sobre Derechos Humanos, así como firmante de varios tratados, como la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos.
La represión para impedir las protestas pacíficas es una flagrante violación a las obligaciones de Azerbaiyán bajo el derecho internacional y como miembro del Consejo de Europa.
Las autoridades usan los más pequeños pretextos para silenciar las críticas, dañando la reputación del sistema de justicia azerí. Esos arrestos deben parar inmediatamente.
IPS: ¿Cómo avanzan los casos de detenidos políticos en los tribunales?
IA: Desde inicios de este año, todas las protestas pacíficas en Baku fueron sistemáticamente dispersadas, y un gran número de manifestantes fueron arrestados y sentenciados de inmediato sin defensa legal adecuada.
A muchos de los detenidos, incluyendo periodistas, se les impidió informar o filmar las manifestaciones. Sorprendentemente, algunos han sido acusados de delitos por organizar las movilizaciones pacíficas.
La mayoría de los activistas fueron rápidamente sentenciados por desobedecer las órdenes de la policía. Activistas fueron golpeados, torturados y amenazados mientras estaban bajo custodia.
Las autoridades además iniciaron un proceso penal en ausencia contra el activista Elnur Majidli, radicado en Francia, contra Hasan Karimov, presidente del Partido Frente Popular de Azerbaiyán (PFP), contra Tazakhan Miralamli, presidente de la rama en Jalilabad del PFP, y contra Tural Abbasli, jefe de la organización juvenil del opositor Partido Musavat, que ayudó a hacer el llamado en Facebook a las protestas políticas de marzo y abril.
Lamentablemente, no podemos proveerles ayuda legal y servicios a todos los activistas detenidos. La Asociación de Abogados de Azerbaiyán está bajo control del gobierno.
La falta de abogados independientes y los controles financieros a los detenidos hacen imposible que reciban ayuda legal significativa. En muchos casos, las cortes designan abogados pagados por el gobierno para que su participación en el proceso sea una formalidad.
IPS: ¿Cómo describiría las condiciones en las que se encuentran los detenidos políticos?
IA: Las condiciones sanitarias en esas prisiones son deplorables, y rara vez se ofrece asistencia médica. A las personas que padecen de tuberculosis se les priva de tratamiento médico. Según informes de varias organizaciones no gubernamentales, las muertes por esa enfermedad son frecuentes.
Las celdas están superpobladas y con aire viciado, saturado con dióxido de carbono y gases tóxicos, en especial cuando el clima es cálido.
Esas condiciones causan frecuentes enfermedades respiratorias, recortan la respiración, provocan somnolencia, mareos, apatía e inestabilidad emocional. Muchos de los detenidos están constantemente tosiendo, respirando con dificultad. Todo esto nos hace afirmar que las condiciones de vida en la prisión son inhumanas y se asemejan a la tortura.
Por ejemplo, Hasan Karimov, presidente del Consejo Supremo del Partido Frente Popular de Azerbaiyán, sufrió un ataque cardiaco mientras se encontraba detenido en el Departamento de Policía del Distrito de Sabayil, en Baku, luego de participar de una manifestación opositora.