En países donde existen poderosas organizaciones criminales, como en México, hay una suerte de «mafiosidad», es decir una cultura de ilegalidad arraigada en la sociedad, que es el elemento principal de formación de cuadros delictivos, según el sacerdote italiano Tonio Dell'Olio, directivo de Libera.
Dell'Olio ha promovido campañas e iniciativas en temas de justicia económica y desarme desde su cargo de director internacional de Libera, una organización que desde hace más de 15 años lucha contra la mafia italiana con acciones educativas, de asistencia a víctimas y movilizaciones sociales. Fue impulsor de la ley 109/96 para la reutilización social de los bienes decomisados.
El activista, quien en su trabajo ha sumado esfuerzos de cientos de agrupaciones sindicales, vecinales y religiosas, visitó México semanas atrás con la encomienda de establecer contactos para una tarea que parece titánica, como es crear una red latinoamericana por una cultura de paz entre organizaciones de la sociedad civil.
La única manera efectiva de enfrentar a las mafias es atacando su sistema financiero y, al mismo tiempo, trabajar en la recuperación de las bases sociales que tienen, dijo Dell'Olio a IPS en una entrevista concedida en su estancia en México. Algo que llama tener un "proyecto educativo para la paz y no para la guerra".
IPS: ¿Por dónde se empieza para poder crear una red de cultura y paz?
TONIO DELLOLIO: La primera línea debe ser golpear al corazón de las organizaciones criminales y eso es atacar sus intereses económicos. Porque de ese dinero es de donde tienen su poder. Es decir, no es la violencia la que produce riqueza, sino la riqueza la que produce violencia.
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El problema que tienen ahora las grandes organizaciones criminales en el mundo es cómo invertir el dinero que ganan.
En Italia, la mafia genera al año 150.000 millones de euros (213 300 millones de dólares). ¡Es la principal empresa del país! Entonces hay que promover la investigación patrimonial, la transparencia de recursos de servidores públicos y hay que trabajar mucho con la gente en la cultura de la legalidad.
IPS: ¿A qué se refiere?
TDO: Existe la mafia, que son las organizaciones criminales, pero también está la mafiosidad, que es un tipo de cultura en la que una sociedad acepta convivir con formas diferentes de ilegalidad y que es ahí donde hay que trabajar más: en la educación para la paz, y no en la guerra.
Hay que aumentar la percepción de la legalidad y la aversión a la ilegalidad. Eso es un trabajo que se debe hacer con la gente, en las escuelas y en las propias comunidades.
IPS: Es difícil pensarlo en un país como México, donde 95 por ciento de los crímenes no son sancionados…
TDO: Sí, ese es un problema grande en México.
El nivel de infiltración de los grupos mafiosos en las policías en Italia no es el mismo de aquí. Creo que es el principal problema que tienen en México… y no sé, no tengo respuestas, pero hay que empezar por algo, porque lo peor es no hacer nada.
Nosotros tenemos el caso de un hombre que, cuando escuchó un tiroteo afuera de su casa, se encerró para protegerse y, cuando por fin abrió la ventana, estaba su hijo asesinado en medio de la calle. Ahora es un activista que da su testimonio y explica por qué es necesario salir y denunciar.
IPS: Mucha gente tiene miedo de denunciar…
TDO: Cada camino de liberación es un camino con riesgo. Nosotros promovimos la ley 109/96 sobre la reutilización social de los bienes requisados a la mafia y formamos cooperativas juveniles para producen aceite, vino y otras cosas orgánicas.
Eso no les gusta a la mafia y (por eso) todas las cooperativas han recibido amenazas e intimidaciones, pero no se han cumplido porque la propia comunidad los protege.
Igual si se cumplieran, hay que hacerlo, porque olvidar a nuestros muertos es matarlos dos veces, y también es hacerle un favor a la mafia.
(En la sureña isla italiana de) Sicilia, cada 21 de marzo organizamos una jornada con familiares de víctimas y escuelas que están llevando el curso de la legalidad. Ese día repetimos los nombres de cada uno de los muertos, y hacemos además dos concursos del movimiento para la educación en la legalidad.
IPS: ¿Trabajan con escuelas de todos los niveles educativos?
TDO: Sí, nosotros hemos elegido partir de los jóvenes, porque es muy difícil un cambio de mentalidad en los más grandes. Tenemos un protocolo de colaboración con el Ministerio de Educación para impulsar en todo el país la educación para la legalidad.
IPS: ¿Qué tan importante es la voluntad política para impulsar estos procesos?
TDO: La sociedad civil mexicana es la que tiene que empezar a actuar. No va a hacerlo el gobierno, a menos que lo obligue la gente.
En México hoy falta la investigación legal. Por ejemplo, el caso de la familia Reyes Salazar, los hijos (asesinados en febrero en el norteño estado de Chihuahua) fueron enterrados y nadie dijo nada. Eso es impensable en Italia. ¿Cómo sepultas los cuerpos sin tener la investigación terminada?
IPS: En México los políticos hablan de unidad y estado de derecho, pero la gente ya no cree…
TDO: Cuando decimos legalidad, hablamos de una legalidad democrática. No es la simple obediencia a la ley sino la obediencia crítica.
Si en Italia aprobaran leyes que beneficiaran el enriquecimiento del primer ministro no la obedeceríamos. La legalidad no es de seguimiento ciego, sino el cumplimiento de un pacto a un ordenamiento que la gente hace suyo.
IPS: ¿Es viable una red latinoamericana antimafia?
TDO: Sí. Hemos estado en contacto con gente en Ecuador, Brasil, Argentina, Colombia y México y en todos lados hay experiencia que hay que rescatar.
Aquí mismo hemos conocido, por ejemplo, el trabajo de una organización muy pequeñita en la colonia (barrio) Gabriel Hernández, en el norte de la ciudad de México, que se llama Marabunta. La experiencia de lo que están haciendo con ex pandilleros es una luz que se debe poner en alto y que da esperanza de que hay gente que está trabajando por la paz.